El peque?o hermano
Los objetivos del INE son virtuosos y la privacidad de los ciudadanos est¨¢ garantizada por unas leyes que son las m¨¢s exigentes del mundo en materia de protecci¨®n de datos
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El proyecto de seguimiento de m¨®viles lanzado ayer por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) ha suscitado el recelo de muchos ciudadanos y el rechazo de las organizaciones de consumidores. Son reacciones comprensibles en un tiempo en que la tecnolog¨ªa se ha hecho sospechosa, en que las noticias falsas anegan las redes y en que alarman las fugas de datos como la que afect¨® a Facebook en el esc¨¢ndalo de Cambridge Analytica conocido el a?o pasado, donde millones de perfiles que la gente hab¨ªa colgado en la red social se utilizaron sin su consentimiento para promover opciones pol¨ªticas como el Brexit o la elecci¨®n de Donald Trump. La mayor parte de todo este rechazo, sin embargo, obedece a unas causas m¨¢s emocionales que racionales.
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Desde ayer y hasta pasado ma?ana, el INE registrar¨¢ los movimientos de millones de usuarios de las tres principales telef¨®nicas espa?olas (Movistar, Vodafone y Orange). A muchas personas les suena horrible, pero los objetivos del INE son virtuosos, y la privacidad de los ciudadanos est¨¢ garantizada por las leyes espa?olas y europeas, que son las m¨¢s exigentes del mundo en materia de protecci¨®n de datos. Puede que el INE se convierta durante unos d¨ªas en el Gran Hermano de George Orwell, pero es un Gran Hermano que no te vigila.
La Administraci¨®n no va a conocer a trav¨¦s de esta investigaci¨®n los movimientos de ninguna persona concreta, ni tiene el menor inter¨¦s en conocerlos. Los datos que le facilitan las telef¨®nicas est¨¢n anonimizados, es decir, privados de todo nexo con la identidad de cada individuo. Lo que le interesa al INE no es la vida privada de nadie, sino los promedios, los flujos humanos de un lugar a otro, las pautas comunes que la gente utiliza para moverse de casa al trabajo, al ambulatorio o a la escuela, tambi¨¦n para irse de vacaciones. Y es que se trata de datos que pueden resultar muy valiosos para saber d¨®nde hay que mejorar una carretera o una l¨ªnea de autobuses, d¨®nde es necesario construir un ferrocarril o d¨®nde conviene modificar la distribuci¨®n de los colegios y los hospitales en las ciudades y en las zonas m¨¢s despobladas del pa¨ªs.
La obtenci¨®n de datos a escala masiva (el big data)?es una tecnolog¨ªa poderosa de nuestro tiempo, a la que han llamado a menudo ¡°el petr¨®leo del siglo XXI¡±. Las grandes firmas tecnol¨®gicas llevan muchos a?os registrando los movimientos de los ciudadanos mediante los rastros que dejan sus tel¨¦fonos m¨®viles por todas partes. Que un organismo p¨²blico lo haga ahora con todas las garant¨ªas no deber¨ªa ser motivo de alarma.
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