Europa y el proceso legal sobre el Brexit
Independientemente de que haya un refer¨¦ndum, unas elecciones generales adelantadas o un acuerdo en Westminster, la UE debe respaldar un procedimiento democr¨¢tico que clarifique la situaci¨®n
El Brexit nos est¨¢ volviendo locos a todos, sin ninguna duda. Los brit¨¢nicos debemos a todos nuestros amigos europeos una disculpa sincera, una botella de whisky y unas entradas para una representaci¨®n de Hamlet por parte de la Royal Shakespeare Company. Porque Gran Breta?a se ha convertido en Hamlet, eternamente atormentado por el ser o no ser del Brexit. Entiendo a la perfecci¨®n que muchos europeos, como el presidente Macron, no quieran m¨¢s que librarse de una vez de nosotros para poder seguir impulsando la agenda importante y ambiciosa que necesita toda la Uni¨®n Europea. Sin embargo, a Europa le interesa, por su propio bien, aguantar un poco m¨¢s. Es decir, le conviene ofrecer la extensi¨®n del art¨ªculo 50, tal como pidi¨® formalmente Boris Johnson en la carta enviada (aunque no firmada, en un ataque de infantilismo) al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
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Voy a presentar cuatro argumentos, todos desde la perspectiva de la UE y Europa. En primer lugar, un Brexit sin acuerdo ser¨ªa enormemente perjudicial para Irlanda y otras zonas de Europa geogr¨¢ficamente pr¨®ximas al Reino Unido. Lo que pretend¨ªa el conservador independiente Oliver Letwin con la enmienda aprobada el s¨¢bado en el Parlamento no era impedir la salida, sino la salida sin acuerdo.
En segundo lugar, ?de qui¨¦n es la culpa? Sabemos, por un documento filtrado, que el sector m¨¢s duro del equipo de Johnson quer¨ªa culpar de cualquier fracaso a la ¡°loca¡± intransigencia de Bruselas. Pero, si Macron llegara a un pacto nefasto con Johnson para que Gran Breta?a se vaya el 31 de octubre, los partidarios ¡ªcomo yo¡ª de un nuevo refer¨¦ndum, de la permanencia y de hacer reformas, tendr¨ªamos que culpar en parte a nuestros socios europeos. De momento, la UE est¨¢ exactamente donde debe estar: con firmeza para defender los intereses de Irlanda y el mercado ¨²nico pero la flexibilidad suficiente para quitar credibilidad a cualquier acusaci¨®n de querer imponer un tratado de Versalles punitivo. Por ejemplo, traspas¨® sus propias l¨ªneas rojas al volver a negociar el acuerdo.
En tercer lugar, para el futuro de Europa a largo plazo ser¨ªa mejor que Gran Breta?a permaneciera en la UE. No hay ning¨²n buen resultado posible para el Brexit, pero el menos malo es que se celebre un segundo refer¨¦ndum. Y la mejor manera de lograrlo es que el Parlamento apruebe el acuerdo de Johnson con la condici¨®n de que se celebre un refer¨¦ndum de confirmaci¨®n en el que se haga a los ciudadanos una sola pregunta clara y vinculante: ?quiere que el Reino Unido salga de la UE con las condiciones negociadas por este Gobierno o quiere que permanezca en la UE? Ser o no ser.
No hay ning¨²n buen resultado posible para el Brexit, pero el menos malo es un segundo refer¨¦ndum
Dado que este Gobierno est¨¢ en manos de partidarios del Brexit duro, y que lo que prev¨¦ el nuevo acuerdo es un Brexit duro para Inglaterra, Gales y Escocia, y otro m¨¢s blando solamente para Irlanda del Norte, ning¨²n partidario de marcharse podr¨ªa quejarse de tener solo la posibilidad de votar entre un Brexit fl¨¢cido o quedarse en la UE. El s¨¢bado, cientos de miles se concentraron ante el Parlamento para mostrar su apoyo a un nuevo refer¨¦ndum. Y todav¨ªa m¨¢s importante es que las ¨²ltimas encuestas revelan una mayor¨ªa partidaria de la permanencia. Qu¨¦ absurdo ser¨ªa que el Reino Unido se fuera de la UE, en nombre del respeto a ¡°la voluntad del pueblo¡±, precisamente cuando la voluntad del pueblo hubiera cambiado.
