De c¨®mo Boris est¨¢ cavando su fosa

Las apuestas a todo o nada exhiben una ventaja. Si ganas, arrasas y te llevas la banca. Y la desventaja inversa, si pierdes, lo pierdes todo. Y todo suele ser todo: en pol¨ªtica, por ejemplo, el flamante cargo que so?aste siempre.

¡°Me prefiero muerto y en una fosa antes que volver a retrasar la fecha del Brexit¡±, ha proclamado el premier brit¨¢nico, Boris Johnson. Pues, c¨¢spita, alguien le ha se?alado el camino de su fosa. El Parlamento de Westminster ¡ªtanto los Comunes como los Lores¡ª, le ha ordenado mediante ley que solicite a los 27 una nueva pr¨®rroga de la retirada brit¨¢nica m¨¢s all¨¢ de la fecha prevista, el 31 de octubre.

La crueldad ¨ªntima de esta decisi¨®n parlamentaria estriba en que clava a Johnson dos banderillas alternativas imposibles de esquivar. Deber¨¢ pedir la pr¨®rroga si antes del 19 de octubre ¡ªdos d¨ªas despu¨¦s de una cumbre europea que se avizora tensa¡ª Westminster no ha aprobado un nuevo acuerdo de retirada. Algo muy d¨ªficil porque ni hay verdaderas negociaciones en curso, ni el Parlamento se ha puesto hasta ahora de acuerdo sobre ninguna salida. Y tambi¨¦n deber¨¢ pedir el aplazamiento si se llega a la fecha guillotina sin mediar acuerdo: el Parlamento tambi¨¦n se opone ferozmente a esta opci¨®n.

Adem¨¢s, otra moci¨®n aprobada tambi¨¦n la semana pasada descarta la fecha del 15 de octubre para unas elecciones anticipadas, la escapatoria que fraguaba el premier. Lo intentar¨¢ de nuevo hoy, pero nadie cuenta con que se salga con la suya. As¨ª que si hay elecciones, ser¨¢ como pronto en noviembre. Fracasado en su promesa de ejecutar el Brexit en la fecha prevista, Johnson las perder¨ªa (ceder¨ªa muchos votos al Partido del Brexit del ultra Nigel Farage), seg¨²n las primeras encuestas.

Le quedan as¨ª pocas opciones para evitar la fosa. Una, presentar a Bruselas una propuesta cre¨ªble sobre la salvaguarda irlandesa: ni la ha preparado ni Bruselas se sentir¨¢ inclinada a ceder nada, dada la creciente debilidad del rival. Dos, un pacto prelectoral con Farage: demoledor para sus votantes moderados. Tres: aceptar un segundo refer¨¦ndum. La cuarta ya es la fosa.

Es lo que suele ocurrir (v¨¦ase el caso Salvini) cuando el l¨ªder apuesta tan brutalmente que no le arredra atentar contra las instituciones. En este caso, contra su propio partido, expulsando a los 21 prestigiosos diputados rebeldes; contra el Parlamento, al enfrentarlo a ¡°la gente¡±; contra la Corona, al utilizarla de ariete para doblegar a las C¨¢maras. El alguacil, alguacilado.