El clima, ausente

Deber¨ªa ser un asunto p¨²blico de la m¨¢xima prioridad y, sin embargo, la lucha contra el cambio clim¨¢tico apenas ha tenido espacio en esta campa?a electoral. El que solo mereciera dos menciones de pasada en los debates entre los principales candidatos es un indicador de lo lejos que este asunto est¨¢ de sus preocupaciones inmediatas. Y sin embargo, este es uno de los problemas m¨¢s complejos y graves con los que tendremos que lidiar en los pr¨®ximos a?os. Nos enfrentamos a una crisis existencial global que tendr¨¢ graves repercusiones sobre la econom¨ªa y la vida de las personas, especialmente en pa¨ªses como el nuestro, donde el aumento de las temperaturas tendr¨¢ un fuerte impacto sobre el h¨¢bitat y la econom¨ªa del pa¨ªs.

Espa?a no ha destacado precisamente por la diligencia a la hora de cumplir los acuerdos internacionales para reducir las emisiones de efecto invernadero y avanzar en la transici¨®n energ¨¦tica que ha de sustituir los combustibles f¨®siles por fuentes de energ¨ªa renovable. Al contrario. Llevamos un notable retraso. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez hizo un meritorio esfuerzo por colocar la transici¨®n energ¨¦tica en la agenda pol¨ªtica con un plan que qued¨® interrumpido por las elecciones. Gane quien gane los comicios, este ser¨¢ un asunto que deber¨¢ abordar con urgencia. Solo los partidos de izquierda tratan en sus programas electorales esta cuesti¨®n con cierta profundidad y detallan las medidas a aplicar. En el resto resulta alarmante la falta de concreci¨®n y la defensa que en algunos casos se hace de una transici¨®n energ¨¦tica pausada, en la que se propone aprovechar fuentes energ¨¦ticas ¡°que a¨²n pueden ser ¨²tiles", prescindiendo del efecto que tienen sobre el medio ambiente.

En este asunto, anteponer los intereses econ¨®micos a corto plazo a la obligaci¨®n de proteger el medio en el que han de vivir las futuras generaciones no solo es insolidario, sino suicida. La descarbonizaci¨®n de la econom¨ªa requiere una voluntad pol¨ªtica firme y un programa de actuaciones con calendario preciso y previsi¨®n de recursos para su ejecuci¨®n. Es la mejor inversi¨®n de futuro. No podemos mirar para otro lado, esperando que otros hagan el esfuerzo, porque no habr¨¢ resultados sin el concurso de todos. El grupo intergubernamental de expertos sobre cambio clim¨¢tico de Naciones Unidas advierte de que si no se adoptan medidas urgentes, las repercusiones del cambio clim¨¢tico sobre el medio ambiente y la salud humana ser¨¢n irreversibles. No podemos permitirnos dudar. No queda tiempo.

La ciudadan¨ªa est¨¢ reaccionando con mayor responsabilidad que los pol¨ªticos en ejercicio, excesivamente constre?idos por los intereses en juego. La rapidez con la que se convirti¨® en un movimiento global la movilizaci¨®n de estudiantes impulsada por la adolescente sueca Greta Thunberg demuestra que la sensibilizaci¨®n social crece y se extiende. Como se ha visto en las ¨²ltimas semanas en Londres, cada vez son m¨¢s los ciudadanos preocupados por el cambio clim¨¢tico que se organizan al margen de las siglas y los partidos. No son, en ning¨²n caso, movimientos antipol¨ªtica. Al contrario, lo que quieren es incidir sobre las decisiones de los Gobiernos. Deben ser saludados como la expresi¨®n de una ciudadan¨ªa que no se resigna a la inacci¨®n de la pol¨ªtica y est¨¢ dispuesta a tomar las riendas de su futuro interpelando a los pol¨ªticos y oblig¨¢ndoles a actuar. Deber¨ªan escucharles.