La desaparici¨®n del padre Gallego, en formato audio

La tradici¨®n del periodismo narrativo es fecunda en Latinoam¨¦rica. Grandes nombres que van desde Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez o Mart¨ªn Caparr¨®s hasta Leila Guerriero y, por supuesto, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. En formato audio, por el contrario, la tradici¨®n se ha desplegado con fuerza en Estados Unidos gracias a shows apasionantes como Serial, Caliphate o Slow Burn. Pero, ?qu¨¦ sucede en M¨¦xico, Colombia o Chile? El referente de Radio Ambulante o Las Raras Podcast es indiscutible pero, ?hasta d¨®nde llega la oportunidad del podcast narrativo de no ficci¨®n? Juan Serrano, periodista amante de las grandes? historias, se hizo la misma pregunta. El resultado es una serie documental asombrosa: La desaparici¨®n del padre Gallego, una serie que investiga qu¨¦ ocurri¨® con este sacerdote en Panam¨¢ y por qu¨¦ nadie le recuerda en Colombia, su pa¨ªs natal.?

P. H¨¢bleme de su formaci¨®n y de c¨®mo empez¨® a interesarse por un formato como el podcast.

R. Me form¨¦ como abogado en Colombia, pero al poco tiempo de ejercer la profesi¨®n me di cuenta de que no era lo m¨ªo. Ya en la universidad hab¨ªa cursado algunas clases de periodismo y gracias a ello descubr¨ª que no hab¨ªa nada que me fascinara m¨¢s a nivel profesional que hacer entrevistas, pasar horas en una hemeroteca y luego poner en un texto las cosas que averiguaba. Abandon¨¦ el derecho definitivamente en 2016 y con unos ahorros que ten¨ªa me dediqu¨¦ un a?o largo a escribir una biograf¨ªa sobre uno de los pioneros del periodismo investigativo en Colombia: Alberto Donadio. Mi inter¨¦s por el audio se dio precisamente durante ese proceso de escritura. Quer¨ªa mejorar mi nivel de ingl¨¦s y para entrenar el o¨ªdo comenc¨¦ a o¨ªr podcasts norteamericanos. Ah¨ª fue que un mundo nuevo se abri¨® delante de m¨ª y aparecieron otros referentes que ahora quer¨ªa emular con mi trabajo. Me aventur¨¦ con el formato sin tener mucha idea de c¨®mo estructurar un guion ni c¨®mo modular la voz para radio.

P. ?C¨®mo conoce la historia del padre Gallego?

R. Supe de la existencia de este sacerdote de una manera impensada: en un libro sobre el esc¨¢ndalo financiero de los papeles de Panam¨¢ escrito por el periodista Jake Bernstein. Bernstein dedicaba all¨ª algunos cap¨ªtulos a narrar la historia de Mossack Fonseca ¡ªla firma de abogados paname?a de la cual provino la filtraci¨®n de documentos que origin¨® el esc¨¢ndalo¡ª y, al referirse a Ram¨®n Fonseca Mora, uno de sus socios, contaba que este, en su juventud, mantuvo una cercana amistad con un sacerdote colombiano llamado H¨¦ctor Gallego, que hab¨ªa desaparecido en Panam¨¢ durante la dictadura militar. El dato despert¨® mi inter¨¦s pues jam¨¢s hab¨ªa o¨ªdo mencionar ese nombre en mi pa¨ªs. Bernstein, adem¨¢s, revelaba un detalle alucinante: dec¨ªa que, de acuerdo con una investigaci¨®n del reportero Seymour Hersh publicada en el New York Times, el padre Gallego hab¨ªa sido arrojado desde un helic¨®ptero a la selva del Dari¨¦n y hab¨ªa sobrevivido al golpe. La alusi¨®n al caso del sacerdote en el libro de Bernstein no ocupaba m¨¢s de tres cuartillas, pero con lo que dijo bast¨® para seducirme. As¨ª comenc¨¦ a seguirle el rastro.

P. ?Cu¨¢nto tiempo dur¨® la producci¨®n e investigaci¨®n? ?Qu¨¦ fuentes ten¨ªa y cu¨¢ntos lugares visit¨®?

R. En la producci¨®n de la serie llevamos embarcados cerca de 14 meses. La fase de reporter¨ªa m¨¢s intensa la hicimos entre mayo y octubre de 2018, pero cada episodio nos demanda reporter¨ªa adicional. Siempre surgen preguntas al momento de escribir los guiones y hay que volver de nuevo a las fuentes para completar lagunas que nos hayan quedado. En los primeros meses, entrevist¨¦ a las hermanas del sacerdote, visit¨¦ en su casa en Santa Fe (Panam¨¢) al campesino que fue testigo del secuestro del cura y recogimos mucha informaci¨®n en archivos p¨²blicos y hemerotecas de Panam¨¢ y Colombia. Por tratarse de un hecho ocurrido hace casi medio siglo (el cura desapareci¨® en 1971), yo pensaba que solo iba a ser posible reconstruir la historia por medio de fuentes secundarias. Pero he tenido suerte: la familia me confi¨® los casetes de audio y v¨ªdeo que hab¨ªan ido recopilado del caso, con lo cual hemos podido darle textura sonora al podcast. Hay grabaciones estupendas como una entrevista que dio el padre Gallego cinco d¨ªas antes de ser visto por ¨²ltima vez o audios de sus familiares rogando clemencia a los captores del sacerdote.

