13 fotosLa letal b¨²squeda del oro en Burkina FasoEl pa¨ªs africano ha visto c¨®mo en los ¨²ltimos a?os se multiplican las minas artesanales. Las autoridades suelen mirar hacia otro lado salvo en ¨¦poca de lluvias, cuando existe alto riesgo de colapsoEl Pa¨ªsZemse - 22 abr 2019 - 00:05CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceA causa de las grandes crisis alimentarias, en Burkina Faso se multiplican las minas de oro artesanales, una actividad que all¨ª se conoce como 'orpaillage'. En la mina de Zemse, como en todas las dem¨¢s, un cartel avisa de que esta es una actividad ilegal, pues son tierras pertenecientes a explotaciones de grandes compa?¨ªas mineras. Las autoridades suelen mirar hacia otro lado salvo en ¨¦poca de lluvias, cuando insisten en el cese de la actividad debido al alto riesgo de colapso del subsuelo.Comuna de Kaya. Mina de Koutoula Yarc¨¦. Vastas extensiones de terreno acaban siendo agujereadas de forma muy peligrosa por el riesgo de hundimiento del fr¨¢gil subsuelo. Adem¨¢s, son tierras que dejan de ser f¨¦rtiles y acaban yermas y deshabitadas una vez se ha sobreexplotado el terreno.Un minero muestras sus manos castigadas por el duro trabajo diario. La escasez de recursos hace que no dispongan de herramientas ni de elementos de protecci¨®n, convirtiendo la jornada laboral en un obst¨¢culo diario que superar. Un joven minero acaba su turno en la mina de Zemse, en Kaya, al norte del pa¨ªs. Salen al exterior sucios y exhaustos. Muchos ni?os y adolescentes dejan el colegio para ir a las minas, con la esperanza de encontrar su anhelada veta de oro que les haga ricos. Una especie de deseo febril que les ilumina el presente pero les oscurece el futuro. Volver¨¢ a bajar al infierno al anochecer. Las minas mantienen la actividad 24 horas, all¨¢ abajo no hay diferencia entre el d¨ªa y la noche.Mineros en los sitios de Zemse y Koutoula Yarc¨¦. Pasar horas a oscuras y en una atm¨®sfera densa e irrespirable, a docenas de metros bajo tierra. Expuestos peligrosamente al cianuro y al mercurio que utilizan para separar el oro de la piedra y la tierra y con una alimentaci¨®n escasa a base de 'to' ¡ªpasta de mijo o sorgo¡ª un par de veces al d¨ªa. Sometidos al riesgo diario de quedar sepultados o de sufrir un accidente grave. Todo por unos pocos francos francos, si hay suerte y con unas condiciones de vida deplorables.Grandes campamentos sin servicios y en precarias condiciones se levantan junto a las minas, habitados por familias que dejan sus tierras de cultivo por falta de recursos para cosecharlas o por los grandes periodos de sequ¨ªa. En Zemse, al norte de Ouagadougou, se levanta uno de estos enclaves. En la imagen, una mujer cocina para su familia el repetitivo mijo que consiguen a cambio de arriesgar sus vidas a diario.Exhausto tras horas de trabajo, mala alimentaci¨®n, un poco de agua para quitar el barro de la cara y a esperar la siguiente jornada para comenzar de nuevo. Una triste rutina que augura un futuro incierto para miles de hombres, mujeres y ni?os que se aferran desesperadamente a lo ¨²nico que tienen par sobrevivir en el presente.Zore Karim, un comerciante intermediario obtiene una peque?a bola de oro (4,5 gramos en la mina de Youga. Las acumular¨¢ hasta obtener el peso equivalente a un lingote (400 gramos) y proceder¨¢ a venderlo en Ouagadougou, desde donde ser¨¢ transferido al comercio internacional. Una docena de hombres ¡ªque tengan suerte¡ª tardan alrededor de dos d¨ªas en conseguir un gramo de oro. Con ello obtendr¨¢n entre 20.000 y 30.000 francos CFA a repartir. Esto equivale a entre uno y dos euros al d¨ªa por trabajador. El precio del gramo de oro de 24 quilates en el mercado internacional fluct¨²a alrededor de los 55 y 60 euros.En la mina de Youga uno de los trabajadores ha obtenido una peque?a bola de oro puro en la fase siguiente, m¨¢s limpia pero m¨¢s peligrosa por su toxicidad. Tras conseguir el polvo del dorado metal se compacta, utilizando mercurio que lo separa de las part¨ªculas de tierra. Esta pr¨¢ctica es altamente venenosa pues este mineral l¨ªquido penetra a trav¨¦s de la piel de sus manipuladores, que no adoptan ninguna medida de seguridad. Un breve descanso al final del d¨ªa. Parad¨®jicamente, bajo sus espaldas tiradas sobre el duro terreno, se esconden riquezas abundantes, en la oscuridad de los profundos agujeros. Al final, El oro llegar¨¢ a los cuellos, orejas, dedos y a las mu?ecas de los pobladores de los pa¨ªses ricos, alimentar¨¢ egos y lucrar¨¢ generosamente a empresas multinacionales. Los que arrancan ese preciado metal de las entra?as de la tierra se tendr¨¢n que conformar con unas monedas con que malvivir y con dormir en el suelo.En la mina de Koutoula Yarc¨¦ ha llegado el turno de este minero tras descansar un par de horas en la superficie y comer algo. Las jornadas son agotadoras y el enrarecido aire de las galer¨ªas merma mucho la salud de los trabajadores, que no disponen de m¨¢scaras ni de ning¨²n otro dispositivo para protegerse.Es obvio que el trabajo infantil est¨¢ prohibido por ley. A¨²n as¨ª, en todas y cada una de las minas artesanales de Burkina los ni?os tienen una funci¨®n que desempe?ar, mientras adquieren la fuerza y destreza necesarias para bajar a la mina. Pican piedra, bajan a galer¨ªas poco profundas o excavan la superficie del exterior. Con esto s¨®lo se consigue hipotecar su futuro: dejan la escuela, olvidan los m¨¦todos de cultivo y someten el organismo a enfermedades derivadas de la miner¨ªa desde muy j¨®venes.Comuna de Kaya. Mina de Koutoula Yarc¨¦. Un minero ata su cuerpo a una soga en mal estado como ¨²nica medida de seguridad. Los recursos y las herramientas son rudimentarias en la mayor¨ªa de casos. En ocasiones las manos y poco mas. Algunos consiguen liderar un grupo de trabajadores y compran herramientas que prestan a cambio de una parte del beneficio obtenido en la mina o de un alquiler.