Muere Gloria Vanderbilt, millonaria, artista, escritora y empresaria de ¨¦xito
La revista 'Life' consider¨® a la 'socialit¨¦' "una versi¨®n femenina del hombre del Renacimiento" en 1968
Gloria Vanderbilt, criatura de la alta sociedad y reina de los pantalones vaqueros, cuyas vicisitudes de pobre ni?a rica fascinaron a Estados Unidos desde las p¨¢ginas de la prensa rosa, ha fallecido este lunes a los 95 a?os. As¨ª lo ha anunciado su hijo, el famoso periodista de la CNN Anderson Cooper, que ha asegurado que muri¨® rodeada de familia, a causa de un c¨¢ncer de est¨®mago.
¡°Fue una mujer extraordinaria que am¨® la vida y la vivi¨® seg¨²n sus propios t¨¦rminos¡±, ha dicho su hijo. ¡°Fue pintora, escritora y dise?adora, pero tambi¨¦n una notable madre, esposa y amiga. Ten¨ªa 95 a?os pero preg¨²ntenle a alguien cercano y les dir¨¢ que era la persona m¨¢s joven que conoc¨ªa, la m¨¢s cool y la m¨¢s moderna¡±.
Tataranieta del magnate del siglo XIX Commodore Cornelius Vanderbilt, heredera de un imperio naviero y de los ferrocarriles, con tan solo 10 a?os se vio en el medio de una colosal batalla sobre su custodia. Aquel proceso proporcion¨® a un pa¨ªs hundido en la Gran Depresi¨®n una rendija desde la que fisgar los entresijos de las familias obscenamente ricas. Y dotar¨ªa para siempre a Gloria Vanderbilt de un aura de irresistible misterio que la acompa?ar¨ªa de por vida.
Hab¨ªa una tristeza oculta detr¨¢s de esa lujosa infancia que transcurri¨® entre mansiones, ch¨®feres, criados y tutores. Su padre, alcoh¨®lico, muri¨® siendo ella una beb¨¦. Y su madre la dejaba todo el d¨ªa con ni?eras mientras recorr¨ªa Europa de fiesta en fiesta, con los millones que Gloria hab¨ªa heredado y que no pod¨ªa tocar hasta los 21 a?os. Su t¨ªa paterna, la fundadora del Museo Whitney de Nueva York, pidi¨® su custodia en los tribunales, temerosa de lo que su excu?ada estuviera haciendo con la fortuna de la peque?a. Al t¨¦rmino del juicio, la sentencia solo permit¨ªa a la ni?a ver a su madre durante los veranos.
Con el tiempo, inevitablemente, Vanderbilt se hizo un hueco en las fiestas de la alta sociedad, que frecuentaba con sus amigos Charlie Chaplin, Diane von Furstenberg o Truman Capote, que se inspir¨® en ella para el personaje de Holly Golightly en Desayuno con diamantes. Sus romances pasajeros, con Howard Hughes o Errol Flynn, eran carnaza para los plumillas de la cr¨®nica rosa.
Se cas¨® cuatro veces. A los 17 a?os, con el playboy Pat DiCicco, que la maltrat¨®. Cuatro a?os m¨¢s tarde, con el director de orquesta brit¨¢nico Leopold Stokowski, casi 40 a?os mayor que ella y con quien tuvo dos hijos. Se divorci¨® 10 a?os despu¨¦s tras mantener un romance con Frank Sinatra. En 1956 se uni¨® al director de cine Sidney Lumet, del que se divorci¨® en 1963 y, solo cuatro meses despu¨¦s, se volvi¨® a casar con el escritor Wyatt Cooper. Con ¨¦l tuvo otros dos hijos, Carter y Anderson, periodista estrella de la CNN. Wyatt Cooper falleci¨® en 1978 durante una operaci¨®n del coraz¨®n y Carter se suicid¨® con solo 23 a?os saltando desde el ¨¢tico de su madre en Manhattan. Aquel, dijo Gloria, fue el momento m¨¢s triste de su vida, sobre el que reflexion¨® en su libro de 1996 A mother¡¯s story.
Fue un bell¨ªsimo icono del estilo y el glamur, retratada por Gordon Parks o Richard Avedon, y tuvo una breve carrera como actriz, en teatro y televisi¨®n, en los a?os 50.
A mediados de los setenta, el empresario de la moda Mohan Murjani contrat¨® a Vanderbilt para dise?ar pantalones vaqueros para mujer, con su firma en un bolsillo trasero. Hasta entonces, se trataba de una prenda mayormente masculina y ajena a los ¨¢mbitos del estilo. El punto entre coqueto y gamberro de los memorables anuncios televisivos en los que los promocionaba la encumbr¨® a¨²n m¨¢s al estrellato, una condici¨®n que explotaba en aparatosas giras promocionales por las tiendas.
Los jeans Gloria Vanderbilt se convirtieron en un inmenso negocio, que se extendi¨® a otras prendas de vestir y otras l¨ªneas de producto como perfumes, y le brind¨® el orgullo de gastarse su propio dinero y no el de sus padres. El declive de la marca, a finales de los a?os 80, coincidi¨® con litigios con antiguos socios y con las autoridades fiscales. Su patrimonio inmobiliario se vio menguado despu¨¦s de satisfacer sus deudas con el fisco, y se tuvo que trasladar a un apartamento de su hijo Anderson.
Vanderbilt llen¨® con la escritura el vac¨ªo que dejaba en su vida la moda. Escribi¨® poes¨ªa, cuentos, memorias y hasta una novela er¨®tica, Obsesi¨®n, que firm¨® a los 85 a?os y que The New York Times defini¨® como ¡°el m¨¢s h¨²medo libro jam¨¢s escrito por un octogenario¡±. Sus libros gozaron, por lo general, de buenas cr¨ªticas.
En los ¨²ltimos a?os, Vanderbilt gan¨® atenci¨®n por una raz¨®n diferente, la de ser madre del periodista Cooper. Los dos aparecieron juntos en su programa de CNN, Anderson Live. "Mi madre ha vivido muchas vidas diferentes y ha habitado muchas pieles diferentes", ha dicho Anderson sobre su madre. "Ella tiene esta cara p¨²blica, pero la realidad de su vida es muy diferente".
La revista Life se refiri¨® a Gloria Vanderbilt, en 1968, como "una versi¨®n femenina del hombre del Renacimiento". De todos sus talentos, ella siempre dijo que su fuerte era la pintura, que cultiv¨® durante d¨¦cadas y le depar¨® cierto ¨¦xito comercial. Su impulso creativo, dec¨ªa a menudo, surg¨ªa de una necesidad de poner orden en una ni?ez ca¨®tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.