Una narrativa imbatible
El relato existente sobre qu¨¦ es una mujer madura no nos gusta, no nos describe y es absolutamente inicuo
Qu¨¦ puede impulsar a cinco amigas a escribir un libro? El proceso creativo, tal como se ha definido tradicionalmente, suele darse a solas, durante un estado introspectivo, y su intr¨ªnseca subjetividad lo remite a un an¨¢lisis individual del entorno. Sin embargo, estas cinco amigas que ahora se dirigen a ustedes no siguieron esa premisa. O, al menos, no de la forma usual. Se reunieron durante a?os, conversaron a lo largo de horas interminables, analizaron textos, buscaron referencias, se desternillaron a ratos, se consolaron otros, exorcizaron miedos y profec¨ªas. De este modo, al filo de los 50 a?os, recopilaron m¨²ltiples datos e informaciones sobre una experiencia colectiva que no hab¨ªan podido hallar en libros ni otras obras de arte: el paso de las mujeres a la edad madura y su rol social una vez en ella. Afloraron todo un acervo cultural y humano que hab¨ªa sido reiteradamente silenciado.
Abrieron su coraz¨®n y su mente al mundo en uno de los momentos m¨¢s complicados de su existencia. Escribieron a varias manos p¨¢ginas producto del miedo, de la incertidumbre y el dolor. Todo cambio de fase en la vida implica atravesar un umbral, y en esa transici¨®n es dif¨ªcil sustraerse al temor, al desconocimiento, al v¨¦rtigo. Nosotras, esas cinco amigas, dej¨¢bamos atr¨¢s la juventud, la ¨¦poca de la maternidad o de su ausencia, el tiempo del porvenir. Y, con todo ello, se suced¨ªan las p¨¦rdidas: amores que acaban, cuerpos que cambian, hijas e hijos que emprenden el vuelo, seres queridos que mueren. Nos adentr¨¢bamos en la madurez femenina, esa que Susan Sontag describi¨® tan bien cuando afirm¨®: ¡°Mientras los hombres maduran, las mujeres envejecen¡±.
Nos queremos y nos sabemos visibles, er¨®ticas, profesionales, poderosas, comprometidas, espirituales, respetuosas con nuestro cuerpo
Kate Millett hab¨ªa denunciado brillantemente en su libro Pol¨ªtica sexual: ¡°Mientras ellos gobiernan, nosotras amamos¡±, en 1970. La narrativa cl¨¢sica sobre las mujeres destinadas al amor no nos representaba. Porque quer¨ªamos amar, por supuesto, pero tambi¨¦n gobernar. Y escribir, investigar, desarrollar arte, cultura, ciencia, pol¨ªtica¡ ?Y c¨®mo ¨ªbamos a lograrlo si todas las estad¨ªsticas nos dec¨ªan que las mujeres de m¨¢s de 45 a?os se vuelven invisibles?
Hay que tomar la palabra. Esa certeza sacudi¨® nuestras conciencias. Una vez m¨¢s. El malestar sin nombre ten¨ªa que ser nombrado. Y, a continuaci¨®n, muchas preguntas podr¨ªan tener respuesta. ?Por qu¨¦ no reivindicamos la belleza a todas las edades? ?Por qu¨¦ nos persigue la culpa cuando intentamos dejar atr¨¢s aquellas situaciones, cosas o personas que no nos permiten evolucionar? ?Por qu¨¦ menopausia es una palabra casi tab¨² y cargada de connotaciones peyorativas? ?Por qu¨¦ tantos hombres maduros emprenden una nueva etapa vital junto a una mujer m¨¢s joven y, en cambio, vemos tan pocas mujeres maduras emparejadas con varones de menor edad? ?Por qu¨¦ nuestras opiniones no se escuchan en los medios con la misma frecuencia y respeto que las masculinas? Hab¨ªa que tomar la palabra.
Ser mujer y hacer o¨ªr la propia voz no es f¨¢cil. Lo demuestran a diario, por ejemplo, los observatorios que miden la (escasa) presencia de expertas en los medios de comunicaci¨®n; los v¨ªdeos que muestran c¨®mo se las interrumpe a ellas mucho m¨¢s que a ellos; la pl¨²mbea tradici¨®n de la ¡°mujer encantadora¡±, siempre discreta y convenientemente callada. Pero, adem¨¢s, alzar la voz femenina precisamente en la edad madura, en la que se espera que las mujeres se desvanezcan del espacio p¨²blico, relegadas a una especie de preabuelas, requiere una cierta osad¨ªa. As¨ª que respiramos hondo para salir a la arena p¨²blica a decir ¡°Tenemos m¨¢s de 45 a?os, ?y qu¨¦? No nos vemos reconocidas en la imagen que la tradici¨®n ha elaborado para nosotras. No estamos hist¨¦ricas, ni vencidas, ni hemos perdido la energ¨ªa o la libido (o no m¨¢s que nuestros compa?eros varones), ni hemos renunciado a seguir teniendo proyectos profesionales y vitales¡±.
Hoy todos sabemos que el relato que nos llega sobre una determinada realidad configura la interpretaci¨®n que hacemos de esta. Y est¨¢ claro que la narraci¨®n existente sobre qu¨¦ es una mujer madura no nos gusta, no nos describe y es absolutamente inicua. Era preciso, pues, elaborar otro relato alternativo, una contranarrativa. Y eso es precisamente el proyecto Imbatibles: una visi¨®n diferente de esta fase vital femenina, m¨¢s justa con las f¨¦minas y m¨¢s acorde con la sociedad del siglo XXI. Nos queremos y nos sabemos visibles, er¨®ticas, profesionales, rebeldes, poderosas, comprometidas, espirituales, respetuosas con nuestro cuerpo. Y, sobre todo, amigas y c¨®mplices, sor¨®ricascon todas las mujeres.
Mar¨ªa Rosa Benedicto, Sara Berbel, Maribel C¨¢rdenas, Estrella Montol¨ªo y Ester Pujol son autoras de Imbatibles, la edad de las mujeres (Calambur).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.