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Visita a Mbola, una de las Aldeas del Milenio En 2005, la ONU calcul¨® que con una cantidad entre 90 y 114 euros por a?o y habitante se lograr¨ªan avances enormes en lugares como este de Tanzania. Y se puso en marcha la idea en aldeas de 10 pa¨ªses del ?frica subsahariana. Esta es una de ellas En 2005, el exsecretario general de la ONU Kofi Annan y el economista Jeffrey Sachs calcularon que si se daba a los pobres entre 90 y 114 euros por a?o y habitante llevar¨ªan avances enormes a la lugares como Mbola, en Tanzania. Si se invert¨ªa anualmente esta cantidad a lo largo de 10 a?os, la vida de miles de millones de seres humanos mejorar¨ªa de manera duradera. Esta era la premisa que quer¨ªan verificar en 13 localidades de 10 pa¨ªses del ?frica subsahariana en el marco del proyecto Pueblos del Milenio. En Tanzania, el proyecto Pueblos del Milenio inclu¨ªa el poblado de Mbola y otras 19 poblaciones pr¨®ximas, con un total de casi 40.000 habitantes. El proyecto recibi¨® financiaci¨®n de m¨¢s de 200 instituciones, fundaciones y empresas, entre ellas el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, Nestl¨¦, Unilever o la Fundaci¨®n Pepsi. Gerson Nyadzi fue durante 10 a?os el director de un programa cuyo objetivo era nada menos que lograr que el desarrollo alcanzase todos los ¨¢mbitos de la vida de pueblos como este. Hace cuatro a?os que el proyecto concluy¨®, y en Mbola el balance es ambivalente. Por un lado, fue un aprendizaje ambicioso que trajo cambios al pueblo; por otro, supuso nuevas dificultades. En la foto, Aisha Bahari, de 35 a?os, se dirige a la bomba de agua. Omari Jumanne Dengus lleva la mitad de su vida cultivando tabaco. En Mbola, las hojas y su contenido de nicotina son una maldici¨®n y una bendici¨®n al mismo tiempo. En la zona se cultiva tabaco de Virginia con efectos desastrosos para el medio ambiente. La raz¨®n es que, para fermentar las hojas con un aroma ahumado, hay que secarlas sobre las llamas del fuego, y los cultivadores obtienen el combustible talando el bosque. A muchos cultivadores de tabaco, como Omari Dengu, se les entregaron hornos de fermentaci¨®n mejorados que les permit¨ªan quemar ramas peque?as, y no solo troncos enteros. De ese modo se proteg¨ªan los bosques. Los responsables del programa intentaron ofrecer a los campesinos alternativas atractivas al tabaco, como por ejemplo semillas de girasol para extraer aceite alimentario. Sin embargo, igual que hab¨ªa ocurrido con la miel, fue dif¨ªcil montar cadenas de distribuci¨®n. Pero en el caso de Hamsa Martin Singa funcion¨®. Hubo algunos que cambiaron el cultivo de tabaco por otros. En la imagen, Hamsa Martin Singa (en segundo plano) ha dejado de cultivar tabaco. ?l y su hijo lo han sustituido por plantones de frutales que venden a las plantaciones de los alrededores. En kinyamwezi, la lengua local, Mbola significa "picadura de abeja". La regi¨®n es famosa por su miel oscura. Con el programa, se cre¨® una cooperativa de apicultores que empezaron a recolectar hasta 2.000 litros anuales de miel. Hoy en d¨ªa quedan 30 empleados y 20 colmenas. Muchas las robaron, pero la mayor¨ªa se pudrieron debido a la humedad del aire, y las termitas se las comieron. Tambi¨¦n fue dif¨ªcil establecer una cadena comercial eficaz. El apicultor Shaban Lusiga, de 58 a?os, afirma que la mayor¨ªa de los habitantes de Mbola han vuelto a cultivar tabaco. Uno de los mejores resultados del programa, se consigui¨® en el ¨¢mbito sanitario, especialmente en la planificaci¨®n familiar. La comadrona Restitua Karela junto con Damian Cleopa Kindole, director del hospital, atienden a 2.300 personas con un equipo de tres m¨¦dicos.