Tocarnos sin miedo
Cuando fui a ver 'Jaur¨ªa' sal¨ª con la reforzada convicci¨®n de que nuestra educaci¨®n sexual es condenable. Es peligrosa
Empec¨¦ viendo a Rocky Balboa, con sus ojos de vaca casi tiernos y su ingenua cr¨ªtica social asociada a un ch¨¢ndal gris y a una triste novia de barrio. Intent¨¦ acostumbrarme sin ¨¦xito a los esteroides de Schwarzenegger o de Jean-Claude Van Damme, los cabeza de buey, los rompe cr¨¢neos. Masa humana inflada golpeando. Bebedores de leucocitos. Pas¨¦ miedo con Freddy Krueger, un miedo completamente exento de empat¨ªa. Aquello estaba hecho para ser mirado, pero a m¨ª me costaba mirar. Todo esto acab¨®; aunque tarde, llegaron los a?os en los que pod¨ªa decidir por m¨ª misma. La violencia audiovisual ?empez¨® a ser otra cosa? Recuerdo los debates que tuve con amigos sobre Irreversible, la pel¨ªcula de Gaspar No¨¦, donde se filma una violaci¨®n desde el suelo, con un plano fijo, durante m¨¢s minutos de lo establecido (fuera del porno, claro). Esa violaci¨®n estaba exenta de erotismo y hab¨ªa que sostenerle el pulso a la pantalla. Yo tuve que quitar el sonido, y aun as¨ª no consegu¨ª mantener los ojos abiertos. Aquello ten¨ªa un mensaje, dec¨ªamos. Igual que Funny Games, de Haneke: ?no era esa mirada a c¨¢mara del depravado protagonista, esa sonrisa, el gui?o que confirmaba la condici¨®n de cr¨ªtica a trav¨¦s del arte? La violencia siempre deber¨ªa incomodar. Estremecer. La violencia siempre deber¨ªa resultar repulsiva. Pero el entretenimiento, parque de atracciones del capitalismo, est¨¢ por encima del bien y del mal. Y qui¨¦n no ha disfrutado con el cap¨ªtulo de Juego de tronos donde se apu?ala a una embarazada en el vientre. Sangre sofisticada.
Cuando fui a ver Jaur¨ªa, la obra de teatro de Miguel del Arco sobre el juicio de La Manada, sal¨ª con la reforzada convicci¨®n de que nuestra educaci¨®n sexual (y por lo tanto emocional), la de todos, que viene directamente de la industria pornogr¨¢fica y de siglos de machismo y patriarcado aderezados con restos de una losa cat¨®lica, es condenable. Es peligrosa. Los gestos, la bravuconer¨ªa, la violencia, el uso y la anulaci¨®n y la destrucci¨®n del otro, de la otra, de todas las otras: urge empezar de nuevo. Y cuidado: no mezclemos el amor en la educaci¨®n sexual y emocional, el amor no es algo que nos vaya a caer del cielo para salvarnos. El amor es un sentimiento, no una posici¨®n. Solo nos queda mirar al otro con respeto y desde la igualdad. Entonces podremos empezar a tocarnos sin miedo. @lara_morenom
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