A la izquierda, arriba, inauguraci¨®n de la Casa del Pueblo de UGT en la calle de Piamonte de Madrid, en 1908 y, debajo, manifestaci¨®n en el centro de Barcelona durante la primera gran huelga general en Espa?a, en agosto de 1917 (abajo). A la derecha, trabajadores de la Exposici¨®n Universal de Barcelona de 1888 y portada de Solidaridad Obrera durante el primer congreso de la CNT en 1911.UGT / ALEXANDRE MERLETTILos sindicatos jugaron un papel fundamental en la articulaci¨®n del movimiento obrero durante la Segunda Rep¨²blica y la Guerra Civil.CENTRO DOCUMENTAL DE LA MEMORIA HIST?RICAPese a que el r¨¦gimen franquista decret¨® la ¡°paz social¡± y ¨²nicamente permiti¨® la existencia del llamado Sindicato Vertical, las centrales de izquierdas siguieron trabajando tanto en el interior, desde la clandestinidad (con especial presencia de CC OO), como desde el exterior: en la imagen, Trif¨®n G¨®mez y Pascual Tom¨¢s, de la UGT, en la reuni¨®n de la Confederaci¨®n Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) en el exilio.UGTLos sindicatos volvieron a ser un actor crucial durante la transici¨®n a la democracia en Espa?a. En la imagen, la primera Asamblea General de Comisiones Obreras, en Barcelona, en julio de 1976. En el centro, Marcelino Camacho y Nicol¨¢s Sartorius.Comisiones ObrerasMarcelino Camacho, secretario general del CC OO (a la derecha), y Nicol¨¢s Redondo, secretario general de UGT, encabezan una manifestaci¨®n contra el desempleo, en la calle de Bravo Murillo de Madrid, el 19 de enero de 1979. JOAQU¨ªN AMESTOYDurante la democracia, las reivindicaciones laborales siguieron articul¨¢ndose en gran medida a trav¨¦s de los sindicatos; de los mayoritarios, pero tambi¨¦n a trav¨¦s la enorme cantidad de centrales de toda ¨ªndole (especializadas por profesiones, por territorios¡) que fueron surgiendo. En la imagen, manifestaci¨®n en Sevilla durante la huelga general del 14 de diciembre de 1988, la mayor de la democracia.EFELos a?os noventa y los primeros 2000 fueron un periodo de vaivenes, con el fin de los Gobiernos socialistas de Felipe Gonz¨¢lez (que sufri¨® huelgas generales en 1985,1988, 1992 y 1994) y los primeros del PP, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar (con otra huelga general en 2002). Fueron a?os de adaptaci¨®n a un contexto distinto, con una base cada vez m¨¢s volcada en los servicios tras los planes de reconversi¨®n. En la imagen, el secretario general de CC OO, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo, agredido por un trabajador de Sintel en la Puerta del Sol de Madrid durante el Primero de Mayo de 2003.MANUEL ESCALERAMarcelino Camacho (1918-2010), l¨ªder hist¨®rico de CC OO que lleg¨® a perder su cargo honor¨ªfico en el sindicato, fue un ejemplo claro de las desavenencias internas de los grandes sindicatos. En la imagen, Camacho (derecha), sentado en un banco con su esposa tras la manifestaci¨®n en Madrid del 1? de Mayo de 2005.RICARDO GUTI?RREZ¡°Las transformaciones sociales y econ¨®micas, la crisis y una sucesi¨®n de comportamientos poco ¨¦ticos en algunos de sus representantes han deteriorado de forma significativa la credibilidad de las organizaciones sindicales entre los ciudadanos¡±, empezaba un editorial de EL PA?S en mayo de 2015. En la imagen, un piquete informativo de UGT y CC OO en la calle de Alcal¨¢ de Madrid, durante la huelga de funcionarios en 2010.SAMUEL S?NCHEZEspa?a deja atr¨¢s la recesi¨®n. Se vuelve a crear mucho empleo, pero las heridas de la crisis siguen abiertas. Los sindicatos exigen la reversi¨®n de los recortes y las reformas laborales. No lo han conseguido. Su capacidad de presi¨®n y movilizaci¨®n est¨¢ muy lejos de la que ten¨ªan en las d¨¦cadas anteriores. Cabecera de la manifestaci¨®n del Primero de Mayo frente al Ayuntamiento de Madrid en 2019.JAIME VILLANUEVA
