No hay barrio, pero hay ni?os
Arcosur ser¨¢ un nuevo vecindario, pero de momento es un territorio inh¨®spito en el extrarradio de Zaragoza. La escuela infantil ideada por Mag¨¦n Arquitectos indica el camino para domesticar el lugar
¡°Transformar un territorio inh¨®spito en un lugar habitable¡± as¨ª describe el arquitecto Jaime Mag¨¦n el programa de la escuela infantil Arcosur, que lleva el nombre del nuevo barrio, al sur de Zaragoza. El arquitecto no habla de juegos, colores, espacio, seguridad o luz. Todav¨ªa no. Primero define su prioridad: ser amable, domesticar el barrio, acercar la escala al mundo infantil. Las aulas tienen as¨ª m¨¢s luz que vistas (al descampado). Rodean el patio central, un impl¨²vium para el recreo que articula el conjunto. La decisi¨®n es, naturalmente, una cuesti¨®n de seguridad. Pero, en este caso, tambi¨¦n obedece a la l¨®gica: recoger, dirigir la mirada al mundo interno y dejar fuera el ruido del lugar.
Sin referencias urbanas, Arcosur es la ¨²ltima expansi¨®n residencial hacia el sur de Zaragoza. Y la escuela es la primera dotaci¨®n p¨²blica edificada en ese barrio. All¨ª todo es o inh¨®spito, de momento, o incipiente. Pero la llegada del colegio supone una inyecci¨®n de vida. Y la de un buen edificio como colegio puede ser un faro que podr¨ªa iluminar el crecimiento cuidadoso y humanizado del vecindario. Los patios interiores, los diversos vol¨²menes en los que se desgaja la escuela e incluso las cubiertas apuntadas (cercanas a las que dibujan los ni?os) dotan de escala a la intervenci¨®n que, de momento, y con tantas parcelas en espera de ser construidas, tiene un aire de excepci¨®n, de objeto aterrizado, de isla en medio de un paraje carente de identidad, m¨¢s cercano a la inc¨®gnita del territorio que rodea la ciudad que a la definici¨®n tramada de la propia ciudad.
Los arquitectos reconocen que la ausencia de condicionantes urbanos exige un esfuerzo de identidad al nuevo edificio al tiempo que favorece cierta autonom¨ªa en el dise?o. Ellos han elegido una escala a la vez dom¨¦stica, amable, c¨ªvica y atenta para tratar de transformar un territorio en un lugar habitable.
Una vez dentro, el patio central organiza las aulas ¨Cque ocupan el per¨ªmetro-. Un porche perimetral, tambi¨¦n con cubierta inclinada como las aulas, enlaza los accesos protege las aulas del soleamiento y sirve de refugio para los ni?os que buscan un rinc¨®n tranquilo y sombreado o un techo bajo la lluvia. Patios longitudinales permiten iluminaci¨®n y ventilaci¨®n natural de todas las estancias.
Mag¨¦n arquitectos han sido, adem¨¢s, cuidadosos con la industrializaci¨®n del proyecto construy¨¦ndolo a partir de un m¨®dulo rectangular que genera una superficie de 60 m2. El volumen est¨¢ elevado en una de las esquinas para dotar a las aulas de mejores condiciones ac¨²sticas y lum¨ªnicas mediante un techo fonoabsorbente inclinado que, en el punto m¨¢s alto, est¨¢ coronado por una ventana-lucernario que distribuye la luz de manera uniforme. La renovaci¨®n del aire la han cuidado con aperturas opuestas para favorecer la ventilaci¨®n cruzada. La fachada habla tambi¨¦n dos idiomas: resistencia de hormig¨®n hacia la calle y calidez de madera hacia el interior. El coste de edificaci¨®n, seg¨²n los arquitectos, ha sido de 841,87 euros por metro cuadrado.
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