El pron¨®stico del tiempo (Universidad Distrital, Bogot¨¢)
Colombia no es una dictadura, pero sin duda est¨¢ plagada de peque?os tiranos

El clima de Bogot¨¢ tuvo sentido una vez. Antes no era tan f¨¢cil que un d¨ªa comenzara con un segundo diluvio y terminara con un sol letal. Y s¨ª, la temperatura bogotana, siempre m¨¢s fr¨ªa que caliente, sigue siendo un alivio, pero ahora es as¨ª de incierto: corrientes invernales, cielos despejados, calabobos, tardes luminosas y aguaceros en una misma fecha. Y como si no fuera suficiente semejante incertidumbre, que describe el cambio del planeta entero, en la atm¨®sfera del pa¨ªs y de la ciudad se siente el desgobierno que suele solucionarse con las prohibiciones, con las cadenas perpetuas, con las censuras, con los asedios a los periodistas, con la calumniosa represi¨®n contra las protestas sociales que crecen ¨Cy se ven forzadas a hacerlo¨C porque los Gobiernos insisten en apagarlas con fuego.
Es claro que en los ¨²ltimos a?os la protesta social ha aumentado y ha tomado fuerza, ac¨¢ en Colombia, porque los ciudadanos se sienten mucho m¨¢s representados por las marchas que por los pol¨ªticos, y porque los acuerdos de paz revivieron las expectativas sobre esta democracia y libraron a los manifestantes del colombian¨ªsimo estigma de ¡°agitadores¡±. Es verificable que la protesta social no ha dejado de crecer en los ¨²ltimos Gobiernos del pa¨ªs, y eso habla bien de nuestra maltrecha sociedad, pero as¨ª mismo el Escuadr¨®n M¨®vil de Disturbios de la Polic¨ªa Nacional ¨Cel llamado ESMAD¨C no es ya un peque?o cuerpo armado instituido para preservar el orden p¨²blico, sino una fuerza represora y desproporcionada de cerca de cuatro mil agentes que apenas siguen ¨®rdenes. Y lo ha agravado todo el tono irresponsable de numerosos funcionarios del Gobierno de Duque.
Colombia no es una dictadura, no, basta narrar alguna para notar que apenas se le parece, pero sin duda est¨¢ plagada de peque?os tiranos. Y desde su posesi¨®n, como cualquiera puede constatar en un par de horas de Google, este Gobierno en ciernes ¨Ccon sus funcionarios serios y sus funcionarios disfuncionales¨C ha estado rodeado de negacionistas, de prohibicionistas, de censores, de persecutores, de vengadores, de nost¨¢lgicos de las versiones oficiales, de furiosos, en fin, empe?ados en reducir a ¡°parte de un mismo bando¡± a los defensores de la paz, a los periodistas, a los liberales, a los l¨ªderes sociales, a los desmovilizados, a los opositores, a los ind¨ªgenas, a los estudiantes, hasta poner en evidencia que el bando que no les acaba de gustar es el de la democracia.
Fue el ministro de Defensa, que tambi¨¦n carece del principio de realidad, quien se invent¨® el ep¨ªgrafe de esta desilusi¨®n: ¡°Hay que regular la protesta social¡±, dijo antes de posesionarse, ¡°que verdaderamente represente los intereses de todos los colombianos y no solo de un peque?o grupo...¡±.
El clima de Bogot¨¢ ha estado tenso, grave, en las ¨²ltimas semanas. Tendr¨ªa usted que ver en Google c¨®mo los esbirros de qui¨¦n sabe qui¨¦n pintaron de blanco un mural exterior del 45? Sal¨®n Nacional de Artistas que representaba a Duque como un t¨ªtere de Uribe y a Uribe como t¨ªtere de Trump; c¨®mo ciertos miembros del ESMAD golpearon salvajemente a los valientes estudiantes que protestaban por un desfalco de m¨¢s de 10.000 millones de pesos en la Universidad Distrital; c¨®mo ciertas figuras imperdonables volvieron a valerse de la infamia de relacionar a los universitarios con los v¨¢ndalos que se infiltran en las manifestaciones.
Vaya usted a saber si ma?ana habr¨¢ sol o habr¨¢ granizo. Es f¨¢cil pronosticar, en cambio, que la protesta social ir¨¢ tomando cara de avalancha ac¨¢ en Colombia si los pol¨ªticos siguen apag¨¢ndola con fuego, y los Gobiernos siguen jugando al Estado que niega su parte y a las versiones oficiales que hoy cualquiera puede desmentir en un segundo.
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