Y sin embargo, la 4T
AMLO est¨¢ empujando al pa¨ªs en la direcci¨®n correcta. Pero estar de acuerdo con sus grandes objetivos no nos hace incondicionales de sus m¨¦todos
?De d¨®nde obtiene su energ¨ªa este hombre para arrancar todos los d¨ªas a las cinco de la ma?ana la tozuda tarea de cambiar M¨¦xico? ?De d¨®nde saca el presidente las ganas para subirse al ring de lunes a domingo y encontrar cada d¨ªa nuevos adversarios? La entereza de L¨®pez Obrador es envidiable, su capacidad para encontrar o hacer enemigos tambi¨¦n; sospecho que las dos cosas est¨¢n conectadas. Su trayectoria como opositor durante tantos a?os deriv¨® en una praxis pol¨ªtica centrada en la pol¨¦mica y la confrontaci¨®n. Parecer¨ªa que necesita, como los parapentes, el aire en contra para no caerse.
No creo que la tendencia a la confrontaci¨®n sea resultado de una estrategia deliberada. En su discurso de apertura hace ocho meses, AMLO prometi¨® que ser¨ªa un presidente para todos los mexicanos, incluso para aquellos que no lo quer¨ªan o que hab¨ªan votado en contra de ¨¦l. Hizo votos por la paz y la concordia.
El problema, dir¨ªa ¨¦l, es que para conseguir la paz primero tienes que asegurarte de que el adversario no tenga ¨¦xito en su intento por destruirte. Y ¨¦l ve un campo de batalla plagado de enemigos: prensa, organismos financieros internacionales, calificadoras, intelectuales, expresidentes del pa¨ªs, manifestantes, sociedad civil, empresarios. Tengo la impresi¨®n de que muchos de estos adversarios son reales en el sentido de que tienen intereses leg¨ªtimos e ileg¨ªtimos para oponerse a un cambio, pero otros simplemente reaccionan al ambiente polarizado desatado por el mandatario.
El lunes por la ma?ana en r¨¢pida sucesi¨®n el presidente se quej¨® del Financial Times, del diario Reforma, de la revista Proceso y del sitio digital Sinembargo.mx (este ¨²ltimo sin mencionarlo por su nombre). En el caso de los dos primeros no hay sorpresa; AMLO interpreta que las cr¨ªticas de algunos medios de prensa internacional obedecen a sus enfoques neoliberales y a su incapacidad para entender un proyecto con otras prioridades sociales.
Antes hab¨ªa cuestionado a The Washington Post y a The Wall Street Journal, ahora toca al diario ingl¨¦s. Reforma, en cambio, ha sido objeto de pullas continuamente; AMLO asume que se trata de un diario que representa los intereses del sector empresarial m¨¢s conservador y lo ha convertido en su pluma de vomitar.
Los casos de Proceso y de Sinembargo.mx son m¨¢s dif¨ªciles de entender, incluso en la l¨®gica lopezobradorista. Se trata de medios percibidos en el ambiente como de tendencia progresista, con l¨ªneas editoriales caracterizadas por su cr¨ªtica al antiguo r¨¦gimen y una amplia y favorable cobertura a los temas de la oposici¨®n. Sobre el semanario se?al¨® "la revista Proceso, por ejemplo, no se port¨® bien con nosotros"; Rodr¨ªguez, un reportero de este medio le respondi¨® de manera impecable: "Los medios no tienen que portarse bien, presidente".
Lo m¨¢s duro lo recibi¨® el portal de informaci¨®n Sinembargo.mx. Este medio public¨® el fin de semana que el hijo menor de AMLO hab¨ªa sido inscrito en un campamento de verano de lujo, no solo por el precio (alrededor de 2.000 d¨®lares a la semana), como por el hecho de haberse constituido en un referente de los v¨¢stagos de los sectores m¨¢s pudientes del pa¨ªs.
La reacci¨®n del mandatario fue inmediata: "Que se va mi hijo a un campamento a San Luis Potos¨ª, qu¨¦ barbaridad, ?d¨®nde est¨¢ la austeridad? Pero el medio que saca ese gran reportaje cobraba aqu¨ª. Son de los que recib¨ªan dinero por los servicios que prestaban". Puedo entender la irritaci¨®n del presidente, pero habr¨ªa sido mejor alg¨²n comentario a la informaci¨®n descrita all¨ª o un cuestionamiento al hecho de que se metan con su vida privada (un tema que en s¨ª mismo merecer¨ªa un debate).
Me desconcierta en cambio la acusaci¨®n de corrupci¨®n lanzada sin ton ni son. Estuve vinculado a ese medio hasta hace unos meses y es conocido que, lejos de recibir dinero, fue boicoteado publicitariamente por la Administraci¨®n anterior debido a sus posiciones cr¨ªticas; sus socios fueron objeto de severas y en muchas ocasiones inexplicables auditorias fiscales y en ¨¦l escribieron varios de los colaboradores de la 4T (Genaro Villamil, Sanjuana Mart¨ªnez, Gabriel Sosa Plata, Jes¨²s Robles Maloof). O el presidente confundi¨® el nombre del portal o simplemente est¨¢ tomando la perniciosa costumbre de descalificar moralmente a todo el que lo irrita.
Pese a todo y m¨¢s all¨¢ del exabrupto, estoy convencido de que AMLO est¨¢ empujando al pa¨ªs en la direcci¨®n correcta. Pero estar de acuerdo con sus grandes objetivos no nos hace incondicionales de sus m¨¦todos o de algunas de sus actitudes.
Con frecuencia no coincido con sus formas, me preocupan sus modos rijosos y m¨¢s me preocupa que adopte la costumbre de definir al resto del mundo en buenos y malos, a partir de su alineamiento con su programa o su persona. El pa¨ªs necesita una 4T o algo que se le parezca y hay un presidente dispuesto a intentarlo. Ser¨ªa deseable que pudi¨¦ramos transitar este camino sin despedazarnos.
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