P. ?De qu¨¦ manera han trabajado un guion de ocho episodios con una historia tan compleja?

R. No escrib¨ª la primera l¨ªnea del primer guion sin antes tener una l¨ªnea de tiempo muy detallada de esta historia, que abarcaba tanto los hechos clave de la vida del padre Gallego como todas las repercusiones que desat¨® su desaparici¨®n. Eso me sirvi¨® para tener una noci¨®n general del arco narrativo de toda la historia y hacer m¨¢s digerible una trama que ten¨ªa muchos nudos. Ahora bien, este trabajo ha tenido algo peculiar y es que lo hemos ido publicando a medida que la investigaci¨®n contin¨²a su curso. El primer episodio lo lanzamos cuando ten¨ªamos dos m¨¢s producidos, pero de ah¨ª en adelante todo estaba por construir. Aunque mentalmente ten¨ªa esbozada una idea de hacia d¨®nde deb¨ªa caminar la historia y qu¨¦ camino deb¨ªa tomar, no sab¨ªa de antemano el n¨²mero de episodios que tomar¨ªa contarla. A veces suced¨ªa que una serie de hechos que preve¨ªa poder narrar todos en un mismo episodio, deb¨ªa al final partirlos en dos o hasta tres para no hacer cap¨ªtulos demasiado largos. Aclaro, adem¨¢s, que la serie no est¨¢ concluida: en los pr¨®ximos d¨ªas estar¨¢ en el aire el noveno episodio, y entonces solo restar¨¢ el cap¨ªtulo de cierre.

P. H¨¢blenos del dise?o sonoro de la serie, porque creo que es austero pero muy efectivo.

R. Este podcast lo hacemos, como decimos en Colombia, con las u?as. Recurrimos a librer¨ªas musicales pues no estamos en condici¨®n econ¨®mica de producir m¨²sica original. De manera que esto del dise?o austero es menos algo deliberado que una consecuencia del bajo presupuesto. Ahora bien, Daniel D¨ªaz, quien se encarga de la mezcla y la musicalizaci¨®n de los episodios, es un gran bater¨ªa y es due?o de un sentido innato del ritmo. La idea que lo ha guiado es la de utilizar m¨²sica que insin¨²e determinadas atm¨®sferas, pero dejando que sea la trama la que se luzca. La historia del padre Gallego es por s¨ª misma bastante triste, sobre todo si se cuenta ¡ªcomo lo hemos hecho¡ª desde el prisma de quienes han sufrido con su ausencia. En ese sentido, un error que hemos procurado no cometer es el de convertir todo esto en un melodrama efectista a punta de trucos musicales.

P. ?Cu¨¢les han sido sus referentes en este formato de podcast narrativo de no ficci¨®n?

R. Me gustan muchos los podcasts seriales, sobre todo aquellos que involucran un alto componente de periodismo de investigaci¨®n. Programas como Serial o In the Dark me han mostrado que el formato de audio es un veh¨ªculo formidable para hacer denuncias de inter¨¦s p¨²blico y llegar a audiencias masivas con asuntos complejos y en apariencia poco taquilleros. Tambi¨¦n me han marcado mucho podcast que revisitan pasajes poco explorados de la historia o que descubren nuevas subtramas en viejos esc¨¢ndalos pol¨ªticos. Hablo, por ejemplo, de programas como Slow Burn, del portal Slate; Revisionist History, de Malcolm Gladwell; Bag Man, de Rachel Maddow, y Througline, de NPR. Aparte de estos, Radio Ambulante es un paso obligado para todos los hispanohablantes que amamos las buenas historias en general. En lo personal, su trabajo es tambi¨¦n un constante est¨ªmulo para perseverar en este oficio.

P. ?C¨®mo nace La no ficci¨®n y qu¨¦ proyectos tienen entre manos?

R. Inicialmente, yo quer¨ªa hacer un programa de entrevistas con periodistas y cronistas. Emular lo que hacen en Longform, un podcast en el cual los mejores escritores de no ficci¨®n en ingl¨¦s hablan acerca de su oficio. Sent¨ªa que, para empezar, un proyecto de esas caracter¨ªsticas era algo que estaba a mi alcance y que podr¨ªa haber un p¨²blico para ello (aspirantes a cronistas, como yo). Lo llam¨¦ La no ficci¨®n. Al poco tiempo, sin embargo, me di cuenta de que no soy tan buen entrevistador como desear¨ªa y que me siento m¨¢s c¨®modo escribiendo guiones y utilizando las entrevistas como simple materia prima de una historia con m¨²ltiples fuentes. Desde entonces La No Ficci¨®n vir¨® hacia algo m¨¢s narrativo.

