El Green New Deal y las pol¨ªticas del futuro
Quiz¨¢ ha llegado el momento de que nuestros gobiernos asuman el reto de invertir decenas de miles de millones de d¨®lares para que, en vez de salir del planeta, podamos habitar justa y libremente en ¨¦l
La estrella ascendente de la pol¨ªtica dem¨®crata Alexandria Ocasio-Cortez present¨® el pasado mes de febrero su programa econ¨®mico denominado Green New Deal, en el que, haci¨¦ndose eco del New Deal de Franklin Delano Roosevelt, propone una transformaci¨®n en profundidad del sistema econ¨®mico norteamericano a trav¨¦s de una reducci¨®n dr¨¢stica de las emisiones de gases de efecto invernadero, la renovaci¨®n de las infraestructuras y la apuesta por la eficiencia energ¨¦tica. El programa, presentado como resoluci¨®n en el Congreso de Estados Unidos, aspira a una movilizaci¨®n de recursos sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, y ha despertado el inter¨¦s y abierto cierto debate sobre el futuro de la econom¨ªa, el papel de la sostenibilidad y el papel del sector p¨²blico en esta compleja ecuaci¨®n. En un contexto de ausencia de ideas frente al bajo crecimiento y la alta desigualdad y con la amenaza del cambio clim¨¢tico pendiendo sobre nuestras cabezas, la propuesta de Ocasio-Cortez, m¨¢s que una revoluci¨®n, puede ser una gran oportunidad.
Porque el Green New Dealno es una pol¨ªtica nueva. La idea de un keynesianismo verde, en el que el sector p¨²blico impulse las inversiones necesarias para transformar el modelo econ¨®mico hacia un crecimiento m¨¢s sostenible, basado en energ¨ªas renovables, tiene varias d¨¦cadas. El propio Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en los albores de la crisis econ¨®mica internacional en 2009, sugiri¨® que la reactivaci¨®n econ¨®mica deber¨ªa basarse en un incremento masivo de las inversiones en energ¨ªas renovables, recuperaci¨®n del medio ambiente y lucha contra la contaminaci¨®n. La idea de fondo se vertebr¨® en el marco de la cumbre de Medio Ambiente de R¨ªo+20 a trav¨¦s de la estrategia de crecimiento verde, esto es, la posibilidad de reimpulsar la econom¨ªa internacional a trav¨¦s de las inversiones necesarias para avanzar en la senda de la sostenibilidad, al tiempo que se generan oportunidades para cientos de miles de nuevos empleos verdes. El propio concepto de Green New Deal ha dado lugar a informes y comisiones tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, y su melod¨ªa forma parte de la justificaci¨®n pol¨ªtica del recientemente presentado Plan de Acci¨®n sobre finanzas sostenibles de la Uni¨®n Europea.
Alexandria Ocasio-Cortez, propone una transformaci¨®n en profundidad del sistema econ¨®mico norteamericano
Las razones para este keynesianismo verde son m¨¢s que razonables: en un contexto de crecimiento econ¨®mico fam¨¦lico, que Larry Summers caracteriz¨® como el ¡°estancamiento secular¡±, y con una ausencia de efectividad de la pol¨ªtica monetaria, el recurso a la pol¨ªtica fiscal para promover la inversi¨®n y fomentar el crecimiento econ¨®mico a largo plazo es una pol¨ªtica plausible. Sin embargo, no sirve cualquier tipo de gasto: las inversiones deben dirigirse a aquellas medidas que pueden promover el crecimiento econ¨®mico equilibrado a largo plazo. No cabe duda de que las inversiones en materia de eficiencia energ¨¦tica, econom¨ªa circular o energ¨ªas renovables forman parte del conjunto de pol¨ªticas necesarias para mejorar la calidad de nuestro crecimiento econ¨®mico. Estas inversiones no s¨®lo impulsar¨ªan la econom¨ªa y mejorar¨ªan el crecimiento potencial, sino que permitir¨ªan mitigar los riesgos econ¨®micos inherentes al cambio clim¨¢tico y mejorar la factura energ¨¦tica y de consumo de recursos. La inversi¨®n p¨²blica, correctamente dirigida, puede adem¨¢s lanzar se?ales al mercado para acelerar la transici¨®n ecol¨®gica de los operadores econ¨®micos, incentivando su transformaci¨®n productiva y mejorando los niveles y la orientaci¨®n de la innovaci¨®n. As¨ª, economistas de diferentes corrientes, como Philippe Aghion o Mariana Mazzucato, coinciden en se?alar el papel que el sector p¨²blico tiene en materia de promoci¨®n de la innovaci¨®n y la asunci¨®n de los riesgos inherentes a las mismas.
