La hermana Rita, la ¨²ltima monja que batalla contra Katy Perry
"Tienes las manos manchadas de sangre", ha dicho sobre la cantante la ¨²ltima religiosa que vive en el convento que ha tratado de comprar la artista
"Yo intento luchar, pero no s¨¦ durante cu¨¢nto tiempo voy a poder hacerlo". Beligerante y con las ideas muy claras, as¨ª se muestra la hermana Rita Callanan, religiosa de 81 a?os que no quiere dar la guerra por perdida contra sus dos y muy poderosos caballos de batalla: la?Archidi¨®cesis de Los ?ngeles, California, y la cantante Katy Perry.
Las monjas, la Archidi¨®cesis y Perry son los tres principales actores de?un complejo proceso legal en torno al convento donde vive la congregaci¨®n, que se prolonga ya cuatro a?os y que ha dejado incluso una fallecida por el camino: otra de las religiosas, que muri¨® en pleno juicio. Ahora la hermana Rita quiere hacer ver que sus enemigos siguen detr¨¢s de ella y que no va a parar hasta que todo salga a la luz. "La verdad es que no me gusta Katy Perry, y estoy segura de que yo no le gusto a ella", afirma ahora la monja, que asegura que la cantante tiene "las manos manchadas de sangre".
La cuesti¨®n empez¨® cuando, en 2011, Katy Perry se encaprich¨® del convento en el que resid¨ªan las hermanas?del Inmaculado Coraz¨®n de Mar¨ªa en la ciudad angelina. Construido en 1927 en estilo cl¨¢sico italiano, el lugar de 2.000 metros cuadrados?tambi¨¦n es lugar de retiro para sacerdotes. Perry trat¨® de comprarlo por 13 millones de d¨®lares en efectivo (11,5 millones de euros) cuando quedaban all¨ª cinco religiosas, de las que tres se mostraron a favor y dos ¡ªlas hermanas?Rita Callanan y Rose Holzman¡ª en contra por considerar que la cantante de I Kissed a Girl violaba sus votos.
Mientras Perry trataba de cerrar la operaci¨®n, la empresa inmobiliaria Hollister negociaba por detr¨¢s con las monjas para hacerse con el convento y construir all¨ª un hotel boutique. De hecho, en?julio 2015?se conoci¨® que las monjas hab¨ªan decidido venderlo a esta empresa porque les dejar¨ªa gestionar el negocio. La?Archidi¨®cesis de Los ?ngeles se opuso, argumentando que ellos y no las hermanas eran quienes ten¨ªan derecho a decidir y gestionar el terreno, y?denunci¨® a Hollister al creer que, adem¨¢s, la oferta de Perry era mejor. El juez invalid¨® la venta de las monjas a Hollister?y meses despu¨¦s, en?abril de 2016, la Corte Suprema de Los Angeles le daba la raz¨®n a?la?Archidi¨®cesis.
Ya en?noviembre de 2017, Katy Perry venc¨ªa en esta batalla y no solo se quedaba con v¨ªa libre para adquirir el convento, sino que el juez condenaba a?Hollister a pagarle cinco millones (y otros 10 a la Archidi¨®cesis, lo que hizo que la empresa acabara en la ruina). A falta de decidir el lugar de la mudanza de las monjas, y en pleno juicio, en marzo de 2018, mor¨ªa la hermana?Rose Holzman, de 89 a?os. "Katy Perry, por favor, detente. Todo esto no le est¨¢ haciendo bien a nadie y solo est¨¢ hiriendo a muchas personas", declaraba antes de entrar en el juzgado con Callanan, minutos antes de morir. Algo que su buena amiga y ¨²nica residente en el convento, la hermana Rita Callanan, no olvida.
Por ello, ahora Callanan ha decidido romper su silencio y acusa a la Archidi¨®cesis de ponerse contra ella y contra los intereses de la comunidad. Todo, adem¨¢s, por una batalla que habr¨ªa sido en vano: el convento vuelve a estar en el mercado, y ahora por nada menos que 25 millones de d¨®lares (22 millones de euros), ya que, tras todas esas peleas legales, Perry nunca termin¨® de formalizar la compra, como ha contado la monja al diario The New York Post. Los representantes de Perry no confirman el extremo, mientras que la Archidi¨®cesis afirma a ese mismo medio que "aunque las opciones legales formales han caducado, la Archidi¨®cesis y la se?ora Perry siguen en comunicaci¨®n por su continuado inter¨¦s en la propiedad". Ahora, con Perry sin decidirse y Hollister en la bancarrota, ya no hay nadie que quiera dejarse el dinero en el edificio, por lo que la situaci¨®n financiera del lugar y sus ocupantes pende de un hilo.
"?Fue legal? Probablemente no del todo. Pero tampoco fue legal para Katy Perry comprarla", reflexiona ahora la hermana Rita sobre su forma de proceder entonces. Adem¨¢s, y afirma tener desde hace a?os problemas de dinero y acusa duramente?a la Archidi¨®cesis de no cuidarlas. Ella fue operada hace unos a?os y ahora necesita, asegura,?rehabilitaci¨®n, logopedas y terapia ocupacional. Sin embargo, desde la?Archidi¨®cesis aseguran que se encargan "de los costes de vida, m¨¦dicos y de cualquier tipo de la hermana Rita y de aquellas hermanas que queden"
Callanan sigue atacando a Perry y a la Archidi¨®cesis. Para empezar, dice que ni siquiera le permitieron hablar en el funeral de su amiga, y que el sacerdote que lo ofici¨® no fue el que hab¨ªa elegido la hermana Rose. Cuando empez¨® a hablar en la despedida de su compa?era, el cura cort¨® su discurso. "Vale, ya es bastante', me dijo, pero yo segu¨ª. 'He dicho que ya es bastante', volvi¨® a decirme. Me call¨¦ durante un minuto y pens¨¦: 'No, voy a seguir. Es lo que querr¨ªa la hermana Rose'. Pero otro cura se levant¨® y se acerc¨® al organista para pedirle que empezara a tocar para que no se me oyera. Entonces toda la congregaci¨®n grit¨®: '?Dejadla hablar!".
Seg¨²n la hermana Rita Callanan,?empleados de la Archidi¨®cesis trataron de llevarse su port¨¢til y de acceder al correo electr¨®nico de la hermana Rose.?"Se llevaron el disco duro de su ordenador, con todas las cosas de Roma". Seg¨²n su teor¨ªa,?entraron al apartamento de su amiga en busca de correspondencia entre las hermanas y el Vaticano.
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