23 fotos24 HORAS EN LA VIDA DE LA INFANCIADenish, el l¨ªder que juega al f¨²tbol con un lim¨®nLa vida de este adolescente ugand¨¦s de 16 a?os es tan ejemplar como modesta. Suple la escasez de recursos con grandes dosis de solidaridadSamuel S¨¢nchezIv¨¢n de Moneo18 nov 2019 - 14:07CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceDenish, de 16 a?os, tiene vocaci¨®n de servicio y una enorme capacidad de liderazgo. Cualidades que, alimentadas por un profundo sentimiento religioso, se manifestaron pronto en ¨¦l. ¡°Me siento fuerte en mi papel de l¨ªder y cuando ayudo a los dem¨¢s¡±, suele decir. Esta personalidad le ha hecho merecedor del reconocimiento de sus compa?eros de escuela en Adjumani (norte de Uganda), que lo eligieron s¨²per delegado al comienzo de curso. ?l ayuda a la resoluci¨®n de conflictos que surgen en el centro y ejerce de interlocutor ante los profesores.Samuel S¨¢nchezEn las escuelas ugandesas los ni?os llegan a clase mucho antes de que arranque la lecci¨®n del maestro. Desde las 7.30 de la ma?ana, distribuidos en peque?os grupos, los chavales del colegio Odu, en Adjumani, se emplean a fondo durante media hora en la limpieza de las letrinas y los vestuarios, con ayuda del agua que cogen de cuatro fuentes y que mezclan, cuando hay, con polvo de detergente. Adem¨¢s, cargan en carretillas la hojarasca ca¨ªda de los ¨¢rboles durante la madrugada. Barren con unas rudimentarias escobas hechas con ramas secas de matorral. Denish (en el centro de la imagen, con el brazo en alto) dirige y coordina los trabajos. Todos cumplen sus ¨®rdenes diligentemente y sin rechistar.Samuel S¨¢nchezEn Uganda se trabaja para inculcar en los alumnos el respeto a la comunidad educativa y, por extensi¨®n, a la patria. Denish se encarga de dirigir los ejercicios, casi marciales, que cada ma?ana se desarrollan en el patio del colegio antes de entrar en clase. Perfectamente alineados en filas, los alumnos entonan el himno nacional y otros cantos patri¨®ticos frente al pedestal donde izan las banderas ugandesa y de la comunidad africana del Este, que agrupa a Uganda y a otros cinco pa¨ªses lim¨ªtrofes.Samuel S¨¢nchezEntre las m¨²ltiples actividades en las que Denish tiene un papel protagonista, hay una que le hace especial ilusi¨®n: la confecci¨®n de compresas reutilizables. Dice sentirse ¨²til al aportar su granito de arena a la lucha contra el estigma con que es vivida a veces la menstruaci¨®n, que provoca que muchas chicas se ausenten durante esos d¨ªas del colegio para sortear las burlas de sus compa?eros. La fabricaci¨®n a mano de estos ap¨®sitos sustituye a los de un solo uso, de dif¨ªcil adquisici¨®n.Samuel S¨¢nchezDenish supervisa el trabajo de sus compa?eros en el taller de confecci¨®n de compresas. Una vez termina la lecci¨®n, todos estampar¨¢n su nombre con rotulador en la tela exterior del ap¨®sito y las chicas se quedar¨¢n con al menos dos compresas para ir altern¨¢ndolas cuando les llegue el periodo. De media, una compresa hecha a mano les dura seis meses, es decir, seis menstruaciones. Proyectos similares se han puesto en marcha este a?o en 50 escuelas ugandesas, con apoyo de Unicef y, en el caso de Adjumani, gestionados por la ONG local Straight Talk.Samuel S¨¢nchezLa compresa higi¨¦nica consta de tres capas: una fina de algod¨®n blanco, que estar¨¢ en contacto con el cuerpo; otra gruesa y absorbente de color amarillo y una tercera de pl¨¢stico fino que asegura la protecci¨®n.Samuel S¨¢nchezEl absentismo escolar es un problema que dificulta que los chavales accedan a niveles acad¨¦micos m¨¢s avanzados. Solo un 25% de alumnos llega a cursar la educaci¨®n secundaria en