Tensi¨®n en Bolivia
La espiral de violencia que vive el pa¨ªs andino pone en riesgo la convivencia pac¨ªfica de la sociedad boliviana
Bolivia atraviesa una grav¨ªsima situaci¨®n de inestabilidad derivada del resultado de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre que ha causado la muerte de al menos tres personas, decenas de heridos y cientos de detenidos. Se trata de un momento delicad¨ªsimo en la reciente historia del pa¨ªs andino en la que todos deber¨ªan tener presente que est¨¢ en juego no ya la institucionalidad pol¨ªtica, sino la misma convivencia pac¨ªfica. Los disturbios se generaron tras la reanudaci¨®n del escrutinio p¨²blico que daba al actual presidente, Evo Morales, una ventaja ¡ªde la que no dispon¨ªa antes de la interrupci¨®n¡ª que hac¨ªa innecesaria una segunda vuelta. Desde ese momento, Bolivia se ha sumergido en una espiral de tensi¨®n in crescendoa la que es necesario poner fin.
La oposici¨®n m¨¢s radical, encabezada por los llamados ¡°comit¨¦s c¨ªvicos¡±, exige la renuncia de Morales y la convocatoria de nuevas elecciones, por su parte, el presidente se ha proclamado vencedor y denuncia un intento de golpe de Estado. Resulta imprescindible que los comit¨¦s c¨ªvicos permitan el retorno a la normalidad en el funcionamiento del pa¨ªs. Pero al mismo tiempo es urgente que Morales ordene a los organismos competentes, en este caso al Tribunal Electoral, que emita inmediatamente una explicaci¨®n que no deje lugar a la m¨¢s m¨ªnima duda de lo sucedido durante la interrupci¨®n del recuento. En su momento, la Organizaci¨®n de Estados Americanos apunt¨® a un ¡°inexplicable cambio de tendencia¡± en el recuento, y tanto oposici¨®n como Gobierno aceptaron su arbitraje. Y este arbitraje debe llevarse a cabo con la mayor celeridad porque el escenario es extremadamente inestable.
Resulta positivo que Morales haya declarado su voluntad de no recurrir a una medida excepcional como el estado de sitio, y que el Ej¨¦rcito, acuartelado, haya declarado su lealtad al orden constitucional. Pero esto no basta. Es preciso que, mediante un esclarecimiento detallado de los hechos, no quede duda alguna sobre la limpieza de la elecci¨®n presidencial.
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