8 fotos
Llaves del agua en el Sahel Un sistema de recogida de lluvia a trav¨¦s de placas y cisternas permite a familias senegalesas beber, cultivar, cocinar y lavar durante meses sin recorrer kil¨®metros hasta encontrar un pozo Son llaves que abren cerrojos al agua en el Sahel. Las llaves que abastecen a su familia y a su comunidad de hidrataci¨®n en un invasivo calor que supera los 50 grados, de productos frescos cultivados por ellas, de pasto para su ganado, de higiene, de salud, de comercio. Son las llaves de un gran candado que aguarda el poder de facilitar la vida en las aldeas semi¨¢ridas de Douly y Ndiama, en Senegal. Un pa¨ªs que registra 1,7 millones de personas subalimentadas, (cuyo consumo habitual de alimentos es insuficiente para proporcionarle la cantidad de energ¨ªa alimentaria necesaria para llevar una vida normal, activa y sana) y que sufre sequ¨ªas y lluvias err¨¢ticas, deforestaci¨®n o degradaci¨®n de la tierra, un patr¨®n que se repite en esta regi¨®n africana. Y son ellas, las mujeres, las que atesoran la apertura de esa trampilla que permite a su pueblo disfrutar del bien cristalino que se acumula durante la estaci¨®n de lluvia en unas cisternas de 15 metros c¨²bicos situadas al lado de sus caba?as. En la imagen, un grupo de mujeres se acerca a una cisterna en Ndiama Peulh, en la regi¨®n de Louga, en Senegal. EDUARDO SOTERAS (FAO) Algunas esconden las llaves en una ri?onera bajo los coloridos vestidos, otras en bolsillos dentro de mochilas que a su vez est¨¢n dentro de sus caba?as. Son conscientes de la responsabilidad que asumen al distribuir el agua para su familia y su comunidad. ¡°Nunca la he perdido, est¨¢ siempre conmigo. Es muy importante, ahora soy m¨¢s respetada¡±, dice una de las beneficiarias de la iniciativa Un mill¨®n de cisternas para el Sahel, un proyecto promovido por la Organizaci¨®n de la ONU para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO) cuyo objetivo es proveer a familias de la regi¨®n cerca de 1.000 cisternas de agua, para consumo humano y para agricultura. De momento, se han instalado 19 en Senegal y 11 en N¨ªger en una primera fase, pero Gambia, Cabo Verde, Burkina Faso, Chad y Mali tambi¨¦n ser¨¢n pa¨ªses pilotos en los que implantar este sistema de recogida de agua inspirado en el programa Hambre Cero desarrollado en Brasil. "En esta iniciativa no solo se instalan cisternas, tambi¨¦n se requiere gesti¨®n inteligente del clima, se necesita formaci¨®n y financiaci¨®n en efectivo, para generar una peque?a econom¨ªa. Por eso trabajamos en cooperaci¨®n sur-sur, con organizaciones de la sociedad civil brasile?a, que ha venido a apoyarnos y compartir sus experiencias", se?ala Coumba Sow, coordinadora de la oficina para la resiliencia en ?frica Occidental y el Sahel de la FAO. En la imagen, una ni?a echa agua en un ¨¢rbol en Ndiama Peulh. EDUARDO SOTERAS (FAO) Mboya Ka es la primera beneficiaria en Senegal. A apenas 10 metros de su caba?a, en un placa se lee: ¡°Cisterna n¨²mero 1¡±. Luce blanca y limpia. ¡°Ha mejorado mi vida y la de mi familia. Antes ten¨ªa que andar siete kil¨®metros para ir a recoger el agua. Iba por la ma?ana y volv¨ªa de noche. O usaba un carro por el que ten¨ªa que pagar 1.000 francos (1,5 euros). Ahora tengo m¨¢s tiempo para cocinar, para descansar, para cultivar el nuevo huerto o para hablar con las otras mujeres a la sombra¡±, se?ala Ka, precisamente a la sombra de la plancha de aluminio inoxidable de 60 metros cuadrados que recoge el agua durante la estaci¨®n de lluvia y mediante un canal¨®n la lleva hacia la cisterna. ¡°Esta sombra nos ha venido muy bien, aqu¨ª hace mucho calor. Ahora hacemos reuniones y nos sentamos a charlar y resolver nuestros problemas¡±, detalla la mujer sobre una alfombra como una de las ventajas imprevistas de la instalaci¨®n. En la imagen, Mboya Ka, abre la trampilla de la cisterna en