Con Cary Grant como Philip Marlowe
Una tecnolog¨ªa que puede rejuvenecer a Robert de Niro podr¨¢ pronto convertir al actor en el famoso detective, como habr¨ªan querido el creador del personaje y el autor de esta columna
Una de mis grandes frustraciones como aficionado al cine negro es no haber visto cumplido el sue?o de Raymond Chandler, que nunca pens¨® en Humphrey Bogart mientras escrib¨ªa sus novelas del detective Philip Marlowe, y dej¨® escrito que ¡°tendr¨ªa que haber sido Cary Grant¡±. En su novela can¨®nica El sue?o eterno, Chandler hizo decir a la chica: ¡°Es usted muy alto, ?no?¡±, a lo que el detective respond¨ªa: ¡°No fue mi culpa¡±. Eso habr¨ªa tenido sentido con Cary Grant como Philip Marlowe, pero al ver que la productora hab¨ªa contratado a Bogart los guionistas tuvieron que cambiar el di¨¢logo a: ¡°Oiga, no es usted muy alto, ?no?¡±, a lo que Bogart responde: ¡°Bueno, hice lo que pude¡±. M¨¢s tarde en la pel¨ªcula, Marlowe seduce a una variedad de bibliotecarias y millonarias en unas secuencias que, honradamente, se habr¨ªan entendido mejor con Cary en el papel. Los aficionados al g¨¦nero no queremos morirnos sin ver a Marlowe interpretado por el mism¨ªsimo actor, Cary Grant, que rondaba por la cabeza de Chandler mientras aporreaba su vieja Remington escupiendo algunas de las p¨¢ginas m¨¢s negras e inspiradoras del siglo pasado. Y puede que lo logremos.
La ¨²ltima pel¨ªcula de Martin Scorsese, El irland¨¦s, pasar¨¢ a la historia como la que marc¨® el camino, aun cuando no sea as¨ª t¨¦cnicamente. El m¨¦todo de des-envejecimiento (de-ageing) con el que ha rejuvenecido a Robert de Niro en toda una gama de ¨¦pocas que llegan a quitarle 40 a?os de encima, no es enteramente nuevo, pero alcanza aqu¨ª su plena madurez art¨ªstica. Mientras estas t¨¦cnicas de computaci¨®n se utilizaban solo en Piratas del caribe, Capitana Marvel o TRON: Legacy, la cr¨ªtica los ha despachado como uno m¨¢s de los artificios manufacturados por Hollywood para llenar las salas de adolescentes ofuscados que conservan diez pavos despu¨¦s de gastarse el resto en gofres, Pringles y tarifa de datos para ver v¨ªdeos porno. Scorsese y De Niro van a dejar a ese esnobismo a la altura del bet¨²n. Porque eso es cine, muchachos, seg¨²n el exigente criterio que el propio Scorsese defendi¨® en estas p¨¢ginas hace unos d¨ªas.
Una tecnolog¨ªa que puede rejuvenecer (o des-envejecer) a Robert de Niro podr¨¢ pronto convertir a Cary Grant en el detective Philip Marlowe, como habr¨ªan querido el creador del personaje y el autor de esta columna. Nuestro sue?o eterno est¨¢ muy cerca de convertirse en realidad, aunque sea en una realidad fugaz y obsolescente, tan provisional y relativa como nuestras propias concepciones del mundo. Ya existe, de hecho, una empresa llamada Worldwide XR que tiene en su tuber¨ªa de producci¨®n las recreaciones digitales de James Dean, Bette Davis, James Stewart, Amelia Earhart, Neil Armstrong, Rosa Parks y Dizzy Gillespie. A m¨ª me parece bien. Si los intoxicadores de las redes usan estas tecnolog¨ªas, ?por qu¨¦ demonios no las va a usar un artista? Las posibilidades creativas y est¨¦ticas no tendr¨¢n m¨¢s l¨ªmites que la imaginaci¨®n del autor, al menos mientras el autor siga estando hecho de carne.
La pelota est¨¢ en el tejado de la cr¨ªtica. En estas situaciones es cuando se ve la diferencia entre un intelectual libre de correajes y un mero transmisor de la herencia cultural recibida, que antes nos ver¨ªa a todos haciendo arte rupestre que aceptar una innovaci¨®n t¨¦cnica.
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