Los vestidos que Franco regal¨® a Evita Per¨®n
Los trajes fueron uno de los obsequios del dictador por la ayuda de Argentina prestada a Espa?a. Ahora se exponen en el Museo de Arte Espa?ol Enrique Larreta de Buenos Aires
En sus ¨²ltimos meses, enferma del c¨¢ncer que pondr¨ªa fin a su vida en 1952, Eva Duarte de Per¨®n bajaba al s¨®tano para acariciar sus trajes regionales espa?oles. Era una colecci¨®n de 50 vestidos, uno por cada provincia, que Francisco Franco regal¨® a la primera dama argentina durante su gira europea en 1947. Tocarlos la emocionaba ¡ªcuenta en sus memorias el modisto y confidente de Evita Paco Jamandreu¡ª porque le recordaba ese viaje feliz.
Bajo el t¨ªtulo Un regalo para Evita. Trajes, cultura y pol¨ªtica, el Museo de Arte Espa?ol Enrique Larreta exhibe esos vestidos que, al igual que el cad¨¢ver embalsamado de Evita, permanecieron errantes durante a?os tras el golpe de Estado de 1955, cuando se proscribi¨® el peronismo.
Cada traje fue confeccionado artesanalmente para la primera dama argentina, muy aficionada a la moda. ¡°El pa?uelo del traje de C¨¢ceres tiene bordado el nombre de Eva, el mandil del traje de Le¨®n lleva bordadas las iniciales E. D. de P.", cuenta la comisaria, Patricia Nobilia, durante un recorrido por la muestra. "Es una colecci¨®n ¨²nica en el mundo, que tiene un valor hist¨®rico¡±, destaca.
Una multitud recibi¨® a Evita la noche de su llegada a Madrid, el 8 de junio de 1947, y tambi¨¦n al d¨ªa siguiente, cuando fue condecorada con la gran cruz de Isabel la Cat¨®lica en el Palacio Real. Los vestidos los recibi¨® el 10 de junio, durante una velada con bailes folcl¨®ricos organizada en su honor en la Plaza Mayor de Madrid.
Se exhiben 28 de los 50. El de Galicia est¨¢ cosido en terciopelo negro con bordados de azabaches y mostacillas. El de Sevilla es de algod¨®n celeste a lunares blancos, en homenaje a los colores de la bandera argentina, con faralaes con encaje y cintas tambi¨¦n albicelestes. El de Le¨®n sintetiza los aportes grecorromanos y ¨¢rabes incorporados al recato y austeridad cristiana, mientras que en el de Barcelona sobresale el estampado y la calidad de sus encajes, evidencia de la pujante industria textil de Catalu?a a mitad del siglo XX.
Cada uno de ellos iba en un estuche de mimbre, junto a complementos como sombreros, zapatos y joyas, que hoy se exhiben en vitrinas. En total, la colecci¨®n es un tesoro de cerca de 800 piezas, seg¨²n Nobilia.
Los trajes fueron uno de los regalos del dictador por la ayuda prestada a Espa?a. Argentina rompi¨® el aislamiento del r¨¦gimen franquista durante los primeros a?os de posguerra y envi¨® cargamentos de trigo para alimentar a la poblaci¨®n. ¡°Durante la gira europea Argentina sale a presentar su llamada tercera posici¨®n y a cerrar acuerdos diplom¨¢ticos, econ¨®micos y pol¨ªticos por fuera de Estados Unidos y la URSS. Espa?a, bajo la ¨¦gida de Franco, hab¨ªa quedado por fuera de los planes de ayuda internacional y Argentina es el ¨²nico pa¨ªs que env¨ªa ayuda a una Espa?a muy hambreada despu¨¦s de la Guerra Civil¡±, detalla Santiago R¨¦golo, investigador del Museo Evita.
Espa?a fue el punto de llegada y de partida de un viaje por Europa que dur¨® 70 d¨ªas y en el que recorri¨® Italia, Francia, Suiza, Portugal, M¨®naco y el Vaticano. Recibi¨® condecoraciones, luci¨® joyas y vestidos de pel¨ªcula y fue tratada como una reina.
R¨¦golo destaca la singularidad de la gira? ¡ª¡°estamos hablando de una primera dama sin cargo oficial, mujer, de 28 a?os, con una gran responsabilidad y que fue recibida por primeros ministros, presidentes y el Papa en 1947¡±¡ª y la importancia que tuvo en la vida pol¨ªtica de su protagonista. ¡°El viaje a Europa va a ser un antes y un despu¨¦s para Eva en la construcci¨®n de su liderazgo. Ya despu¨¦s, en Argentina la vamos a ver como una parte fundamental de ese primer peronismo, su activismo por el voto de las mujeres y la creaci¨®n del Partido peronista femenino¡±, afirma.
La muestra incluye tambi¨¦n tres vestidos cedidos por el Museo Evita que la primera dama us¨® durante el viaje, as¨ª como telediarios de la ¨¦poca que dan cuenta de su estancia en Madrid y uno de los discursos que pronunci¨®. ¡°No cay¨® muy bien que hable de justicia social y del voto femenino, pero Franco est¨¢ bastante condicionado porque necesita la ayuda de Argentina y se le permitieron ciertas libertades¡±, agrega R¨¦golo.
En privado, la primera dama confes¨® a su peluquero la decepci¨®n que le produjo el dictador espa?ol. ¡°Cuando Franco se me vino a los pies, yo pens¨¦ que era id¨¦ntico a Caturla, el que vend¨ªa pollos en Jun¨ªn. Era petiso, barrig¨®n, con pinta de almacenero, y llevaba una banda que se le apoyaba en la panza. Hasta la mujer y la hija se parec¨ªan a la mujer y la hija de Caturla ?Y con todo lo que Per¨®n me hab¨ªa hablado de ¨¦l¡!¡±, recoge el periodista Jorge Camarasa en su libro La enviada. El viaje de Eva Per¨®n a Europa.
Los trajes espa?oles fueron embarcados rumbo a Buenos Aires y exhibidos en el Museo de Arte Decorativo en 1947. Pero cuando los militares derrocaron a Per¨®n, en 1955, fueron enviados al Banco Municipal de Buenos Aires para su subasta, que no se concret¨®. De all¨ª fueron sacados en secreto y enviados al s¨®tano del Museo Larreta, que los mantuvo ocultos hasta 1985, cuando volvi¨® a exhibirlos tras el regreso a la democracia. Por falta de espacio disponible, solo se muestran en exposiciones temporales: hubo una segunda en 2002, otra en 2011 y la actual, inaugurada la semana pasada. Evita nunca visti¨® los trajes regalados por Franco, pero los atesor¨® como un preciado recuerdo de esos meses intensos que la cambiaron para siempre.
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