Postales de una frontera perdida

Una furgoneta atiborrada de personas ingresa a la comunidad de El Naranjo, afuera hacen 38 grados y adentro resuena una bocina con reggaet��n a todo volumen. Es el transporte p��blico del lugar que va dando su segunda vuelta del d��a.Hector Guerrero (El Pa��s)

Unas vacas pastan sobre una vasta extensi��n de lo que alguna vez fuera selva, su presencia recuerda a los lugare?os las fincas de los ganaderos locales que disfrazan el narcotr��fico local con ganader��a.Hector Guerrero (El Pa��s)

Al mismo tiempo, Juan Coc y su esposa Candelaria Saqu��c calientan agua en una peque?a choza de madera a pie de carretera, en donde viven tras ser desalojados de su tierra en la reserva. Hector Guerrero (El Pa��s)

A pie de carretera en la comunidad de la Libertad unas mujeres preparan un caldo de Gallina para celebrar la juramentaci��n de Domingo Choc como un nuevo gu��a espiritual Maya. Hector Guerrero (El Pa��s)

Un cuervo posa sobre el r��o La Pasi��n mientras sus aguas cruzan la comunidad de Sayaxch��, la misma que lleva toda su historia esperando un puente para cruzar. Hector Guerrero (El Pa��s)

Adentro, en el coraz��n de la selva, la imagen es imponente, el paisaje muestra la devastaci��n y la ausencia de Estado, la escena a donde el gobierno no llega, solo llegan los pobres buscando tierras para sembrar. Hector Guerrero (El Pa��s)

Un cazador mata a un tepezcuintle el peque?o roedor end��mico de la zona, tras cuatro horas de cabalgata intentara venderlo en la comunidad m��s cercana. Hector Guerrero (El Pa��s)

Teresa y Jos�� de 17 a?os descansan en una casa de guano bajo un calor asfixiante, ellos viven en una de las 37 comunidades de la reserva de la biosfera maya, llegaron hace a?os con sus padres. Hector Guerrero (El Pa��s)

Atra��dos por lo f��rtil de la tierra y expulsados por la pobreza de su zona de origen, hoy son el gran problema ambiental del gobierno que los abandono selva adentro. Hector Guerrero (El Pa��s)

En el lago de Flores un grupo de escolares a decidido hacer lo que m��s se apetece en la regi��n, tirarse al agua al caer la tarde. Hector Guerrero (El Pa��s)

De entre la fuerte tormenta que por momentos es m��s lodo que agua, se dibuja la silueta de un hombre abordo de su caballo con el que cabalgara por m��s de cuatro horas para regresar a su comunidad, es la rutina de la jungla. Hector Guerrero (El Pa��s)

A lo lejos, sobreviviendo a la selva, un grupo de 10 hombres centroamericanos llegan a las puertas de las 72 y ven con ojos incr��dulos un espacio para descansar. Ma?ana ser�� otro d��a en la frontera de Pet��n y Tabasco.Hector Guerrero (El Pa��s)