Santiago (Abascal) y cierra Espa?a
El l¨ªder de Vox empieza la campa?a en Covadonga y deber¨ªa terminarla en Granada para darle sentido a la parodia de la cruzada
Santiago Abascal empieza la campa?a en Covadonga, la cuna de la Reconquista¡±. Podr¨ªa sospecharse que el titular entrecomillado forma parte de las ocurrencias de El Mundo Today, pero puede cotejarse en las agencias de informaci¨®n convencionales.
No es una broma, no. Santiago Abascal empieza la campa?a en Covadonga y deber¨ªa terminarla en Granada para darle sentido a la parodia de la cruzada. De hecho, contribuye a la evocaci¨®n hist¨®rica el propio patron¨ªmico del l¨ªder ultraderechista. Abascal tiene el mismo nombre del santo ap¨®stol. Y bien podr¨ªa asumir como propio el lema que identifico el ardor de los soldados y de los caudillos involucrados en la Reconquista: Santiago y cierra Espa?a.
La advocaci¨®n no necesita explicaci¨®n. Y el verbo ¡°cerrar¡± alude a la concepci¨®n castrense del acoso, del asedio al musulm¨¢n. Debe sentirse Abascal henchido de fe cristiana y de pulsi¨®n militar. Podr¨ªa adoptar incluso el adjetivo o el sobrenombre que los cristianos del medievo atribuyeron al patr¨®n: Matamoros. Abascal aspira a la iluminaci¨®n m¨ªstica en la cueva de Covadonga que aloja la imagen de La Santina, virgen propicia en la batalla contra Al¨¢ y ejemplo del ¨¦nfasis confesional que permite a Vox entroncar con el nacionalcatolicismo.
All¨ª se arrodillar¨¢ Abascal el 12 de abril con la solemnidad de un juramento guerrero. Quiere expulsar el demonio sanchista, devolver a la patria el decoro y el honor, pero tambi¨¦n pretende enfatizar la campa?a xen¨®foba contra los musulmanes. Le ha marcado el camino el modelo identitario de Viktor Orb¨¢n, condotiero del cristianismo en Hungr¨ªa y caudillo de los pa¨ªses del Este que conspiran contra el proyecto comunitario levantando alambradas.
Y quien dice alambradas dice muros, pues ocurre que Abascal ha propuesto erigir una muralla en Ceuta y en Melilla para defendernos del moro. Santiago Matamoros sostiene incluso que deber¨ªan sufragarlo los marroqu¨ªes, los musulmanes, igual que pretende Trump que su muro lo sufraguen los mexicanos. Una parodia que degenerar¨ªa en tragedia si prospera la verdadera intenci¨®n que alienta la fortificaci¨®n: Abascal quiere levantar un muro mental, psicol¨®gico.
Aspira a inculcar un estado de alarma que nos ponga en guardia contra el filo de la media luna. Por eso quiere armar nuestros hogares. Facilitarnos mosquetes y alabardas. Dotarnos de toda la munici¨®n que requiera protegernos de los extranjeros al acecho. Vox es un partido islam¨®fobo. Y nos preserva de la tiran¨ªa del Cor¨¢n, aunque la paradoja del recelo a la religi¨®n ajena no contradice que Abascal pretenda gobernarnos con el catecismo, perseguir el aborto, acosar el feminismo, condenar el matrimonio homosexual. Un partido no ya masculino ¡ªel 67% de sus votantes son varones¡ª, sino de hombres muy hombres. Un partido de Dios y de espada. Una misi¨®n gloriosa que empieza la campa?a electoral all¨ª donde Don Pelayo comenz¨® la Reconquista.
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