Sumisas y/o combatientes
Varios lectores creen que EL PA?S ha pecado de buenismo al informar sobre tres espa?olas del ISIS entrevistadas en Siria
La ca¨ªda de Baguz (Siria), ¨²ltimo reducto del Estado Isl¨¢mico (ISIS en sus siglas en ingl¨¦s), alimenta el debate sobre qu¨¦ deben hacer los gobiernos europeos con sus nacionales presos tras luchar con los yihadistas. Y sobre todo, con sus esposas e hijos. Como todo lo relativo a la pol¨ªtica exterior, el problema ha estado ausente en la campa?a electoral, pero varios excelentes reportajes de Natalia Sancha desde Siria han levantado la pol¨¦mica en Espa?a. Tambi¨¦n suspicacias y protestas entre los lectores.
Quejas y comentarios despectivos ¡ªen la web hay m¨¢s de 3.400 reacciones¡ª se han centrado en la informaci¨®n sobre el encuentro de Sancha con tres espa?olas del ISIS encerradas en el campo de Al Hol (Siria) junto con 11 hijos suyos y otros cuatro de una pareja de yihadistas muertos. Las tres espa?olas (Yolanda Mart¨ªnez, Luna Fern¨¢ndez y Luana Miludi, fotografiadas con el niqab o velo integral) contaron a Sancha que fueron a Siria enga?adas por sus maridos, dos de los cuales murieron en la guerra, aunque ellas afirman que no eran combatientes.
Cuentan las mujeres ¡ªdos de ellas consideradas ¡°viudas de m¨¢rtir¡±¡ª que quieren regresar a Espa?a, pero con sus hijos, la mayor¨ªa nacidos en Siria. ¡°No nos pueden condenar por cuidar de la casa y de nuestros hijos¡±, argumentan. En otro texto, hablaba desde Madrid la madre de Luna: ¡°Le perdi¨® el coraz¨®n tan grande que tiene; el amor nos ciega a todos¡±.
El lector Dionisio Rodr¨ªguez dice sentirse ¡°asombrado¡± porque el peri¨®dico peca de ¡°paternalista¡± al presentar a esas mujeres como ¡°unas incautas bondadosas¡±, pese a que fueron a Siria en 2014 siendo ¡°mayores de edad y libres¡±, por lo que deben ser llevadas ante el juez si regresan a Espa?a. ¡°No disfracemos al lobo de borrego por un buenismo social¡±, a?ade.
?Pec¨® el diario de buenismo? No lo ve as¨ª In¨¦s Alberdi, prestigiosa soci¨®loga y exdirectora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de la ONU para las Mujeres. ¡°Un medio serio¡±, se?ala, respeta lo que dicen las entrevistadas ¡°y no tiene por qu¨¦ dudar¡± cuando ellas sostienen que fueron enga?adas. ¡°No ha de extra?arnos¡±, a?ade, que, en un ambiente controlado por extremistas musulmanes, las mujeres obedecieran a sus maridos ¡°sin rechistar¡±.
Pese a todo, Alberdi opina que son ¡°responsables de haberse vinculado al ISIS¡±. Es la posici¨®n de EL PA?S en su editorial del d¨ªa 9: ¡°Las tres yihadistas espa?olas tienen el derecho a volver a Espa?a y el Gobierno tiene el deber de facilitar su repatriaci¨®n, m¨¢xime cuando tienen 15 menores a su cargo. Esto no quiere decir que puedan sustraerse a la legislaci¨®n espa?ola¡±.
Menos protestas, pero m¨¢s airadas, suscit¨® la publicaci¨®n en portada y en p¨¢ginas interiores de fotos ¡ªy una galer¨ªa de diez im¨¢genes en la web¡ª de beb¨¦s hijos de yihadistas en un orfanato sirio atendido por mujeres kurdas. Ha sido otra exclusiva de Natalia Sancha, que narraba el drama de los miles de ni?os abandonados tras la guerra.
¡°?Qui¨¦n protege la imagen de esos ni?os y qu¨¦ derecho asiste al peri¨®dico para tratar de no vulnerar tal imagen?¡±, pregunt¨® Enrique Luque. ¡°?Cu¨¢nto aporta esas fotos para que sea necesario publicarlas? Lo adecuado es protegerlos (a los ni?os) y, sobre todo, proteger su identidad¡±, me escribi¨® Juan Pedracova-Varela. ¡°Se est¨¢n vulnerando sus derechos a la dignidad y la privacidad¡±, afirmaba A.V. en la web.
Los responsables del peri¨®dico fueron conscientes, explica el subdirector Antonio Jim¨¦nez Barca, de que la publicaci¨®n de las fotos ¡°arrastrar¨ªa pol¨¦mica¡±. A?ade que, si los ni?os hubieran sido espa?oles, ¡°les habr¨ªamos pixelado el rostro para proteger su identidad¡±. No se manipularon en esta ocasi¨®n las im¨¢genes, cuenta Jim¨¦nez Barca, para que los ojos de los ni?os mostraran ¡°toda la violencia de esa guerra, todo su desamparo¡±.
Recuerda el subdirector que el argumento ¨²ltimo para publicar las fotos sin manipular fue este: ¡°Esos ni?os no necesitan tanto proteger su identidad como sobrevivir, que alguien se ocupe de ellos y, para lograrlo, lo mejor es publicar la fotograf¨ªa descarnada¡±.
Javier Urra, miembro de la Academia de Psicolog¨ªa y primer Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, cree que la libertad de expresi¨®n es ¡°esencial¡±, pero con unos l¨ªmites que se sit¨²an all¨¢ donde ¡°se da?a el presente o el futuro de la personalidad o la madurez de un ni?o¡±. ?Lo ha da?ado el peri¨®dico?. Urra cree que no, porque no se ha vulnerado este principio de la Ley de Protecci¨®n del Menor: ¡°Se considera intromisi¨®n ileg¨ªtima en el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen del menor, cualquier utilizaci¨®n de su imagen o su nombre en los medios de comunicaci¨®n que pueda implicar menoscabo de su honra o reputaci¨®n, o que sea contraria a sus intereses¡±.
Los lectores pueden transmitir apreciaciones discutibles o incluso err¨®neas, pero en todos los casos tienen derecho a una explicaci¨®n. El intercambio nos enriquece a todos.
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