As¨ª ser¨¢ el gran eclipse sudamericano
El pr¨®ximo d¨ªa 2 se producir¨¢ el evento astron¨®mico del a?o: el ¨²nico eclipse total de Sol observable en el mundo en 2019
El 31 de julio de 1543 al mediod¨ªa muri¨® el Sol. El cielo del Tawantinsuyu ¡ªel Imperio inca¡ª se visti¨® de negro y los habitantes de la regi¨®n andina al norte del Chile actual lo interpretaron como se?al de una cat¨¢strofe en ciernes: en su sistema de creencias, este fen¨®meno astron¨®mico al que llamaban Intimtutayan era entendido como un enojo de Inti, el dios solar, por alguna ofensa cometida contra ¨¦l.
El oscurecimiento en pleno d¨ªa era temido: adem¨¢s de ser visto como la expresi¨®n de la pena de una de las deidades m¨¢s veneradas en el pante¨®n incaico, implicaba la muerte del astro y presagiaba grandes calamidades.
Tal espect¨¢culo, registr¨® el cronista Pedro Pizarro en Relaci¨®n del Descubrimiento y Conquista de los Reinos del Per¨² (1571), tuvo una consecuencia directa: en cuanto la Luna se interpuso entre la Tierra y el Sol, un grupo de ind¨ªgenas se neg¨® rotundamente a revelarle al conquistador espa?ol Lucas Mart¨ªnez Vegaso la ubicaci¨®n exacta de las ricas minas de plata de la regi¨®n. ¡°Sus hechiceros les dec¨ªan que morir¨ªan todos y se les secar¨ªan sus tierras si las descubr¨ªan¡±, escribi¨® Pizarro. ¡°Lucas Mart¨ªnez los anim¨®, dici¨¦ndoles que no temiesen, que no dec¨ªan la verdad sus hechiceros. Pero los indios le dijeron que el Sol se hab¨ªa enojado y por eso se hab¨ªa parado de aquella manera¡±.
No se sabe qu¨¦ ocurri¨® con estos individuos pero lo cierto es que aquella mezcla de asombro, temor y fascinaci¨®n ante este tipo de eventos tan incontrolables como deslumbrantes perdura desde entonces y volver¨¢ a activarse el pr¨®ximo martes 2 de julio cuando se repita este ballet c¨®smico que ya se conoce como el ¡°gran eclipse sudamericano¡±.
Ser¨¢ el evento astron¨®mico del a?o: el ¨²nico eclipse total de Sol observable en el mundo en 2019. Durante la tarde una franja de oscuridad ¡ªo umbra, momento de mayor sombra en un eclipse¡ª recorrer¨¢ diagonalmente Sudam¨¦rica, de oeste a este: pasar¨¢ a las 16.38 por las regiones de Atacama y Coquimbo (Chile); a las 17.40 por las provincias argentinas de San Juan, La Rioja, San Luis, C¨®rdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires y tambi¨¦n por Uruguay hasta perderse en el Atl¨¢ntico.
¡°Observar un eclipse puede transformarse en un evento social y en una vivencia compartida, de la que todos los testigos conservar¨¢n un recuerdo que los acompa?ar¨¢ por el resto de sus vidas¡±, se?ala la astr¨®noma Mariela Corti, investigadora del Instituto Argentino de Radioastronom¨ªa (Conicet). ¡°Se trata de un evento de la naturaleza ante el cual solo podemos ser observadores. Nos resulta completamente imposible evitarlo: el ser humano puede sentir una impotencia absoluta ante su desarrollo. Los eclipses son completamente independientes de las decisiones que tomamos y de nuestras acciones¡±, a?ade.
Cielos antiguos
En 1887 el astr¨®nomo austr¨ªaco Theodor von Oppolzer realiz¨® una tarea tit¨¢nica: compil¨® m¨¢s de 13.000 eclipses (8.000 solares y 5.200 lunares) que se sucedieron y suceder¨¢n entre los a?os 1207 a.C. y 2161 en su Canon der Finsternisse (Canon de los eclipses).
"Se trata de un evento de la naturaleza ante el cual solo podemos ser observadores. Nos resulta completamente imposible evitarlo: el ser humano puede sentir una impotencia absoluta ante su desarrollo". Mariela Corti, astr¨®noma
Entre ellos figura aquel eclipse de Sol del 31 de julio de 1543. Tambi¨¦n el del 9 de junio de 1592 que fue visto en la ciudad chilena de La Serena, del que, si bien no quedan registros escritos de este fen¨®meno, se sabe que dur¨® tres minutos y 54 segundos.
El eclipse de Sol del 16 de abril de 1893, en cambio, fue observado por tres expediciones cient¨ªficas: una chilena del Observatorio Astron¨®mico Nacional de la Universidad de Chile y dos de Estados Unidos (Observatorio Lick y Harvard).