En cuanto a proyectos de futuro, acabamos de ser escogidos en la segunda ronda del Google Podcasts creator program. En el marco de ese programa vamos a producir un podcast narrativo que conjugar¨¢ historia ¡ªcon may¨²sculas¡ª y dramas ¨ªntimos. Se va a llamar Un peri¨®dico de ayer. Trataremos de que sea una nueva pata de La No Ficci¨®n, pero eso a¨²n no est¨¢ acordado. Eso s¨ª, los productores seremos los mismos ¡ªm¨¢s un refuerzo¡ª y adem¨¢s va dirigido al mismo tipo de audiencia.

P. ?Cu¨¢l es su modelo de negocio? ?Monetizan el contenido?

R. Hasta ahora no hemos obtenido ninguna ganancia econ¨®mica por el podcast. El proyecto arranc¨® de una manera bastante silvestre, con el entusiasmo como combustible principal. Naturalmente que queremos que esto sea no solo una pasi¨®n creativa sino que al mismo tiempo sea un oficio alrededor del cual podamos estructurar nuestra vida econ¨®mica y profesional. Es algo en lo que constantemente estamos pensando y hemos tanteado algunas posibilidades, sin que haya nada concreto hasta el momento. En todo caso, siento que en la medida en que le sigamos apostando a las buenas historias y al buen entretenimiento sonoro; en la medida en que nuestros contenidos se les conviertan imprescindibles a una creciente franja de oyentes y destaquemos en el escenario colombiano como productores de audio de gran calidad, las f¨®rmulas de monetizaci¨®n llegar¨¢n tarde que temprano. Pienso, por ejemplo, que un trabajo como el del padre Gallego podr¨ªa perfectamente convertirse en un documental para alguna plataforma de streaming de v¨ªdeo. Nadie lo ha propuesto y seguramente no va a pasar, pero lo que quiero decir con esto es que cuando uno le apuesta a las buenas historias se abre un abanico inmenso de posibilidades.

P. ?C¨®mo crees que avanza el podcasting en espa?ol y muy concretamente en Colombia?

R. Mi impresi¨®n es que en Colombia el inter¨¦s por los podcasts crece sostenidamente, sobre todo entre el p¨²blico urbano y joven. Ese crecimiento ha estado jalonado por el hecho de que algunas figuras conocidas de la radio tradicional han migrado hacia proyectos nativos digitales. Tambi¨¦n, sospecho, que el factor Radio Ambulante ha influido bastante (aunque no s¨¦ de cifras, me atrevo a decir que Colombia es uno de los pa¨ªses donde han tenido una mayor penetraci¨®n). En todo caso, todav¨ªa es muy prematuro para hablar de industria. Los programas que han logrado fichar alg¨²n patrocinador se cuentan con los dedos de una mano y por lo general la gente que est¨¢ haciendo podcast no est¨¢ dedicado a ello tiempo completo. ?Qu¨¦ hace falta para que el crecimiento sea m¨¢s acelerado? ?Un show que la saque del estadio y se convierta en un hito cultural como ocurri¨® en Estados Unidos con Serial? No lo s¨¦. Creer¨ªa que, a medida que vayan apareciendo podcasts mejor logrados y nuevos formatos (podcast de ficci¨®n, por ejemplo), a medida que aparezcan patrocinadores y capitales dispuestos a invertir, el consumo de podcast ir¨¢ ganando terreno. Con frecuencia veo a alguien pidiendo por Twitter una recomendaci¨®n sobre qu¨¦ podcast o¨ªr. Eso me parece muy sintom¨¢tico del momento que estamos viviendo en el podcasting en espa?ol. Seguramente son personas que aterrizaron en algo que les encant¨®, ya se devoraron todo el feed de ese show y ahora no hallan algo semejante para seguir enganchados. En esa orfandad hay una enorme posibilidad.

P. Por ¨²ltimo, recomi¨¦ndeme algunos podcasts que est¨¦ escuchando ahora.

R. Hace poco escuch¨¦ uno estupendo: The Shrink Next Door, una coproducci¨®n de Wondery y Bloomberg. Cuenta la historia de un psiquiatra neoyorquino que movi¨® como un titiritero los hilos de la vida de uno de sus pacientes. Y ahora mismo ando escuchando The Ballad of Billy Balls, de los mismos productores de Crimetown. Una verdadera joya que mezcla true crime, secretos familiares y la escena punk del East Village neoyorquino de los a?os setenta. Apenas voy en el cuarto episodio y desde ya presiento que ser¨¢ uno de los mejores podcasts que escuche este a?o