Balmoral, el verdadero hogar de Isabel II
La soberana brit¨¢nica se relaja en el castillo escoc¨¦s, de su propiedad y no del estado, donde ella misma friega los platos
El castillo de Balmoral es el lugar donde, seg¨²n infinidad de fuentes, m¨¢s feliz es la reina Isabel II. Est¨¢ en las Tierras Altas de Escocia y la soberana ya veraneaba en ¨¦l de ni?a con sus padres y su hermana, la princesa Margarita. Cuando, a la muerte de Jorge VI, hered¨® la propiedad en 1952, decidi¨® perpetuar la tradici¨®n con sus hijos, que despu¨¦s trajeron a sus nietos, y ahora tambi¨¦n a sus bisnietos. De finales de julio a principios de octubre aproximadamente, el duque de Edimburgo y ella se retiran a esta enorme finca mientras el resto de la familia viene y va, e intentan vivir como gente normal. Normalidad nivel realeza, enti¨¦ndase. Balmoral es ¡°paseos, picnics, perros ¡ªmuchos perros, siempre hay perros¡ª y gente entrando y saliendo todo el tiempo¡±, seg¨²n la descripci¨®n que la princesa Eugenia de York hizo del lugar (¡°el m¨¢s bonito del mundo¡±, en sus palabras) en el documental Our Queen at Ninety. ¡°Es una base encantadora para la abuela y el abuelo, para que vayamos a verlos all¨ª arriba, donde solo hay espacio para respirar y correr¡±.
¡°Balmoral es donde ella puede estar verdaderamente relajada, tranquila y a solas¡±, dijo la escritora Penny Junor al Sunday Telegraph en 2015. ¡°La reina es, en el fondo, una mujer de campo. Le encanta el aire libre y la libertad, y eso es lo que Balmoral le da¡±. La libertad, para la monarca, significa montar su propio caballo (en enero, con 92 a?os, a¨²n la fotografiaron a lomos de uno en Windsor), ponerse al volante de su Range Rover con un pa?uelo en la cabeza y hasta lavar los platos, seg¨²n escribi¨® Tony Blair en sus memorias: ¡°La reina te pregunta si has terminado, apila los platos y se va al fregadero¡±. El pasatiempo favorito del duque de Edimburgo es vigilar la barbacoa, y otros miembros de la familia salen a cazar o a pescar. All¨ª llevan una vida activa y contemplativa a la vez, y prescinden de la mayor¨ªa del servicio. El chef Darren McGrady, que trabaj¨® en las cocinas del palacio de Buckingham durante 11 a?os, cont¨® a Marie Claire que en Balmoral la etiqueta se relaja tanto que ¡°la reina puede llegar a comer fruta directamente de un t¨¢per¡±.
Que en su periodo de descanso estival disminuyan sus obligaciones no significa que la soberana y su marido no observen rutinas insoslayables. Lo primero que hace la reina al llegar es pasar revista a la guardia de honor que se encarga de su seguridad durante su estancia. Los domingos acude al servicio religioso en la iglesia de Crathie Kirk. Continuando una tradici¨®n que instaur¨® la reina Victoria, el primer s¨¢bado de septiembre no se pierde el Braemar Gathering, los juegos de las Highlands, donde ha sido fotografiada contemplando las pruebas a carcajada limpia. Celebra un baile, el Ghillies Ball ¡ªtambi¨¦n de origen victoriano¡ª al que invita a miembros de la comunidad local. Y el tart¨¢n se convierte en un b¨¢sico del armario de la familia.
El castillo de Balmoral es, junto con Sandringham House, en Norfolk, una de las dos residencias de la familia real que no pertenece al portafolio inmobiliario de la corona, sino que es propiedad privada de la reina. La compr¨® en 1852 el pr¨ªncipe Alberto, marido de la reina Victoria, pero debido a la necesidad de espacio que requer¨ªa su numeros¨ªsima familia, derribaron el edificio existente para construir el actual, dise?ado por el arquitecto William Smith con la ayuda del propio Alberto (aqu¨ª naci¨®, por cierto, su nieta Victoria Eugenia, que llegar¨ªa a convertirse en reina de Espa?a al casarse con Alfonso XIII). Tambi¨¦n adquirieron la finca, que hoy ocupa 20.000 hect¨¢reas de bosques, colinas y pastizales y que alberga animales como ciervos rojos, ardillas o urogallos. En la hacienda, adem¨¢s, hay unos 150 edificios, que incluyen hasta una destiler¨ªa de whisky de malta y seis cottages que cualquiera puede alquilar. Y el p¨²blico puede visitar ciertas zonas del complejo (como los jardines y el sal¨®n de baile) cuando los royals no est¨¢n viviendo all¨ª.
Pero la residencia favorita de Isabell II tambi¨¦n est¨¢ asociada a recuerdos dolorosos. En Balmoral es donde Guillermo y Enrique hablaron por ¨²ltima vez por tel¨¦fono con su madre antes de su tr¨¢gica muerte, seg¨²n revelaron en el documental Diana, Our Mother: Her Life and Legacy. Y all¨ª se atrincher¨® la familia hasta que Tony Blair convenci¨® a la soberana de que deb¨ªan volver a Londres para sumarse al duelo del pa¨ªs, como ficcion¨® Stephen Frears en la pel¨ªcula La reina. Pero hay un filme a¨²n m¨¢s revelador sobre Balmoral, el documental Elizabeth R, que la BBC estren¨® en 1992 con ocasi¨®n del 40? aniversario de su ascenso al trono. En ¨¦l se ve a la monarca ejerciendo de abuela, habla de la sensaci¨®n de libertad que experimenta all¨ª (¡°puedes caminar varias millas sin ver a nadie¡±) y desliza frases en las que se adivina con qu¨¦ ganas espera Isabel II ese ¡®espejismo¡¯ de normalidad estival: ¡°Poder dormir en la misma cama durante seis semanas es un cambio agradable¡±.?