Douly, en la regi¨®n de Louga, en Senegal. EDUARDO SOTERAS (FAO) ¡°La infraestructura ha sido realizada por los miembros de la propia comunidad. Se les ha dado cursos de formaci¨®n y saben construirlas, limpiarlas y arreglarlas¡±, detalla una t¨¦cnica experta del proyecto, quien se?ala tambi¨¦n que han procurado adquirirse la mayor¨ªa de materiales posibles en la zona. ¡°Yo me he encargado de traer la tierra y otros materiales, y de hacer la mezcla¡±, avanza a decir uno de los hombres de la comunidad frente a una de las cisternas del proyecto, que se ejecuta en colaboraci¨®n con asociaciones locales y est¨¢ financiado tambi¨¦n por distintas entidades como el Programa Mundial de Alimentos, ONU Mujeres y los Gobiernos de Italia y B¨¦lgica. En la imagen, una ni?a llena cubos de agua de un tanque en Ndiama Peulh. EDUARDO SOTERAS (FAO) La previsi¨®n es que el agua de las cisternas dure a la comunidad el a?o completo, pero, de momento, est¨¢ abasteciendo a las comunidades durante cerca de un semestre. En la fraternidad est¨¢ la cuesti¨®n. ¡°De momento el agua dura cinco meses porque los beneficiarios la comparten con comunidades vecinas, no abastece solo a sus familias. Cuando se instalen m¨¢s cisternas, prevemos que puedan disfrutarla durante todo el a?o¡±, a?ade la t¨¦cnica, que se?ala que hay dos dise?os de cisternas, unas de 15 metros c¨²bicos previstas para consumo humano, y otras de 50 metros c¨²bicos para agricultura gestionadas por grupos de mujeres. En la imagen, mujeres de Ndiama Peulh, trabajan en el huerto. EDUARDO SOTERAS (FAO) Parte de la poblaci¨®n beneficiaria del proyecto es ganadera trashumante y no solo est¨¢ afectada por la escasez de agua en la regi¨®n, si no que ha visto tambi¨¦n mermado el forraje por el avance del desierto y otros eventos clim¨¢ticos. Las comunidades siguen saliendo con su ganado a buscar pasto, eminentemente los hombres, pero una parte de ella se queda estacionada. ¡°Yo estoy aqu¨ª siempre, nuestra cisterna nos sirve aproximadamente a 13 personas, y con el agua tambi¨¦n regamos el huerto¡±, se?ala Coumba Diallo, otra de las beneficiarias, que ha comenzado a plantar hibisco, berengenas, lavanda, alhahaca, moringa, lechuga, pimiento¡ En la imagen, una mujer muestra vainas de Okra en Ndiama Peulh. EDUARDO SOTERAS (FAO) ¡°Ellas eligen lo que quieren sembrar y nosotros les asesoramos sobre c¨®mo se planta, c¨®mo utilizar las herramientas o c¨®mo mezclar la materia org¨¢nica para utilizarla como abono natural¡±, explica Seydou Fall, t¨¦cnico de la Agencia Nacional de Consejo Agr¨ªcola y Rural de Senegal, que explica que una de las complicaciones mayores para cultivar en el terreno es el calor y el viento que recorre la zona. ¡°Para evitar que se pierda la producci¨®n ponemos mosquiteras¡±, ejemplifica Fall, que detalla que toda la labor del huerto, regado con el agua de las cisternas, se desarrolla temprano por la ma?ana o por la tarde, cuando las temperaturas son m¨¢s bajas. En la imagen, mujeres trabajan el huerto de Ndiama Peulh. EDUARDO SOTERAS (FAO) A Dimbath Ka, familiar de la beneficiaria de la primera cisterna, ahora la conocen como ¡°Se?ora ensalada¡±, por los platos que se prepara con los alimentos del huerto contiguo, que cultiva junto a otras nueve mujeres. ¡°Estoy a dieta porque tengo problemas de est¨®mago y entonces tomo una salsa que hago con lechuga, cebolla, aceite, pimienta y vinagre¡±, se?ala simp¨¢tica. Comenta que han cultivado tambi¨¦n coliflor, un alimento que no hab¨ªan visto nunca, pero que dice que le viene muy bien para su salud. ¡°Antes sobre todo com¨ªamos arroz y compr¨¢bamos algunas verduras en el mercado. Ahora los ni?os tambi¨¦n est¨¢n m¨¢s fuertes y comen mejor¡±, concluye Mboya Ka con uno de ellos en el regazo, sobre la alfombra, bajo la sombra. En la imagen, ni?os alrededor de la primera cisterna, en Douly. EDUARDO SOTERAS (FAO)