Uganda. Enfermedades como la malaria o el c¨®lera, embarazos adolescentes, matrimonios forzados y la propia presi¨®n de los padres, que prefieren que sus hijos ayuden en tareas agr¨ªcolas, son los principales obst¨¢culos en su formaci¨®n.Samuel S¨¢nchezDenish preside el 'Peace Club' de su colegio, organismos implantados en el sistema educativo ugand¨¦s para la resoluci¨®n de conflictos y la erradicaci¨®n de la violencia. Lo integran 35 alumnos que se re¨²nen semanalmente en un barrac¨®n para intentar solventar disputas y ri?as entre alumnos. Cuando la mediaci¨®n de Denish y sus 'ap¨®stoles de la paz' no fructifica es el turno de los maestros. Ellos tendr¨¢n la ¨²ltima palabra.Samuel S¨¢nchezEn las paredes de las aulas cuelgan multitud de trabajos realizados por alumnos de los siete cursos de educaci¨®n primaria: esquemas con las partes del cuerpo humano, mapas de ?frica con los r¨ªos y monta?as que atraviesan el continente o dibujos de ranas, conejos y vacas diseccionados, entre otros. En Adjumani se habla el dialecto madi, una de las m¨¢s de 40 lenguas presentes en Uganda. El ingl¨¦s es asignatura obligatoria desde los cinco a?os, aunque la mayor¨ªa de ni?os no se expresan en esa lengua de manera fluida hasta la pubertad.Samuel S¨¢nchezLa higiene personal es la primera trinchera en la lucha contra enfermedades como el c¨®lera. Cada d¨ªa, Denish ayuda en el transporte y colocaci¨®n de varios bidones de agua que facilitan el aseo en diferentes momentos del d¨ªa. El almuerzo es mon¨®tono y pobre nutricionalmente: un guiso de jud¨ªas con una pasta de harina de ma¨ªz.Samuel S¨¢nchezDenish se puede considerar un chico afortunado. Sus padres cumplen regularmente con la entrega de alimentos y dinero que les solicita el colegio cada trimestre para mantener en pie el servicio de comedor. Aquellos cuyas familias no contribuyen, se van a casa a 'almorzar' pero muchos vuelven con el est¨®mago vac¨ªo. Otros ni tan siquiera lo intentan, y se quedan deambulando por los alrededores del colegio. Saben que en su casa no hay nada de comer.Samuel S¨¢nchezEl deporte ocupa el tiempo libre de los ni?os despu¨¦s de la comida. Mientras los m¨¢s peque?os se suben a los ¨¢rboles a recoger frutos, juegan al escondite o simplemente se sientan a descansar, los mayores suelen organizar partidos en una tupida pradera a la entrada del colegio. Dos porter¨ªas de hierro combadas marcan el l¨ªmite del terreno de juego. A veces juegan mezclados chicas y chicos, y otras por separado. Patean descalzos una pelota hecha de retales de tela o de ropa vieja. A menudo les basta con entrelazar tiras de pl¨¢stico y darles forma esf¨¦rica. En el centro de la imagen, Denish lanza el bal¨®n al aire durante un recreo.Samuel S¨¢nchezLa cuadrilla de Denish acude en auxilio de Susan, una anciana que vive miserablemente en una choza a tres kil¨®metros escasos del colegio. Van cargados con bidones de agua, machetes, azadas y escobas con las que adecentar su casa y jard¨ªn. Ante la ausencia de cobertura asistencial para los mayores, esa funci¨®n intentan cumplirla desde el colegio, a trav¨¦s de los llamados 'Peace Clubs'.Samuel S¨¢nchezEn cuesti¨®n de media hora, Denish y sus amigos han desbrozado la maleza que invad¨ªa el jard¨ªn de Susan. Tambi¨¦n han barrido el interior de su caba?a y le han dejado agua suficiente para el aseo. En una semana volver¨¢n a visitarla. "Los ancianos son los m¨¢s sabios y nos sirven de gu¨ªa a los j¨®venes. Por eso ayudarles me hace feliz", afirma Denish sujetando entre sus manos los dedos huesudos de la anciana.Samuel S¨¢nchezDenish apura las ¨²ltimas horas de luz para repasar sus ejercicios de