Se?ales y s¨ªmbolos
Sin rigor y respeto a sus protocolos, el periodismo se convierte en una forma institucionalizada de cotilleo
El periodismo necesita historias y personas que ayuden a entender los problemas: los conflictos abstractos se vuelven concretos, la injusticia resulta m¨¢s evidente, el sufrimiento, m¨¢s imaginable. La solidaridad, dec¨ªa Richard Rorty, no aumenta gracias a la eliminaci¨®n del prejuicio. Para que ocurra debemos hablar de ¡°la capacidad de distinguir entre la pregunta de si t¨² y yo compartimos el mismo l¨¦xico ¨²ltimo y la pregunta de si experimentas dolor¡±.
La estrategia ha tenido resultados, del mismo modo que, como explicaba Lynn Hunt, la ficci¨®n realista permiti¨® ampliar la preocupaci¨®n por los derechos: ha logrado extender la noci¨®n de humanidad. Pero este procedimiento tambi¨¦n tiene sus peligros. Uno es la representatividad: sin una contextualizaci¨®n solo tenemos un relato, y su potencia narrativa puede deslumbrarnos en una u otra direcci¨®n. Tambi¨¦n, a veces una persona se convierte en un s¨ªmbolo para defender una causa: en ese caso se produce una instrumentalizaci¨®n; la persona es solo un veh¨ªculo para la defensa de una posici¨®n ideol¨®gica. Uno de los ejemplos m¨¢s claros de los ¨²ltimos tiempos es el caso de Juana Rivas, donde una conducta delictiva fue alentada por activistas m¨¢s preocupados por su causa que por el destino final de la mujer o el sufrimiento que pudieran producirle a ella y a los implicados en el caso.
Nuestra cultura de la celebridad contribuye a intensificar estos peligros. La combinaci¨®n de buena voluntad, ansiedad por lo nuevo, cursiler¨ªa y pereza intelectual encumbra a personas que defienden causas nobles. Pero no est¨¢ claro que esa fama vaya a ayudar al objetivo final o a la persona que lo promueve. Un ejemplo es el de la activista adolescente Greta Thunberg. Probablemente, el problema del que alerta es el m¨¢s decisivo de los que afectan a la humanidad. Pero hay algo perturbador en la relevancia lacrim¨®gena (con intervenciones en Parlamentos, candidatura al Nobel de la Paz, publicaciones) de una menor convertida en estrella de un mundo del espect¨¢culo que necesita constantemente renovar a sus protagonistas. Una persona es siempre algo mucho m¨¢s complejo y delicado que un s¨ªmbolo.
Sin rigor y respeto a sus protocolos, el periodismo se convierte en una forma institucionalizada de cotilleo; en vez de filtrar la demagogia, contribuye a extenderla. En busca de la humanizaci¨®n, se arriesga a colaborar con irresponsables que hacen lo contrario: convertir a los dem¨¢s en medio para un fin.
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