Cuando quien te defiende te exige lo inadmisible
La oferta de compra de Trump puede parecer graciosa, pero su actitud posterior revela un chantaje
A?o 2150. En la pen¨ªnsula Ib¨¦rica el implante que lleva el joven Juan en el cerebro es activado desde el organismo oficial encargado de la educaci¨®n para recibir su lecci¨®n diaria de historia. Hoy toca un tema de hace poco m¨¢s de cien a?os: c¨®mo se inici¨® el Gran giro al Este.
Mientras en su mente aparecen im¨¢genes y mapas, el alumno escucha una voz: ¡°A finales de la segunda d¨¦cada del siglo XXI, la idea de democracia liberal estaba perdiendo terreno r¨¢pidamente en todo el mundo. Los pa¨ªses que nunca la hab¨ªan experimentado ¡ªcomo China o las monarqu¨ªas absolutas ¨¢rabes¡ª no ten¨ªan ning¨²n viso de hacerlo jam¨¢s. En aquellos donde se hab¨ªa implantado solo en la forma, pero nunca en el fondo ¡ªpor ejemplo, en numerosos pa¨ªses africanos tras la descolonizaci¨®n de finales del siglo XX¡ª hab¨ªa servido de cobertura legal para generar pobreza, hambre y violencia. Finalmente, en los pa¨ªses que gracias a este sistema hab¨ªan alcanzado un grado de bienestar y libertad individual in¨¦dito, comenzaron a vencer las elecciones pol¨ªticos que no quer¨ªan mejorarlo, sino sustituirlo. La idea de que el sistema ya no funcionaba pas¨® de ser defendida por una minor¨ªa radical a estar sostenida por una mayor¨ªa¡±.
Las im¨¢genes siguen sucedi¨¦ndose. El joven no puede escapar de ellas. ¡°Al descr¨¦dito interno se le sum¨® la destrucci¨®n del sistema de relaciones internacionales. A veces de manera preocupante, como con la ruptura de tratados sobre limitaci¨®n de armamento nuclear y otras de manera casi jocosa. En cualquier caso, un s¨ªntoma claro de cambio. Por ejemplo, casi en 2020 EE?UU lanz¨® la propuesta de comprar Groenlandia a Dinamarca. El mundo pens¨® que era una broma, pero las sonrisas se congelaron cuando el presidente Trump dijo que no ten¨ªa nada que hablar con Dinamarca si no hab¨ªa venta. Copenhague consideraba oficialmente a Washington su principal aliado militar y de pronto se encontraba ante una agresi¨®n inaudita. Quien proteg¨ªa a los europeos exig¨ªa ahora el segundo mayor sacrificio que puede realizar un Estado: renunciar a una parte de su territorio. El primero es desaparecer. La confianza se quebr¨® por completo y Europa ¡ªque no hab¨ªa optado por su propia defensa¡ª tuvo que buscar otra protecci¨®n¡±.
Termina la sesi¨®n. Juan respira aliviado. Todav¨ªa le cuesta entender el ruso.
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