Las virtudes de los planes de inversiones con marcado car¨¢cter ambiental son, por tanto, ampliamente reconocidas. Pero subsisten dificultades para su operativizaci¨®n. La primera de ellas es la financiaci¨®n de un plan de inversiones lo suficientemente ambicioso como para generar un impacto significativo en el rumbo de la econom¨ªa. El recurso al d¨¦ficit p¨²blico es una tentaci¨®n que debe ser examinada con atenci¨®n, pues su impacto neto depender¨¢ de que el crecimiento econ¨®mico que genere sea lo suficientemente s¨®lido como para poder absorber el aumento de la deuda p¨²blica. Las inversiones estructurales, como la I+D, la educaci¨®n, o las infraestructuras, suelen tardar tiempo en impactar en la econom¨ªa, de manera que una inversi¨®n masiva puede generar un efecto a muy corto plazo en funci¨®n de la actividad econ¨®mica, pero su impacto en materia de crecimiento a largo plazo debe ser cuidadosamente considerado.
En segundo lugar, se debe tener en cuenta el efecto sustituci¨®n de las nuevas infraestructuras. En el reto de la transici¨®n hacia las energ¨ªas renovables pesa tambi¨¦n la amortizaci¨®n acelerada de infraestructuras contaminantes cuya vida ¨²til todav¨ªa ser¨¢ larga, como las centrales de ciclo combinado, cuya vida ¨²til puede alargarse hasta bien entrada la d¨¦cada de 2030. M¨¢s preocupante que la vida ¨²til de las infraestructuras energ¨¦ticas contaminantes es la asunci¨®n de los costes econ¨®micos y sociales de la adaptaci¨®n de mano de obra vinculada a un modelo productivo insostenible y anticuado. En Espa?a, la pol¨ªtica de transici¨®n justa no ha logrado ofrecer una salida razonable a las cuencas mineras, por no hablar de los costes de adaptaci¨®n que traer¨¢ para nuestra industria automovil¨ªstica la generalizaci¨®n del autom¨®vil el¨¦ctrico.
Las virtudes de los planes de inversiones con marcado car¨¢cter ambiental son ampliamente reconocidas
En tercer lugar, cabe ser muy cauteloso en la elaboraci¨®n de una pol¨ªtica p¨²blica que evite tanto los fallos de mercado como los fallos de gobierno en la selecci¨®n y gesti¨®n de las inversiones, algo que requiere de un nivel de calidad institucional lo suficientemente alto como para evitar clientelismos y malas decisiones, lo cual es, en s¨ª mismo, un importante reto. La experiencia espa?ola en inversiones fallidas es todo un ejemplo.
Con todo, la pol¨ªtica del Green New Deal puede significar un importante paso para garantizar una prosperidad sostenible a medio y largo plazo. M¨¢s all¨¢ de las declaraciones, la inversi¨®n verde est¨¢ ganando peso en el conjunto de pol¨ªticas p¨²blicas, aunque todav¨ªa estamos lejos de un aut¨¦ntico New Deal. No ser¨ªa la primera vez que las econom¨ªas occidentales impulsan su crecimiento con un liderazgo financiero y tecnol¨®gico del sector p¨²blico. La carrera espacial invirti¨® decenas de miles de millones de d¨®lares para llevar al ser humano a la Luna, hace ahora 50 a?os. Adem¨¢s de un ¨¦xito propagand¨ªstico de primer nivel sobre la superioridad t¨¦cnica de Estados Unidos, el programa espacial norteamericano impuls¨® la industria de alta tecnolog¨ªa, difundi¨® nuevos productos y servicios que luego alcanzaron el mercado y el sector privado, y nos ofreci¨® una nueva visi¨®n de nuestro mundo. Quiz¨¢ ha llegado el momento de que nuestros Gobiernos asuman el reto de invertir decenas de miles de millones de d¨®lares para que, en vez de salir del planeta, podamos habitar justa y libremente en ¨¦l.
Jos¨¦ Mois¨¦s Mart¨ªn Carretero es economista y consultor y miembro de Agenda P¨²blica.
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