Realidad ¡®versus¡¯ talento

Gran Hermano VIP y MasterChef Celebrity son dos programas de televisi¨®n con los que mantengo familiaridad. En uno fui comentarista y en otro concursante. Uno es un reality, donde tus compa?eros te nominan y los espectadores votan para expulsarte. El otro, un talent, donde unos jueces determinan si tienes talento para ser la celebridad mejor cocinera del a?o. Ambos son televisi¨®n. Como espectador no me sent¨® especialmente bien que coincidieran en su estreno la noche del mi¨¦rcoles pasado. Sin embargo, la oferta simult¨¢nea me hizo pensar en cu¨¢ntas cosas deber¨ªan aprender de ambos programas nuestra clase pol¨ªtica.

En primer lugar, en cualquiera de los dos programas hay que demostrar que se vale para algo, que tambi¨¦n es lo que se supone que nos hace elegir a los candidatos para formar gobierno. Es cierto que te escogen mediante un casting, que podr¨ªan ser como unas elecciones m¨¢s o menos, pero una vez que est¨¢s dentro, si no consigues convencer a tus compa?eros de que eres v¨¢lido o de que cocinas un plato como el chef manda, te expulsan. Lamentablemente, eso no sucede en el reality del Congreso, y as¨ª lo estamos viviendo desde abril. En GH VIP tus compa?eros pueden elaborar una estrategia para nominarte y conseguir que el p¨²blico te expulse. En GH VIP no vale eso de ¡°ellos incumplen¡± o ¡°no me inspira confianza¡± precisamente porque la desconfianza es la palabra clave que hay que saber emplear y cocinar.

De la misma forma, la pol¨ªtica de expulsi¨®n de MasterChef ser¨ªa perfecta para aplicarse en el Congreso. Si fallas en la elaboraci¨®n del plato adjudicado, te vas. Te expulsan los jueces porque tienen el poder para hacerlo por tu ineficacia. Es cierto que la diferencia de los talent shows sobre los realities es esa: los realities se parecen m¨¢s a una democracia y los talent requieren un tribunal que dirime sobre nuestros actos. A medida que avanzamos en la deriva pol¨ªtica, preferir¨ªa que la audiencia o Jordi, Samantha y Pepe decidieran sobre qui¨¦n debe formar legislatura de la misma manera que sentencian que el plato elaborado por Ana Obreg¨®n era peor que el del exjugador de baloncesto Jos¨¦ Manuel Ant¨²nez. Ni los telespectadores ni los jueces de MasterChef se equivocan, por eso tienen mi confianza. Y mi voto.

Como en cada edici¨®n de ambos programas, el primer d¨ªa se estrenan favoritos. En GH Vip no lo tengo tan claro porque esa es la din¨¢mica del programa, hacerte dudar, igual que el mamoneo de los pol¨ªticos. MasterChef es m¨¢s acad¨¦mico, m¨¢s serio y mi favorita hoy es Yolanda Ramos. Como dicen los millennials, la amo. Me chifla su humor tan absurdo como tierno y esa manera de vestir ligeramente ca¨®tica. Aunque Tamara Falc¨® haya demostrado un gran don de gentes amig¨¢ndose con Los Chunguitos, el verdadero reto democr¨¢tico ser¨¢ asistir a la convivencia entre ella, Ramos y Victoria Mart¨ªn Berrocal. Aut¨¦nticas pesos pesados de la pantalla. Y eso demostrar¨¢ que Pablo Iglesias y Pedro S¨¢nchez carecen de la valent¨ªa y del peso espec¨ªfico de ellas y de que, sorprendentemente, las superan en narcisismo.

Es curioso c¨®mo la f¨®rmula de estos programas se repite anualmente y no fatiga. En cambio, la inactividad de los pol¨ªticos ha conseguido cansar hasta a los tertulianos de las radios. Los compadezco, llevan dos a?os con el mismo contenido, diciendo lo mismo, es lo peor que te puede pasar como opinador, volverte un esclavo del lugar com¨²n. Por suerte, Dios aprieta pero no ahoga. No hay gobierno pero s¨ª gobernantes. La alcaldesa de M¨®stoles, Noelia Posse G¨®mez, es noticia porque ha contratado a su hermana para manejar sus redes sociales por un sueldo de 52.000 euros. Es m¨¢s que lo que gana el triunfador de un programa de entretenimiento y quiz¨¢s por eso todo el mundo se ha alarmado. Preocupa m¨¢s con qu¨¦ criterio se van a llevar las redes sociales de la alcaldesa. El manejo de una red social no solo debe ser transparente sino cre¨ªble, ajustado al perfil del usuario. Todos sabemos que una cosa es decir lo que piensas en Twitter y otra posar en Instagram. Eso complica valorar si la actividad social de la alcaldesa de M¨®stoles tiene m¨¢s o menos inter¨¦s que otra celebrity. Seguiremos a Posse en sus poses. Ahora que ya conocemos esas peque?as grandes diferencias entre un reality y un talent show, unidas podemos confirmar que la pol¨ªtica es, sin duda, un reality.