Los buenos efectos secundarios del desprecio
Houellebecq el autor m¨¢s vendido de Francia ha soltado, eso s¨ª, a trav¨¦s de intermediario virtual, que la ciudad de Niort es fea de narices
El desprecio tiene tres caracter¨ªsticas notables: es profundamente injusto, es muy revelador de las debilidades de quien lo profiere y es un incre¨ªble motivador para quien lo sufre. Relataba el blog Mundo Global que la ciudad francesa de Niort se encuentra entre perpleja e indignada, porque en la ¨²ltima y exitosa novela del afamado escritor Michel Houellebecq, su protagonista suelta que Niort ¡°es una de las ciudades m¨¢s feas¡± que le ha tocado ver. En una ¨¦poca donde el ¡°qu¨¦ dir¨¢n¡± es m¨¢s importante que el mismo ¡°qu¨¦ es¡± ¡ªy todo se traduce en dinero y puestos de trabajo¡ª los niorteses se han encontrado con una colleja reputacional ¡ªexpresi¨®n mestiza del habla de toda la vida y la neolengua¡ª sin comerlo ni beberlo.
No nos enga?emos. Eso de que los personajes de una novela dicen lo que quieren y tienen vida propia no es m¨¢s que un truco de prestidigitador. Lo que dicen, los nombres que usan y todo lo que hacen, responden ¨²nica y exclusivamente a la voluntad del escritor. Y as¨ª, el autor m¨¢s vendido de Francia ha soltado, eso s¨ª, a trav¨¦s de intermediario virtual, que una de sus ciudades es fea de narices.
Otra caracter¨ªstica habitual del desprecio es que tiene que ser p¨²blico. El despreciador raramente se atreve al cara a cara en privado. Y esto abre un abanico de respuestas. Una es ignorarlo. Puede ser la mejor, pero hay que ser un lord ingl¨¦s y los de Niort ¡ªhermanada con Gij¨®n y Tomelloso¡ª son franceses. Otra es tratar de explicar que todo es un malentendido. Craso error. El autor de la afrenta se ver¨¢ reforzado ante la actitud perrunamente apaciguadora de sus v¨ªctimas. La tercera es revertir todo ese torrente de mala intenci¨®n y lograr el efecto contrario al buscado por el desprecio. Es responder a la colleja con una patada voladora. Todo reputacional, conste.
Niort ha pasado al contraataque. Sus peri¨®dicos han hecho bromas sobre el intocable Houellebecq, sus vecinos han planteado mejoras que pongan freno al declive que sufren las peque?as ciudades en detrimento de las megal¨®polis, y la ciudad se ha convertido en s¨ªmbolo de la resistencia de una localidad del interior frente a la maquinaria publicitaria parisina. Houellebecq seguir¨¢ siendo famoso, s¨ª, pero su novela ha trascendido por una frase¡ sobre Niort.
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