Par¨¢lisis china

La desaceleraci¨®n de la econom¨ªa china puede interpretarse como un riesgo para los equilibrios econ¨®micos mundiales a medio plazo. En el segundo trimestre de este a?o ha crecido el 6,2%, una tasa inalcanzable para casi todas las econom¨ªas del mundo, pero insuficiente para sostener la necesidad interna de sostener un cierto progreso de riqueza en la poblaci¨®n. A pesar de que Pek¨ªn descarta que esta ralentizaci¨®n sea imputable a la guerra arancelaria con Washington, resulta in¨²til negar la evidencia. La presi¨®n de Estados Unidos ha da?ado las exportaciones chinas, est¨¢ presionando sobre su macroeconom¨ªa y, por el momento, Pek¨ªn no puede activar respuestas m¨¢s contundentes. A pesar de que, como es sabido, China atesora un volumen importante de deuda estadounidense.

El problema de la desaceleraci¨®n econ¨®mica es solo una de las fuentes posibles de desequilibrios globales, y no la mayor. La imposici¨®n de controles de capital establecidos por Pek¨ªn, junto con la segunda hoja de la tijera, que son los controles cada vez m¨¢s afinados decididos por muchos pa¨ªses para cribar las entradas de capitales chinos, est¨¢n hundiendo las inversiones chinas en el exterior. El caso de Espa?a ofrece un cuadro estad¨ªstico demoledor: si en el primer semestre de 2018 las compa?¨ªas de aquel pa¨ªs invirtieron 1.100 millones de d¨®lares, en los seis primeros meses de este a?o suman 10 millones.

Un descenso tan r¨¢pido y acusado, coherente con la ca¨ªda general de inversiones en todos los pa¨ªses, da?a la estabilidad inversora y monetaria global. Limita las posibilidades de crecimiento y obliga a buscar nuevos flujos de capital en mercados cuya desconfianza sobre las expectativas econ¨®micas en 2020 y 2021 no son demasiado optimistas. Recomponer los equilibrios anteriores a la guerra arancelaria de Trump requerir¨¢ tiempo, incluso aunque Estados Unidos, con un nuevo presidente y un nuevo equipo econ¨®mico, renuncie al proteccionismo, a sus pompas y a sus obras.