John Bolton va a la guerra
Fue en 2003 el ap¨®stol de la guerra de Irak y ahora, todav¨ªa con la boca peque?a, trabaja discretamente para esa otra guerra que tanto desea con la que quiere derrocar el r¨¦gimen de los ayatolas
No quieren otra guerra. O eso dicen, aunque sus gestos les desmientan. La escalada ya es un hecho. La superficie de fricci¨®n aumenta y con ella el riesgo. Hizo bien el Gobierno espa?ol en sacar a la fragata del grupo naval de la Armada estadounidense que se desvi¨® de su misi¨®n inicial de circunnavegaci¨®n del mundo para penetrar en la zona de riesgo y actuar as¨ª como elemento de presi¨®n sobre Ir¨¢n. Lo hizo a toda prisa y as¨ª deb¨ªa ser: quien cambi¨® la misi¨®n fue Washington y quien deb¨ªa resguardarse ante decisiones y amenazas que no le afectaban era el Ejecutivo de Madrid.
Espa?a estuvo desde el primer d¨ªa y a trav¨¦s de la UE en el grupo de pa¨ªses que consigui¨® la proeza del acuerdo nuclear multilateral con Ir¨¢n. Hubo tambi¨¦n una participaci¨®n decisiva del alto representante de la Pol¨ªtica Exterior Europea, el espa?ol Javier Solana, en la primera fase, antes de que George W. Bush autorizara la implicaci¨®n de su diplomacia. La ruptura unilateral y arbitraria del acuerdo, por decisi¨®n de Donald Trump y gracias al est¨ªmulo y aplauso de dos halcones como Benjamin Netanyahu y de Mohamed bin Salman, afecta negativamente a todos los socios europeos y tambi¨¦n a Espa?a.
Ser¨ªa una iron¨ªa que quien promovi¨® el acuerdo y ha sido perjudicado por su ruptura se viera ahora obligado a aplaudir el gesto belicista y la amenaza contra quien todav¨ªa no lo ha vulnerado, que es Ir¨¢n. El r¨¦gimen isl¨¢mico de Ir¨¢n merece toda la repulsa por su nulo respeto de los derechos humanos y de las libertades civiles de sus ciudadanos, as¨ª como por sus provocaciones y guerras por procuraci¨®n en la regi¨®n. Pero pocas lecciones puede recibir del d¨¦spota saud¨ª que orden¨® el asesinato de Jamal Khashogi y organiza ejecuciones masivas de quienes se le oponen. Tampoco de Netanyahu, sistem¨¢tico vulnerador de resoluciones internacionales y concienzudo enterrador de otro acuerdo diplom¨¢tico trascendente como fueron los acuerdos de paz de Oslo de 1993 entre israel¨ªes y palestinos.
Trump, atento a sus deseos ¨ªntimos, dice que no quiere otra guerra en Oriente Pr¨®ximo. Jamenei, como sucede con los cl¨¦rigos perspicaces ante los designios de la providencia, ya sabe que no se producir¨¢. Deber¨ªa haber razones para creerles: EE?UU quiere irse de la regi¨®n, donde ha librado ya tres guerras, dos en el Golfo y otra m¨¢s en Afganist¨¢n; Ir¨¢n todav¨ªa mantiene vivo el recuerdo de la suya contra Irak entre 1980 y 1988; hay dos incendios b¨¦licos que arden en Siria y Yemen, argumento suficiente para que no prenda un tercero, en el que al fin se enfrenten abiertamente la gran coalici¨®n de los saud¨ªes, emirat¨ªes e israel¨ªes amparados por Trump contra un Ir¨¢n que buscar¨¢ en seguida alianzas regionales y apoyo de chinos y rusos.
Por muy pacifistas que sean las declaraciones de uno y otro, hay que atenerse a los hechos. Con Trump no es tan solo en Oriente Pr¨®ximo donde crece la exposici¨®n a la chispa imprevista que provoque el incendio. Al menos en otros tres puntos del planeta, su err¨¢tica y vociferante presidencia est¨¢ creando nuevos riesgos, desde Venezuela hasta Corea, pasando por el Mar de China Meridional. Con la ruptura del acuerdo nuclear y sus nefastas repercusiones econ¨®micas en la vida de los iran¨ªes, pierde fuelle el presidente reformista Has¨¢n Rohan¨ª y llega la hora de radicales belicistas, como Qasem Soleiman¨ª, comandante de las fuerzas especiales de los Guardianes de la Revoluci¨®n que intervienen en Siria, Irak o L¨ªbano.
Para estas sucias tareas tambi¨¦n se prepara toda su vida John Bolton, el belicista en jefe, arrellanado desde hace un a?o en su nuevo despacho de consejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca. Bolton fue en 2003 el ap¨®stol de la guerra de Irak para derrocar a Sadam Husein y ahora, todav¨ªa con la boca peque?a, trabaja discretamente para esa otra guerra que tanto desea con la que quiere derrocar el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s.
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