S¨¦ que muchos amigos m¨ªos del continente que, en otro tiempo, defend¨ªan el segundo refer¨¦ndum, hoy piensan que la UE estar¨ªa mucho mejor sin nosotros. No voy a repetir las razones estrat¨¦gicas por las que, a largo plazo, a la UE le conviene m¨¢s tener a Gran Breta?a dentro.
Si Gran Breta?a se marcha ahora, se necesitar¨¢n otros cinco a?os para determinar cu¨¢l ser¨¢ la nueva relaci¨®n econ¨®mica con la UE y si Escocia se va del Reino Unido, y luego otros cinco a?os para ver c¨®mo se plasma todo en la pr¨¢ctica. Para entonces, la UE y lo que quede del Reino Unido se habr¨¢n distanciado. Gran Breta?a estar¨¢ en peor situaci¨®n econ¨®mica, pero no tan mal como para que los tercos votantes ingleses decidan regresar con el rabo entre las piernas. Si el Brexit perjudica al Reino Unido, las relaciones entre uno y otro lado del Canal ser¨¢n de descontento y mal humor, y eso perjudicar¨¢ la imprescindible cooperaci¨®n en pol¨ªtica exterior y de seguridad. Si, contra todo pron¨®stico, el Brexit es beneficioso para el Reino Unido, los populistas nacionalistas como el h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n, el italiano Matteo Salvini y la francesa Marine Le Pen empezar¨¢n a utilizar las inmortales palabras de Cuando Harry encontr¨® a Sally: ¡°Quiero lo mismo que ha pedido ella¡±. En cualquier caso, la Uni¨®n Europea saldr¨¢ perdiendo.
Afortunadamente, el sistema de controles y equilibrios de la democracia liberal brit¨¢nica est¨¢ funcionando
Y, aunque no acepten esta parte de mi an¨¢lisis, hay un cuarto argumento que deber¨ªa zanjar la cuesti¨®n. En estos momentos, Europa es la ¨²ltima gran esperanza de un Occidente inspirado en principios, entendido como una serie de pa¨ªses que defienden la democracia y el Estado de derecho. Frente a la demolici¨®n de la democracia liberal en Estados miembros de la UE como Hungr¨ªa, esta es una de las tareas m¨¢s importantes para el siguiente cap¨ªtulo de la historia de la Uni¨®n, con nuevos dirigentes en todas las instituciones, un Parlamento Europeo reci¨¦n elegido y un presupuesto para siete a?os que hay que aprobar. La semana pasada, uno de los l¨ªderes europeos que se api?aron para felicitar a Johnson despu¨¦s de que el Consejo Europeo aprobara el acuerdo fue el primer ministro h¨²ngaro, y Orb¨¢n y Johnson son almas gemelas. La infantil maniobra de Johnson de enviar una carta oficial fotocopiada y sin firmar pidiendo una extensi¨®n (obligado por la llamada Ley Benn) junto a otra carta firmada que animaba a la UE a rechazar la petici¨®n demuestra hasta qu¨¦ punto desprecia una ley aprobada en el Parlamento soberano de Gran Breta?a. Aunque sus abogados probablemente se aseguraron de que no violara la letra de la ley, desde luego s¨ª viol¨® su esp¨ªritu.
Afortunadamente, el sistema de controles y equilibrios de la democracia liberal brit¨¢nica est¨¢ funcionando. En un veredicto magn¨ªfico y rotundo, el Tribunal Supremo determin¨® que Johnson actu¨® ilegalmente al tratar de prorrogar el Parlamento durante cinco semanas. Y el s¨¢bado, un Parlamento democr¨¢ticamente elegido recuper¨® el control del que se hab¨ªa apoderado un Ejecutivo de matones para garantizar el debido escrutinio de un acuerdo forjado a toda prisa y con repercusiones trascendentales para Gran Breta?a y Europa. Independientemente de que al final haya un refer¨¦ndum de confirmaci¨®n ¡ªeso espero¡ª, unas elecciones generales ¡ªque parecen m¨¢s probables¡ª o la aprobaci¨®n parlamentaria por escaso margen del acuerdo de Johnson ¡ªcosa que yo lamentar¨ªa pero aceptar¨ªa¡ª, el proceso habr¨¢ sido legal y democr¨¢tico. Y un proceso legal y democr¨¢tico es algo que Europa debe respaldar siempre, aunque se prolongue un poco m¨¢s.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Este oto?o se publicar¨¢ en varios idiomas una nueva edici¨®n de The Magic Lantern, su testimonio personal de las revoluciones de 1989. Twitter: @fromTGA
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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