Atracos

La inseguridad ciudadana no es solo que te roben la cartera en el metro, es que te toque a Esperanza Aguirre como presidenta de tu Comunidad o a Rodrigo Rato como jefe de Bankia. Pero si echamos la vista atr¨¢s, resulta que nuestra biograf¨ªa colectiva est¨¢ llena de Ratos y de Aguirres y de Ignacios Gonz¨¢lez y de Franciscos Granados o Cifuentes, una n¨®mina extens¨ªsima en la que ahora cabe incluir a D¨ªaz Ayuso, empe?ada en que liquidemos a escote un cr¨¦dito que su padre no pudo devolver porque cambi¨® la titularidad de las propiedades con las que lo hab¨ªa avalado, incurriendo presuntamente en esa figura criminal conocida como alzamiento de bienes (adivinen a nombre de qui¨¦n las puso). Todo eso es inseguridad ciudadana, amigos. Los apu?alamientos tambi¨¦n se dan y conviene perseguirlos con todo el peso de la ley, pero hay menos apu?aladores en las calles que delincuentes en los despachos pol¨ªticos.

Las autoridades no dan tirones, ni asaltan a las ancianitas en los ascensores. Tampoco, salvo excepciones, hurtan cremas en los supermercados. Pero pueden fomentar la precariedad laboral o regalar a las mafias pisos de protecci¨®n oficial. No se imagina uno a Ana Botella atracando una perfumer¨ªa con la cabeza embutida en una media de nailon, pero la hemos visto echar de sus viviendas, a trav¨¦s de fondos buitre, a sus leg¨ªtimos inquilinos. Inseguridad ciudadana es que el salario no te alcance para pagar la luz, para alquilar una habitaci¨®n, para comprar unos pa?ales, para independizarte de tus padres, para crear una familia, para tener hijos, para planificar tu futuro. Hay muchas maneras de apu?alar al electorado, una de ellas consiste en apoyar Gobiernos como los formados en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid.