?Eres de panettone o de turrones?
Son dos de los sabores imprescindibles de las navidades. Dos dulces tan t¨ªpicos de estas fechas como Pap¨¢ Noel, la cabalgata de reyes o los villancicos. Panettone o turrones: ?cu¨¢l prefieres?
?Pap¨¢ o mam¨¢? ?Carne o pescado? ?Playa o monta?a? ?Panettone o turr¨®n? La Navidad es toda una prueba de fuego para los m¨¢s golosos. Algo l¨®gico, porque las tentaciones en forma de dulce se multiplican durante estas fechas. Los supermercados y las pasteler¨ªas se llenan de dulces t¨ªpicos, de esos que entran directamente por los ojos y que nos queremos llevar cuanto antes a la boca.
De entre todos estos postres, hay dos que son tan navide?os (o m¨¢s) que los villancicos, los reyes magos y las uvas de nochevieja: el panettone y el turr¨®n. Los a?os no pasan por estas dos delicias, con muchos siglos de historia a sus espaldas. Pero los tiempos cambian, y los panettones y turrones que hoy servimos en nuestras mesas han evolucionado tanto que algunos tienen hasta el sello de los mejores chefs del mundo.
El origen del panettone est¨¢ envuelto de leyendas. Una de ellas es una especie de Romeo y Julieta en versi¨®n foodie y con final feliz, y nos traslada al Mil¨¢n del siglo XV. Un joven intent¨® seducir a su amada, hija de un pastelero, a trav¨¦s del est¨®mago. Para ello, se infiltr¨® como ayudante de pasteler¨ªa y se sac¨® de la manga una extra?a receta de pan de az¨²car y frutas confitadas. El invento gastron¨®mico tuvo tal ¨¦xito, que los vecinos de Mil¨¢n arrasaban las existencias de aquel extra?o pastel al que bautizaron como Pane di Toni, en honor a su creador.
Otra leyenda, esta m¨¢s navide?a, nos sit¨²a en la Nochebuena del a?o 1500. Tras una cena lamentable (aquel d¨ªa los cocineros no estaban inspirados), el duque Ludovico el Moro no sab¨ªa ni c¨®mo disculparse ante sus invitados, todos ellos reputadas personalidades. Su salvaci¨®n lleg¨® de la mano de Antonio, un humilde lavaplatos que trabajaba en su cocina, quien con algunos de los ingredientes que hab¨ªan sobrado aquel d¨ªa, se invent¨® un bollo en forma de c¨²pula con pasas, frutas y mantequilla. Su idea era llevarse aquel pan dulce a su casa, pero se apiad¨® de los nobles y lo present¨® en el banquete para compensar el desastre. Su sabor cautiv¨® a todos, y Ludovico, para reconocer la labor de aquel pastelero amateur que les salv¨® y endulz¨® la noche, llam¨® al pastel Pane di Toni.
Hoy los panettones no son exclusivos de Italia. Son tan populares en todo el mundo que en algunos pa¨ªses como Per¨² es uno de los postres preferidos durante todo el a?o. El panettone cl¨¢sico, el de toda la vida, est¨¢ relleno de fruta confitada y pasas. Aunque si eres un chocolatero empedernido, claramente tu opci¨®n es el panettone con gotas y crema de chocolate. Pero ya sabes que, para gustos, los colores.
?Qu¨¦ pasa con el turr¨®n?
M¨¢s lejano parece el origen del turr¨®n. Algunas teor¨ªas lo sit¨²an en el siglo XI a miles de kil¨®metros de aqu¨ª, en la pen¨ªnsula ar¨¢biga. El dulce, de nombre turun, lleg¨® hasta nuestro suelo (como tantas otras cosas) de la mano de los musulmanes, y enseguida se convirti¨® en un cl¨¢sico de la reposter¨ªa.
Otra versi¨®n, m¨¢s contempor¨¢nea, ubica su creaci¨®n en la Barcelona del siglo XVII, cuando la ciudad estaba asediada por las tropas de Felipe IV. Un pastelero, de apellido Turrons, elabor¨® unas obleas a base de almendras y miel que pod¨ªan consumirse sin miedo a estropearse. En cualquier caso, lo que s¨ª es seguro es que el turr¨®n ya era un dulce famoso en Alicante durante el reinado de Carlos I, en el siglo XV. Y en Castuera (Badajoz), su tradici¨®n turronera se remonta a la ¨¦poca ¨¢rabe.
Hoy, Espa?a es el primer productor mundial de turr¨®n, un postre que exporta a los principales pa¨ªses del mundo. M¨¢s all¨¢ de los incombustibles de siempre -el turr¨®n duro (de Alicante) y el blando (de Jijona)-, hoy hay turrones de tantos sabores que resulta dif¨ªcil elegir. Chefs tan reconocidos como Jordi Roca o Albert Adri¨¤ apuestan por propuestas tan diferentes (y deliciosas) como el turr¨®n de dulce de leche con gelatina al interior de guayaba y yogur con texturas de chocolate, o el turr¨®n con mazap¨¢n de frambuesa con az¨²car de flor de violeta. Alta cocina para endulzarnos el d¨ªa. Este postre centenario ha evolucionado de tal manera que hasta se presenta en nuevos formatos, algunos tan curiosos como esta crema untable, ideal para desayunos y meriendas.
Lo que est¨¢ claro es que todos est¨¢n buen¨ªsimos y nos dejan con ganas de m¨¢s. Y una comida o cena navide?a sin turr¨®n para rematar la sobremesa, es como un d¨ªa de reyes sin regalos.