Ciencias y Matem¨¢ticas. Lo hace sentado frente a la caba?a de adobe y paja en la que duerme junto a dos de sus cinco hermanos.Samuel S¨¢nchezLa mochila y los libros de texto de Denish, apoyados sobre una mesita junto a su cama.Samuel S¨¢nchezUno de los pocos entretenimientos de Denish cuando vuelve a casa consiste en jugar al f¨²tbol con sus hermanos. Antes de empezar el partido, trepa hasta las ramas de un limonero para desprender el fruto y usarlo como bal¨®n. Juegan descalzos en los cuatro metros escasos de tierra que separan la choza donde duermen sus padres y en la que lo hacen ellos. Sus viejos zapatos de cuero, con los cordones deshilachados, hacen las veces de postes de una de las porter¨ªas.Samuel S¨¢nchezEn Uganda las mujeres tienen cinco hijos de media. La madre de Denish tuvo nueve: cinco chicos y cuatro chicas. Todos viven bajo el mismo techo junto a tres primas. En total, 14 personas repartidas en seis caba?as. Quince vacas, cuatro cabras, patos, gallinas, un perro y un cachorro de gato conviven en el mismo espacio. La abuela de Denish yace bajo la tierra donde viven sus descendientes, algo habitual en comunidades rurales en Uganda, donde los muertos se entierran en casa.Samuel S¨¢nchezLa madre de Denish, de rodillas sobre la tierra, prepara la cena mientras su hijo la ayuda vertiendo agua en una gran cacerola abollada. La mujer machaca cacahuetes pelados sobre una gran piedra hasta conseguir una pasta densa de textura similar a la de la mantequilla. Es un acompa?amiento muy socorrido y habitual en esta zona de Uganda.Samuel S¨¢nchezA media tarde, al poco de regresar del colegio, Denish ayuda a su padre en las tareas de labranza. Ya tiene la fortaleza f¨ªsica necesaria para conducir con firmeza el tim¨®n de un azado, tirado por una yunta de vacas, con el que va abriendo surcos en la tierra para plantar arroz y algod¨®n. Tambi¨¦n cultiva calabazas, jud¨ªas, naranjas, limones, mangos y papayas. Su padre, de 54 a?os, siempre trabaj¨® su propio huerto, del que viven 14 personas. A diferencia de la mayor¨ªa de familias, la de Denish al menos cuenta con unos ingresos fijos anuales. Su padre gana dinero sobre todo con la venta de algod¨®n.Samuel S¨¢nchezLa cena est¨¢ casi lista. 'Sweet Potato' (batata) con crema de cacahuetes. Denish ha ayudado a pelar y lavar el tub¨¦rculo antes de ponerlo a hervir en un primitivo fuego dentro de la choza.Samuel S¨¢nchezUn grueso cortin¨®n con bordados de flores separa la cama de Denish de la de sus hermanos en la min¨²scula caba?a donde duermen. Una enorme mosquitera atada a las esquinas evita que caiga sobre sus cabezas la paja y las ramas con las que est¨¢ hecha la endeble techumbre. Una vieja mecedora de madera ocupa una esquina de la choza. Denish suele sentarse en ella para leer y estudiar. En una mesilla de madera cubierta por un mantel se amontonan sus cuadernos escolares. Entre ellos, sobresale un libro en ingl¨¦s titulado ¡®God speaks to his children¡¯, una colecci¨®n de extractos de la Biblia para j¨®venes. El pasaje preferido de Denish es el referido a Abraham y la Tierra Prometida. Asegura que ¡°la fuerza y determinaci¨®n¡± del patriarca son un ejemplo para ¨¦l.Samuel S¨¢nchezCuando Denish piensa en lo que m¨¢s valora en su vida, no duda ni un segundo: la educaci¨®n. Sabe que solo estudiando puede aspirar a materializar sus sue?os. Quiere ser director de un banco -el trabajo que ¨¦l considera que da acceso m¨¢s r¨¢pido al dinero- para construir un orfanato donde atender a ni?os desamparados. Tambi¨¦n le gustar¨ªa viajar a otros pa¨ªses, acabar de formarse y volver a Uganda para construir un pa¨ªs mejor.Samuel S¨¢nchez