Todo normal
Bildu reclama ¡°sentido de la normalidad¡± a quienes vemos anormal que un asesino o un secuestrador regrese homenajeado. Hay un mundo perdido ah¨ª que no s¨®lo no aprende, sino que se ofrece a ense?arnos
"Hasta la derrota siempre¡± era el lema electoral del PKD (Partido del Karma Democr¨¢tico), una candidatura gestada alrededor de la revista de humor Karma. Se dieron a conocer en las elecciones generales de 2000. Su ideolog¨ªa era la s¨¢tira y defend¨ªan re¨ªrse de s¨ª mismos, pero a pesar de esto nunca pasaron de los 3.000 votos; sin embargo, en esos a?os sembrados de muertos, el partido que disculpaba los asesinatos ten¨ªa varias decenas de miles, as¨ª que de alguna manera o los papeles estaban cambiados o lo estaban los votantes. En 2003, dec¨ªa este peri¨®dico, el Partido del Karma Democr¨¢tico supon¨ªa la ¡°normalidad¡± vasca ¡°entre centenares de guardaespaldas, inhibidores de frecuencia y perros detectores de explosivos¡±.
He recordado al PKD y su lema al saber que Bildu, con un feliz sentido de la pedagog¨ªa, reclama ¡°sentido de la normalidad¡± a quienes vemos anormal que un asesino o un secuestrador regrese homenajeado entre aplausos, ovaciones, banderas y consideraci¨®n de preso pol¨ªtico. Hay un mundo perdido ah¨ª que no s¨®lo no aprende, sino que se ofrece a ense?arnos. Un mundo del que podr¨ªa decirse aquello de Hannah Arendt sobre el mal cuando pierde su caracter¨ªstica principal: la caracter¨ªstica de ser una tentaci¨®n. De tal modo que en ese mundo la tentaci¨®n durante mucho tiempo fue no matar, no secuestrar, no apuntar matr¨ªculas ni echar de sus pueblos a gente por pensar distinto. No se sucumbi¨® a esa tentaci¨®n del mismo modo que hoy no se sucumbe a otra tentaci¨®n, la de no convertir asesinos en h¨¦roes.
Y eso, naturalmente, es normal. Normal es que haya una parte de la sociedad vasca que piense que un terrorista merece un reconocimiento al quedar en libertad, y tenga sus propias opiniones y sentimientos acerca de su encarcelamiento y los motivos que lo llevaron all¨ª: la normalidad se trabaja y ETA y sus m¨¢rgenes han dedicado 40 a?os a convertir en norma la excepci¨®n moral. Lo que no es ni puede ser normal es que a los dem¨¢s nos lo parezca, del mismo modo que es normal que el adorador de un asesino en serie celebre su hipot¨¦tica salida de la c¨¢rcel, pero no pretender que se lo parezca al resto del mundo.
El problema de ETA empez¨® cuando pas¨® de las palabras a los hechos, y el problema de Bildu no se acaba porque pasa habitualmente del pensamiento a las palabras; esto es, dicen lo que piensan y a menudo act¨²an en consecuencia. Esto tiene un prestigio no siempre merecido, sobre todo si es para subvertir en p¨²blico el orden moral que dicta verg¨¹enza para los asesinos y dignidad para sus v¨ªctimas. El ¨²nico ¡°sentido de normalidad¡± es denunciarlo, la ¨²nica normalidad posible en una sociedad en paz consigo misma es convertirlo en excepcional.
?Saben qu¨¦ hizo Ibon Etxezarreta? Pidi¨® un permiso penitenciario no para ser aplaudido por haber pertenecido al comando que mat¨® a Juan Mari J¨¢uregui, sino para asistir a un homenaje en su memoria. Lo cuenta en un art¨ªculo Mar¨ªa San Miguel. Recuerda la creadora ¡ªcon todo esto y m¨¢s hizo una obra de teatro formidable, La mirada del otro¡ª que la primera vez que Etxezarreta fue al acto de reconocimiento a su v¨ªctima, la viuda de J¨¢uregui, Maixabel Lasa, se subi¨® con ¨¦l al coche y llegaron juntos. Darle ¡°sentido de normalidad¡± a la actitud de Etxezarreta y Lasa urge m¨¢s que d¨¢rselo al homenaje a un etarra: eso es lo que tendr¨ªa que estar pidiendo Bildu.
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