Las abogadas de los divorcios multimillonarios, enfrentadas por el emir de Dub¨¢i
Helen Ward y Fiona Shackleton han intervenido en separaciones como las del pr¨ªncipe Carlos, Madonna, Paul McCartney o Bernie Ecclestone. Ahora representan a Mohamed Bin Rashid y a la princesa Haya
Helen Ward y Fiona Shackleton son conocidas como "la gran dama de los divorcios" y "magnolia de acero". Sus apodos dicen mucho sobre la personalidad de dos de las abogadas de familia brit¨¢nicas m¨¢s conocidas y solicitadas por aquellos que pueden permitirse sus costosos servicios. Las dos letradas volver¨¢n a verse las caras en el que ya se anuncia como uno de los divorcios m¨¢s medi¨¢ticos y conflictivos de los ¨²ltimos tiempos: el del emir de Dub¨¢i, Mohamed Bin Rashid, y su esposa m¨¢s joven, la princesa Haya, hija del rey Hussein de Jordania y medio hermana de Abdal¨¢ II, el actual monarca del pa¨ªs. Fiona Shackleton defender¨¢ los intereses de la princesa y Helen Ward se har¨¢ cargo del proceso desde el lado el emir.
Una y otra ya saben lo que es llevar procesos medi¨¢ticos y millonarios. Ward se ha encargado de los divorcios de Guy Ritchie o del de Bernie Ecclestone de su segunda mujer, Slavica. Y Shackleton sabe lo que es tratar con la realeza porque gestion¨® la ruptura del pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra y Diana Spencer y la del pr¨ªncipe Andr¨¦s y Sarah Ferguson.? Sigue manteniendo una excelente relaci¨®n con la familia real brit¨¢nica y se dice que aconseja legalmente a los pr¨ªncipes Guillermo y Enrique, a cuya boda asisti¨® como invitada. Tambi¨¦n sabe lo que es jugarse en el estrado no solo una separaci¨®n sentimental , sino un buen pu?ado de millones porque ha representado en sus respectivas rupturas a Paul McCartney, a quien su exmujer Heather Mills ped¨ªa 172 millones de euros que se redujeron a 22, a Madonna o al l¨ªder del grupo Oasis, Liam Gallagher.
Shackleton, de 62 a?os, tiene fama de ser ferozmente inteligente y de tener una incre¨ªble capacidad para llegar al fondo de un caso y ser capaz de ver un horizonte m¨¢s amplio para llegar a una soluci¨®n. Tambi¨¦n de ser de respuestas directas que dirige certeramente y en especial a las personas que no quieren escuchar. Casada con Ian Shackleton, un consultor financiero que desciende del explorador sir Ernest Shackleton, cree fervientemente en que el divorcio debe evitarse aunque sea su medio para ganarse la vida, y cuando sus dos hijas eran peque?as no dud¨® en anteponer su familia a su trabajo y salir de su oficina a las 17.30 en punto para llegar a casa a tiempo de cenar con ellas y acostarlas.
Con 28 a?os trabajaba para el despacho Farrer & Co del que se convirti¨® en socia dos a?os despu¨¦s y no mucho m¨¢s tarde en la principal abogada de la firma. En 2001 pas¨® a un despacho l¨ªder del sector, Payne Hicks Beach, y es all¨ª donde sigue en su condici¨®n de socia. Hoy sus servicios valen casi 700 euros la hora y quienes est¨¢n dispuestos a pagarlos tambi¨¦n deben acostumbrarse a acceder a los juzgados al lado de una mujer de impactante imagen cuyos atuendos son capaces de eclipsar a la estrella m¨¢s rutilante del firmamento de sus clientes. Los que han asistido a algunos de sus juicios, como observadores o contrarios, dicen que sus atuendos ¨Calgo alejados de la convencional imagen del traje de negocios¨C son una manera de centrar la atenci¨®n en su persona y suavizar su imagen al mismo tiempo, una estrategia que ha podido confundir a alguno de sus oponentes hasta llegar a subestimarla. Otros dicen que le sirven de carta de presentaci¨®n para que sus posibles futuros clientes tomen buena nota de a qui¨¦n acudir en caso de necesidad. Muchos a¨²n recuerdan cuando Heather Mills, la exmujer de Paul McCarney le lanz¨® un vaso de agua en pleno tribunal, y c¨®mo ella abandon¨® la corte al lado de su cliente, con el pelo a¨²n mojado pero con una sonrisa de oreja a oreja.?
De Helen Ward los principales directorios legales independientes de Gran Breta?a afirman que es "excelente". Los adjetivos brillante y extraordinario tambi¨¦n se asocian con su trabajo y seg¨²n figura en el perfil que la retrata en la web del despacho en el que trabaja ¨CStewarts Law¨C "est¨¢ reconocida como una de las abogadas de familia m¨¢s importantes de Londres". Sin duda algunos de los asuntos que ha llevado hacen honor a su fama de ser una de las primeras opciones para los ricos y famosos que aprecian su atenci¨®n a los detalles y su determinaci¨®n legal. La revista Tatler, en un art¨ªculo dedicado a los mejores abogados de divorcios brit¨¢nicos la describi¨® as¨ª: "Si lo que busca es absoluta discreci¨®n, no busque m¨¢s que a Helen Ward".?El mismo art¨ªculo afirmaba que le apasiona su trabajo, sabe eludir a los medios si el prop¨®sito es pasar desapercibidos y es una buena jugadora de tenis: "Tengo un buen golpe de derecha", afirm¨® respecto al juego y para quien quiera encontrar en sus palabras una met¨¢fora de c¨®mo es capaz de manejarse en el mundo del Derecho.
A la hora de aconsejar c¨®mo comportase si se est¨¢ implicado en un divorcio, Ward lo dej¨® claro en un art¨ªculo que public¨® junto a una colega en la revista Sunday Times: elegir un abogado con un alto grado de inteligencia emocional; acudir a un terapeuta porque "probablemente es una de las experiencias emocionalmente m¨¢s traum¨¢ticas de la vida"; saber escuchar los consejos que no se quieren o¨ªr; ser honesto; mirar hacia el futuro y encontrar una soluci¨®n equitativa con la que ambas partes puedan vivir.
Un nuevo divorcio pondr¨¢ frente a frente a Shakleton y Ward, dos letradas que volver¨¢n a sacar sus mejores armas para conseguir que sus clientes acaben satisfechos, incluso cuando sea el momento de abonar su abultada minuta.
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