El valor del entendimiento
Las matem¨¢ticas son directamente responsables del 10% del PIB espa?ol y generan, tambi¨¦n de manera directa, el 6% del empleo
Imagina que el Homo erectus que descubri¨® el fuego, o la mujer sapiens que invent¨® la rueda, hubieran patentado su invenci¨®n. ¡°Las ideas son baratas¡±, dicen los cient¨ªficos ingleses, y tienen raz¨®n. Las ideas de Cop¨¦rnico, Kepler, Galileo y Newton originaron el mundo en que vivimos, pero ninguno gan¨® un maraved¨ª por ello. La ley de la gravedad no tiene precio en el mercado, ni tampoco las ecuaciones de Maxwell que, al iluminar la naturaleza profunda de la electricidad, el magnetismo y la luz, cambiaron la historia del siglo XX. Einstein, aprovechando su condici¨®n de experto en patentes, present¨® 50 invenciones para su registro, incluida una nevera que hab¨ªa dise?ado con su amigo Le¨® Szil¨¢rd. Todo aquello fue un desastre. Las verdaderas innovaciones de Einstein que han cambiado el mundo ¡ªel efecto fotoel¨¦ctrico, la relatividad y la demostraci¨®n de la naturaleza cu¨¢ntica de la luz¡ª nunca han tenido un precio. Watson y Crick no patentaron la doble h¨¦lice del ADN en que se basa nuestra biomedicina. Y hasta ahora estamos hablando de las ciencias m¨¢s pegadas a la tierra. Si seguimos profundizando nos deberemos preguntar cu¨¢nto vale una idea matem¨¢tica.
Un tipo va en globo y se pierde por territorios ignotos. Ve que hay alguien all¨ª abajo, reduce su altitud y le grita: ¡°Oiga, ?d¨®nde estoy?¡±. El lugare?o se queda pensando cinco minutos y luego le responde: ¡°?Est¨¢ usted en un globo!¡±. El del globo le dice: ¡°?No ser¨¢ usted un matem¨¢tico?¡±, y el otro admite serlo y le pregunta c¨®mo lo ha sabido. ¡°Por tres razones¡±, responde el del globo. ¡°Primero, por lo que ha tardado usted en responder; segundo, porque su informaci¨®n es indiscutiblemente exacta, y tercero, ?porque es estrictamente in¨²til!¡±. Es mi chiste favorito de matem¨¢ticos y, como todo chiste, es pol¨ªticamente incorrecto: tiene una v¨ªctima clara, y en este caso es el pobre matem¨¢tico que estaba en tierra y ha hecho su trabajo lo mejor que sabe.
Pero este mi¨¦rcoles hemos conocido un estudio de la Red Estrat¨¦gica en Matem¨¢ticas, que integra a la comunidad matem¨¢tica espa?ola, junto a Analistas Financieros Internacionales, que muestra un resultado sorprendente: que las matem¨¢ticas son directamente responsables del 10% del PIB espa?ol, y que generan, tambi¨¦n de manera directa, el 6% del empleo. Esas cifras parecen incre¨ªbles, pero en realidad se quedan cortas respecto a las que alcanzan el Reino Unido, Francia y Holanda, que percibieron hace mucho que el entendimiento profundo de la realidad es el camino infalible hacia las revoluciones tecnol¨®gicas, incluyendo el berenjenal de los senderos que se bifurcan en el que estamos sumergidos hasta el cuello. Los economistas podr¨¢n discutir la metodolog¨ªa del trabajo ¡ªojal¨¢ lo hagan¡ª, aunque deber¨¢n sopesar antes la estatura de los cient¨ªficos que tienen enfrente: algunos de los mejores matem¨¢ticos del pa¨ªs. Los cr¨ªticos deber¨¢n revisar muy bien sus c¨¢lculos antes de hacerlos p¨²blicos con gran rid¨ªculo personal y profesional.
No me interpret¨¦is mal. A m¨ª me gustan los economistas. Tienen un especial talento para cuantificarlo todo. Mi ejemplo favorito es el ¡°coste de oportunidad¡±, que es lo que pierde una persona o una empresa por haber tomado una decisi¨®n equivocada. Es un concepto con interesantes nexos psicol¨®gicos y filos¨®ficos. Estoy seguro de que los economistas se interesar¨¢n tarde o temprano en la idea que emerge ahora de la ¨¦lite matem¨¢tica: que las verdades eternas que genera este arte supremo del entendimiento tienen un valor en la contabilidad nacional que har¨ªan mejor en tener en cuenta.
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