Del otro lado de la Cordillera de los Andes, en el actual territorio argentino, el 28 de septiembre de 1810 se observ¨® el primer eclipse de Sol despu¨¦s de la Revoluci¨®n de Mayo. Como recuerda el ingeniero e historiador de la astronom¨ªa Santiago Paolantonio, el italiano Octavio Fabrizio Mossotti fue el primer astr¨®nomo profesional que actu¨® en el pa¨ªs y realiz¨® varias observaciones en la d¨¦cada de 1830. ¡°Alto, pelirrojo y de ojos azules, ten¨ªa un inter¨¦s especial: el cielo¡±, describe el historiador Daniel Balmaceda en su libro Estrellas del pasado. ¡°Registr¨® un eclipse de Sol el 20 de enero de 1833 y uno de Luna el 15 de diciembre de 1834. Tambi¨¦n dio cuenta del paso de Mercurio delante del Sol, el 5 de mayo de 1832, para envidia de sus colegas en Europa, quienes tuvieron una jornada con nubes y se lo perdieron¡±.
Los eclipses ¡ªdel griego ¨¦kleipsi, que significa abandono¡ª comenzaron a perder su misterio en el siglo XX cuando cientos de cient¨ªficos le despojaron de su halo de portador de malos augurios y se propusieron exprimir cada dato resultante de su observaci¨®n. El 12 de noviembre de 1966, por ejemplo, en la provincia de Salta, en el norte argentino, investigadores locales, franceses y estadounidenses lanzaron lo que se llam¨® la Operaci¨®n Ori¨®n-Eclipse, 17 cohetes-sonda con el fin de estudiar las erupciones solares, radiaciones de ondas y tormentas visibles en la corona del Sol.
Invitaci¨®n a la sombra
Hay varias circunstancias que hacen que el gran eclipse sudamericano sea especial: para empezar, se cumplen cien a?os del eclipse hist¨®rico de 1919, durante el cual se verificaron las predicciones de la Teor¨ªa de la Relatividad General de Albert Einstein, en especial c¨®mo la gravedad deforma el espacio y el tiempo. Tambi¨¦n se trata de una nueva oportunidad para todos aquellos que se perdieron el llamado ¡°gran eclipse norteamericano¡± del 21 de agosto de 2017 visible en Estados Unidos.
En su libro Eclipse: History, Science, Awe, el escritor Bryan Brewer menciona que parte de la m¨ªstica de los eclipses solares totales es su rareza geogr¨¢fica. Un eclipse total de Sol se ve en un mismo lugar, como promedio, una vez cada 375 a?os. ¡°Si bien los eclipses tienen una frecuencia promedio de dos por a?o en el mundo, no siempre pueden ser observados desde el punto geogr¨¢fico en el que estamos¡±, dice la astr¨®noma Georgina Coldwell, quien desde la Asociaci¨®n Argentina de Astronom¨ªa aglutina en el sitio Totalidad.com.ar todas las actividades y charlas que se dar¨¢n cuando se acerque la fecha.
Las peque?as ciudades en el camino del eclipse experimentar¨¢n una oleada de turismo sin precedentes. Miles de personas procedentes de todo el mundo ¡ªcuriosos ocasionales y cazadores profesionales de eclipses¡ª buscar¨¢n ba?arse de oscuridad. ¡°La capacidad hotelera desde julio del a?o pasado est¨¢ casi colmada¡±, afirma Mar¨ªa Eugenia Varela, directora del Instituto de Ciencias Astron¨®micas de la Tierra y del Espacio (Conicet/Universidad Nacional de San Juan).
Dentro de la delgada zona desde donde se observar¨¢ la totalidad del eclipse, el ¨²nico sitio tur¨ªstico con capacidad hotelera en Argentina es Villa de Merlo, provincia de San Luis. ¡°Nos visitar¨¢ un contingente de japoneses para tan espectacular evento¡±, cuenta entusiasmado Gast¨®n Mendoza Vieran, director del planetario de esta localidad.
Durante la tarde, una franja de oscuridad? recorrer¨¢ diagonalmente Sudam¨¦rica, de oeste a este
Otro alud de turistas, procedentes de Finlandia, se instalar¨¢ en La Serena, Chile. ¡°Para muchos ser¨¢ su primer eclipse¡±, cuenta el periodista cient¨ªfico Jari Makinen, organizador de este astro-tour. ¡°En general, buscan una experiencia extraordinaria. Aprovecharemos y visitaremos tambi¨¦n el desierto de Atacama y all¨ª el Very Large Telescope y el observatorio astron¨®mico ALMA¡±.
El eclipse coincide, adem¨¢s, con la celebraci¨®n de los 50 a?os del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, pa¨ªs considerado el epicentro de la astronom¨ªa mundial: en la actualidad, por su geograf¨ªa y sus cielos limpios ¡ªun promedio anual de 280 a 300 noches despejadas en el norte¡ªconcentra el 40% de los observatorios a nivel mundial.
Como quienes asisten a un concierto, los que tienen previsto presenciar el espect¨¢culo natural anhelan la experiencia, meses antes de que la Luna comience a ¡°tragarse¡± al Sol. Hasta que llegue el momento. Las flores se cerrar¨¢n. Los animales andar¨¢n desorientados. Bajar¨¢ la temperatura, los perros ladrar¨¢n y el d¨ªa se volver¨¢ noche.
Absolutamente todos elevar¨¢n la mirada al cielo y durante breves segundos experimentar¨¢n la trascendencia: una magn¨ªfica demostraci¨®n de lo que sucede cuando los objetos celestes se alinean.
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