Parece cerveza, pero es un s¨ªmbolo de identidad

En un mundo cambiante ¡ªes decir, en el mundo desde que es mundo¡ª las novedades generan siempre tres grupos. Dos de ellos son minor¨ªas: quienes fomentan el cambio r¨¢pido y con cierto desd¨¦n por todo lo anterior y los que rechazan numantinamente la novedad en aras de lo existente. El tercero ¡ªla mayor¨ªa¡ª oscila entre ambos y termina conformando el uso de lo nuevo y la utilidad, o no, de lo viejo. En esta mayor¨ªa ¡ª¡°mayor¨ªa silenciosa¡±, dicen los intensos¡ª juegan dos corrientes que, si las palabras no estuvieran tan sobadas y hooliganizadas ¡ªperd¨®n por el palabro¡ª, podr¨ªan denominarse conservadores y progresistas. Ambas corrientes conviven no solo en el mismo grupo, sino en la misma persona. La dial¨¦ctica pol¨ªtica ha arruinado esto y parece que un progresista debe rechazar ideas conservadoras y un conservador ni pensar en conceptos progresistas. As¨ª nos va.

La irrupci¨®n de la globalizaci¨®n ha activado esta din¨¢mica. Tampoco es tan nuevo. Todo cambio ha tra¨ªdo pol¨¦mica, discusiones, vaticinios, desprecios y trifulcas. Las primeras patatas, los primeros autom¨®viles o los primeros tel¨¦fonos m¨®viles provocaron tanto admiraci¨®n como chanzas. Otras veces la cosa se puso m¨¢s fea. Que se lo digan al telar industrial a principios del XIX y los disturbios que aquello origin¨®. Curiosamente, ¡°ludita¡± es una palabra que ha sido resucitada, aunque m¨¢s de uno cuando se lo llaman no tiene ni idea de si lo est¨¢n piropeando o poniendo verde.

En el Reino Unido, donde no todo es Brexit, ni ¡°v¨ªnculo transatl¨¢ntico¡±, hay una interesante discusi¨®n en torno al pub. Resulta que en una ¨¦poca donde lo virtual se est¨¢ apropiando de palabras como ¡°comunidad¡± o ¡°conversaci¨®n¡±, donde el concepto de beneficio solo se entiende en t¨¦rminos econ¨®micos y donde se considera que la globalizaci¨®n a saco es progresista, el pub se est¨¢ transformando. Y claro,han aparecido los tres grupos. Unos consideran que es un vestigio conservador; otros defienden esos establecimientos como aldea de Ast¨¦rix frente al imperio cibern¨¦tico-capitalista. Los dem¨¢s, esperan.

En el fondo, lo que se discute no es ¡°un modelo¡±, sino una se?a de identidad. Y esto hace de la controversia mucho m¨¢s que una an¨¦cdota folcl¨®rica y sirve para otros ¨¢mbitos. As¨ª, donde se lee pub, se puede leer otra palabra, por ejemplo, periodismo. Que tambi¨¦n rima con cerveza.