Nueva especie, viejo misterio
En el ¨¢rbol evolutivo humano aparece una nueva rama ya extinta, como todas las dem¨¢s que compartieron el planeta con nosotros
Para un paleont¨®logo del siglo XX, el santo grial era hallar el ¡°eslab¨®n perdido¡±. La teor¨ªa dominante era que la evoluci¨®n humana dibujaba un ascenso lineal desde nuestros humildes ancestros simiescos, alz¨¢ndose paso a paso hasta adquirir la posici¨®n erguida y la palabra articulada que nos caracteriza ahora. Se conoc¨ªan algunos pasos intermedios ¨Cneandertales, Homo erectus, australopitecos¡ª y solo quedaba rellenar los huecos: los eslabones perdidos de una cadena larga y mon¨®tona. Pero la evoluci¨®n rara vez funciona as¨ª. Suele tener la forma de un ¨¢rbol, y el nuevo Homo luzonensis es la ¨²ltima rama que lo pone en evidencia. Una rama ya extinta, como todas las dem¨¢s que, hasta hace unos 50.000 a?os, compartieron el planeta con nosotros, los Homo sapiens.
Los pies peque?os y primitivos del 'Homo luzonensis' solo pueden explicarse de dos maneras. Y la segunda contradice toda la evidencia anterior
Por lo dem¨¢s, todo lo que rodea a la nueva especie hallada en Filipinas no hace m¨¢s que profundizar el misterio. El tesoro f¨®sil consiste de momento en siete dientes, tres huesos del pie, dos de la mano y un f¨¦mur roto. No hay un cr¨¢neo, por lo que desconocemos su capacidad cerebral y, como el f¨¦mur est¨¢ roto, tampoco se puede calcular su estatura de manera fiable (un metro y medio es la mejor suposici¨®n). Los huesos, que provienen de dos adultos y un ni?o, revelan que el hombre de Luz¨®n era un mosaico de rasgos primitivos y modernos. Los dientes son peque?os, como en nuestra especie ¨Cde ah¨ª su clasificaci¨®n en el g¨¦nero Homo¡ª, pero sus manos y pies se parecen m¨¢s a los de los primitivos australopitecos, con una forma curva que parece adaptada a la vida arb¨®rea. Esta mezcla de rasgos dispares recuerda a la del Homo floresiensis (apodado el hobbit), otra especie misteriosa hallada en 2004, tambi¨¦n en el sureste asi¨¢tico. Pero ah¨ª se acaba el parecido: la especie de Flores y la de Luz¨®n son claramente distintas.
Hay dos hip¨®tesis alternativas sobre el origen del hombre de Luz¨®n. La primera, que ya se plante¨® en el caso del hobbit, es que se trate de un Homo erectus miniaturizado en la isla de Luz¨®n. El Homo erectus, seg¨²n todas las evidencias, fue la primera especie humana que sali¨® de ?frica, hace dos millones de a?os, y su presencia en el sur de Asia est¨¢ bien documentada. Y tambi¨¦n es sabido que las islas pueden acelerar la evoluci¨®n. La miniaturizaci¨®n, por ejemplo, puede deberse a que los principales predadores se han quedado en el continente y ya no hay una raz¨®n para mantener un tama?o grande y costoso en t¨¦rminos energ¨¦ticos. M¨¢s en general, las poblaciones peque?as y aisladas tienden a cambiar por mera deriva gen¨¦tica, y eso podr¨ªa explicar el regreso a unos pies primitivos.
La segunda hip¨®tesis es m¨¢s chocante si cabe. El hombre de Luz¨®n no vendr¨ªa del Homo erectus, sino de un australopiteco. Eso explicar¨ªa de inmediato que sus pies sean primitivos, pero implicar¨ªa que fue el antiguo australopiteco, y no el moderno Homo erectus, el primero en salir de ?frica, lo que contradice toda la evidencia anterior.
Solo hay una forma de decidir entre las dos: hallar m¨¢s f¨®siles. A ser posible, con una pizca de ADN.
* LA CIENCIA DE LA SEMANA es un espacio en el que Javier Sampedro analiza la actualidad cient¨ªfica. Suscr¨ªbete a la newsletter de Materia y lo recibir¨¢s cada s¨¢bado en tu correo, junto con una selecci¨®n de nuestras mejores noticias de la semana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.