12 fotosCuando la educaci¨®n no entiende de fronterasCerca de 2.500 ni?os y ni?as cruzan cada d¨ªa a pie el puente que separa Venezuela y Colombia para no perder un solo d¨ªa de claseAlfonso F. RecaSantiago ArcosC¨²cuta - 23 may 2019 - 00:10CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCada d¨ªa, a las cinco de la ma?ana, al abrirse la frontera del Puente Internacional Francisco de Paula Santander, que une Venezuela y Colombia, cerca de 2.500 ni?os y ni?as venezolanos esperan impacientes para salir corriendo y llegar al otro lado. ?El motivo? Poder seguir yendo a la escuela con normalidad y jugar con sus compa?eros colombianos.El puente fronterizo est¨¢ cortado al tr¨¢fico por lo que la ¨²nica manera de cruzarlo es a pie. Durante la ¨¦poca de lluvias, los escolares deben atravesar sus cerca de 250 metros bajo el agua con sus uniformes y mochilas. Las personas con discapacidad lo tienen m¨¢s complicado todav¨ªa.Los estudiantes a menudo utilizan pl¨¢sticos y lonas que encuentran en su camino para cubrirse de la lluvia durante el tr¨¢nsito por el puente que conecta las ciudades de C¨²cuta, en el departamento del Norte de Santander (Colombia), y Ure?a, en el Estado T¨¢chira (Venezuela).Casi 10.000 ni?os, ni?as y adolescentes venezolanos est¨¢n matriculados en alg¨²n colegio de C¨²cuta. Uno de cada cuatro reside en Venezuela y debe cruzar la frontera cada d¨ªa para no perder clases.17 autobuses del Ministerio de Educaci¨®n del Gobierno de Colombia y apoyados por Unicef esperan a los estudiantes al final del puente, ya en C¨²cuta, para conducirlos a los diferentes colegios de la ciudad en los que se han integrado de manera gratuita.El incremento de estudiantes, que en los ¨²ltimos meses sigue aumentando, ha sobrecargado el sistema educativo de C¨²cuta, ante lo que el Gobierno, Unicef y otros aliados trabajan para formar docentes y dotar a 20 escuelas con materiales educativos. Tambi¨¦n para adaptar los modelos educativos de ambos pa¨ªses.El colegio Misael Pastrana de C¨²cuta es un ejemplo de integraci¨®n. Cerca del 70% de sus estudiantes son venezolanos, pero aqu¨ª eso no es importante. Todos alumnos son, simplemente, ni?os.Durante las horas de recreo, los deportes como f¨²tbol o voleibol son las actividades que m¨¢s comparten los estudiantes, tambi¨¦n conversan entre ellos y se intercambian experiencias y consejos.Unicef apoya al Ministerio de Educaci¨®n de Colombia para implementar programas educativos flexibles que permitan a los estudiantes venezolanos recuperar materias y seguir las clases con normalidad pese a lo excepcional de su situaci¨®n.Las aulas de este colegio de C¨²cuta tambi¨¦n son espacios seguros para la infancia y entre sus paredes pueden evadirse de la compleja situaci¨®n del exterior y est¨¢n a salvo de mafias y delincuentes.M¨¢s de 130.000 ni?os venezolanos est¨¢n matriculados en las escuelas de todo Colombia, en comparaci¨®n con los 30.000 que hab¨ªa en noviembre del a?o pasado.Unicef necesita 29 millones de d¨®lares para apoyar las necesidades b¨¢sicas en materia de nutrici¨®n, salud, educaci¨®n, agua, saneamiento e higiene y protecci¨®n de las familias que cruzan a Colombia.