Ba?arse en un Seat Ibiza
Es dif¨ªcil saber si Benedetto Bufalino es un artista, un dise?ador o un colonizador de espacio p¨²blico, pero todos sus trabajos buscan recuperar lugares para el ocio rescatando el espacio que ocupan los veh¨ªculos
Benedetto Bufalino trabaja con tres recursos: lo que molesta en las ciudades, lo que hace falta y el humor. Lo que suele sobrar en las urbes del planeta es espacio ocupado por los coches. Lo que suele faltar es justamente lo contrario: espacio para que se muevan, se encuentren, paseen o se sienten las personas. Son las dos caras del ocio y el negocio. Y Bufalino, nacido en Lyon de padres italianos en 1982, coloniza coches, autobuses y camiones para hacer que los ciudadanos disfruten y se r¨ªan.
M¨¢s all¨¢ de esos tres recursos, este artista a medio camino entre un activista, un dise?ador y un creador de instalaciones, suele barajar pocos materiales. El grueso proviene del desecho: coches, furgonetas o camiones del desguace. O cartones reciclados. Y pintura. Por espectaculares que resulten sus trabajos es siempre la idea, dr¨¢stica, chocante, reivindicativa, divertida y f¨¢cil de entender, lo que decide sus obras.
As¨ª, uno de sus primeros trabajos, de 2007, consisti¨® en instalar sombreros gigantes sobre el banco corrido del paseo mar¨ªtimo de Marsella. Dos a?os despu¨¦s, en 2009, convirti¨® en l¨¢mpara nueve coches aparcados en Lyon para que tuviesen uso mientras estaban aparcados por la noche. Tras esa Guirnalde de Voitures Clignotantes, en 2012 construy¨® una casa rodante (Maison Roulante) y en 2014 decidi¨® que un Seat Ibiza deb¨ªa llevar dentro un jacuzzi. Cort¨® el coche en dos y meti¨® una ba?era de hidromasaje, operativa, dentro. Luego llegar¨ªan la piscina-caravana o el cami¨®n¨Cpista de tenis. En 2015, Bufalino firm¨® uno de sus trabajos m¨¢s simp¨¢ticos: La Villa Savoye en fin termin¨¦e en el que, ¡°por fin¡±, coronaba con una cubierta a dos aguas la famosa vivienda dise?ada por Le Corbusier. En 2017, Bufalino aterriz¨® en Par¨ªs para instalar una cancha de baloncesto en el interior del Palais de Tokyo.
El franc¨¦s intervino esta primavera en Logro?o. Durante la quinta edici¨®n del festival de arquitectura ef¨ªmera Conc¨¦ntrico, Bufalino fue invitado por su director, Javier Pe?a, y en pleno centro de la ciudad, en el Espol¨®n, cubri¨® varios coches aparcados para ampliar el espacio p¨²blico. Lo hizo con el ¨²nico material que el festival permite trabajar: tableros de madera contrachapada del fabricante local Garnica. El nuevo porche urbano sirvi¨® durante cinco d¨ªas para que la gente se sentara, tumbara, tomara el sol o jugara a las cartas en el espacio privilegiado que ocupan los coches aparcados. Sirvi¨® tambi¨¦n para protestar. Protestar dando ideas. Eso tiene que ser un arte.
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