Ulises, Macron y los nuestros
La nave gala se debate entre una agitada Escila de chalecos amarillos y rojos y la Caribdis de los abismales mercados financieros
Seg¨²n la mitolog¨ªa griega, el angosto estrecho de Mesina estaba guardado por dos monstruos marinos. En una orilla, Escila, hermosa ninfa de cintura para arriba, pero de cuya parte inferior brotaban seis c¨¢nidas cabezas de serpentinos cuellos y afilados colmillos. En la otra, Caribdis, que beb¨ªa agua con tal violencia que formaba remolinos que engull¨ªan a quienes se le acercaran. As¨ª que, todos los barcos que pasaban por el canal se enfrentaban a un dilema inescapable: o cruzar cerca de Caribdis, y arriesgarse a ser tragado por un torbellino, o perder marineros en las fauces de Escila. En la Odisea, Ulises eligi¨® el lado de Escila, que devor¨® a seis de sus mejores hombres.
Cual Homero, el economista William Baumol pronostic¨® hace d¨¦cadas que los Estados de bienestar afrontar¨ªan una disyuntiva similar. Porque la productividad de los servicios crece menos que la de los bienes (donde la tecnolog¨ªa suplanta m¨¢s f¨¢cilmente a la mano de obra) y, el sector p¨²blico, en comparaci¨®n con el privado, ofrece m¨¢s servicios (educaci¨®n, sanidad, etc¨¦tera). Por eso, los Estados, simplemente para mantener las mismas prestaciones, deben aumentar su peso sobre el total de la econom¨ªa.
Eso no era problem¨¢tico cuando, como anta?o, los Estados, y por tanto los impuestos, representaban un porcentaje modesto del PIB. Entonces, todos naveg¨¢bamos a mar abierto. Pero, con una presi¨®n fiscal creciente, el margen de maniobra se ha achicado. Nos acercamos a la Escila de tener que aumentar el gasto p¨²blico hoy para sostener los mismos servicios que disfrut¨¢bamos ayer, o a la Caribdis de privatizar algunos servicios financiados ahora p¨²blicamente.
Algunos pa¨ªses, como Francia, con un gasto p¨²blico del 56%, han entrado de lleno en las revueltas aguas del estrecho. La nave gala se debate entre una agitada Escila de chalecos amarillos y rojos y la Caribdis de los abismales mercados financieros.
Pero con un gasto p¨²blico del 41% del PIB y, por tanto, menos prestaciones sociales, Espa?a tambi¨¦n debe maniobrar r¨¢pido. Si queremos extender algunas pol¨ªticas de bienestar (como la ayuda a la dependencia o las guarder¨ªas), o bien el Estado debe crecer mucho o bien recortar selectivamente algunos servicios. Este debate deber¨ªa centrar la campa?a electoral.
Pero, ni Macron ni nuestros pol¨ªticos, enzarzados en continuas peleas barriobajeras, tienen la valent¨ªa de Ulises.@VictorLapuente
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