Rivera & Rivera
Los mismos que mimaron o ayudaron sinceramente al l¨ªder de Cs le exigen cuentas del papel de bisagra en el que creyeron o invirtieron, seg¨²n el caso
Los halagos del poder embriagan. Y probablemente no hay pol¨ªtico espa?ol actual que haya sido destinatario de m¨¢s halagos del poder, repetidos, sostenidos, argumentados y publicados a los cuatro vientos que Albert Rivera, formado y proyectado para gobernar o para hacer posible el Gobierno m¨¢s conveniente en cada caso. Lo ten¨ªa al alcance de la mano en la primavera de 2018, cuando la sonrisa del destino se pos¨® en la mejilla de Pedro S¨¢nchez en forma de moci¨®n de censura. Pero, a diferencia del Pedro S¨¢nchez a quien Pablo Iglesias dirigi¨® aquella maldad en enero del a?o 2016, el nuevo Pedro S¨¢nchez ven¨ªa muy baqueteado por la crueldad de los suyos, y no hay crueldad mayor que la de las propias filas. O se muere o se aprende. Y a la vista est¨¢ que el aspirante a repetir como presidente del Gobierno no muri¨®.
El problema es que ahora todos est¨¢n atrapados en una mueca del destino. A Rivera, los mismos que lo mimaron o ayudaron sinceramente, le exigen cuentas del papel de bisagra en el que creyeron o invirtieron, seg¨²n el caso. Parece claro que no se tomaron en serio las campa?as electorales en las que, claramente, Rivera opt¨® por disputar el trono de las derechas, ni las carambolas andaluzas para aceptar el apoyo de Vox. Debieron pensar que, a la hora de verdad, presentar¨ªa una cuenta de resultados acorde al proyecto inicial. Resulta sorprendente que gente muy experimentada se haya visto sorprendida por un mecanismo de comportamiento humano tan elemental: dar poder de forma instrumental a alguien acaba siempre con ese alguien ejerciendo el poder sin aceptar tutelas. Especialmente cuando la gente te vota. Ocurre aqu¨ª, all¨¢ y acull¨¢. A la izquierda, a la derecha y en el centro.
Y Rivera y el PP est¨¢n en manos de Vox. Dure lo que dure la ¨²ltima ruptura de los ultras, la revelaci¨®n del acuerdo secreto con los populares en Madrid demuestra lo que ninguna pirueta argumental puede ocultar. Que all¨ª donde han necesitado sus votos, gobiernan gracias a ellos. Y de paso nos hemos enterado de que en la Espa?a de la regeneraci¨®n democr¨¢tica se pacta en secreto, de espaldas a los votantes, y, lo que es peor, de espaldas a todos los ciudadanos a los que?se pretende gobernar. Como para pensar en Espa?a. @PepaBueno
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