?Existe el ¡°chavismo cr¨ªtico¡±?
Rasgo distintivo del chavismo cr¨ªtico es apresurarse a exculpar a Ch¨¢vez y achacar exclusivamente a Maduro y su panda toda la ineptitud econ¨®mica
En el laberinto venezolano, dicen, acecha un Minotauro a quien la parla opositora llama ¡°chavismo cr¨ªtico¡±.
Es poco, en verdad, lo que de ¨¦l sabemos. Se le atribuye una disposici¨®n bondadosa. Se presume que, m¨¢s que oficiante del ideario de Ch¨¢vez ¡ªcualquiera que esto haya llegado a ser¡ª, el chavista cr¨ªtico es alguien firme en la candidez de pensar en el caudillo eterno como se piensa en un pr¨®cer benem¨¦rito y algo desma?ado que se desvivi¨® por hacer el bien y solo cometi¨® en vida un disparate: ungir como sucesor a Nicol¨¢s Maduro.
Al chavismo cr¨ªtico se le atribuye tambi¨¦n un gran potencial electoral, si alguna vez llegase a haber elecciones libres en Venezuela.
Rasgo distintivo del chavismo cr¨ªtico es apresurarse a exculpar a Ch¨¢vez y achacar exclusivamente a Maduro y su panda toda la ineptitud econ¨®mica, la laxitud c¨®mplice ante la corrupci¨®n, el saqueo de la riqueza nacional y el instinto asesino. Sin dejar por ello de llamar ¡°golpistas¡± y ¡° traidores a la patria¡± a los dem¨®cratas perseguidos hasta el exilio, encarcelados y hasta asesinados por la polic¨ªa pol¨ªtica. Los chavistas cr¨ªticos rechazan las sanciones estadounidenses en los mismos t¨¦rminos en que lo hacen Maduro y sus esbirros.
Como argumentaci¨®n en pro de la convivencia, la reconciliaci¨®n entre venezolanos y el abrazo fraterno entre v¨ªctimas y verdugos que supere la discordia, aleje la hambruna y contenga el ¨¦xodo de los m¨¢s pobres, la idea de que pueda existir un chavismo cr¨ªtico a veces se confunde con una noci¨®n m¨¢s delicuescente: la de ¡°chavista originario¡±.
Son conceptos que, con ser distintos, son a¨²n nebulosos, y por ello pueden intersectarse en cualquier momento causando confusi¨®n en el observador desprevenido. Tal como por estos d¨ªas suele usarse la expresi¨®n, un chavista originario no es necesariamente, como pudiera pensarse, un chavista de la exaltada primera hora, pongamos un conmilit¨®n del golpe del 4 de febrero del 92.
El originario es, m¨¢s bien, uno que rob¨® y fue excluido por alg¨²n motivo sensible a esa ¨¦tica parda que rige en las mafias. No es del todo un paria, pero ya no puede meter la totuma en la misma tribal olla sancochera.
El chavista cr¨ªtico suele ser, por el contrario, uno que pudiendo haber robado se dej¨® distraer bobaliconamente por la diatriba ideol¨®gica, al tiempo que se singulariz¨® por su feroz sectarismo. Y en esas se le fue el tren. Ambas cepas se reclaman fieles a las ideas de Ch¨¢vez, amasijo de supercher¨ªas zombis que Carlos Fuentes famosamente describi¨® como ¡°quincalla¡±.
Llegados aqu¨ª, es oportuno advertir que en el chavismo pol¨ªticamente activo, ese que se dice no madurista, viene obrando incipientemente algo muy parecido a lo que experiment¨® y sigue experimentando el peronismo, decano de los proteicos populismos de nuestra Am¨¦rica.
Hablo de la reproducci¨®n sin necesidad de fecundaci¨®n: la partenog¨¦nesis pol¨ªtica que ha prolongado en el tiempo la querella entre originarios, aut¨¦nticos, renovadores, leales, ortodoxos, montoneros, kirchneristas, maradonistas, etc. Todos ellos autoproclamados peronistas.
Hace pocos d¨ªas, en Caracas, unas buenas personas promovieron un encuentro entre opositores dem¨®cratas "de toda la vida" y elementos que se definen a s¨ª mismos como chavistas cr¨ªticos y/u originarios. Los voceros del c¨®nclave se manifestaron tan alarmados por el tr¨¢gico impasse pol¨ªtico venezolano que han acordado abogar por la unidad de todos, chavistas cr¨ªticos y gente decente, en el prop¨®sito de hallar una civilizada salida pac¨ªfica, pactada, electoral, ce?ida a lo que pauta la Constituci¨®n. Se escucharon locuciones del tipo ¡°los venezolanos estamos condenados a convivir¡±, etc¨¦tera, etc¨¦tera.
Pas¨¦ un rato de solaz mirando la foto de los chavistas cr¨ªticos entreverados con arreboladas figuras de la academia, la cultura y la pol¨ªtica opositoras, todos muy peripuestos y con cara de inminencia hist¨®rica. Me recordaron un plato t¨ªpico: de todo un poco, frijolitos, queso llanero rallado, carnita mechada, arrocito blanco, tajadas de pl¨¢tano frito. Un cuadro vivo, aleg¨®rico de la diversidad, la tolerancia y la madurez c¨ªvica. Cazadores de renta petrolera en v¨ªsperas de elecciones, ¨®leo sobre tela que cuelga en la pinacoteca nacional.
Un indicio m¨¢s, quiz¨¢, de que el r¨ªo de sangre desembocar¨¢, a trancas y barrancas, en elecciones, con o sin Maduro en Miraflores y con tutela militar. Oremos.?
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