Verdadosa
Hay una derecha pragm¨¢tica que legitima la explotaci¨®n activando la idea irracionalista de que la realidad solo es una representaci¨®n mental
Cuando ¨¦ramos peque?as y una ni?a envidiaba nuestra imaginaci¨®n para el relato fantasioso, utilizaba un insulto: ¡°?Mentirosa!¡±. Las ni?as juglarescas que se inventaban que su piso ten¨ªa siete cuartos de ba?o, en sensible premonici¨®n de las villas meonas y la burbuja inmobiliaria, las imp¨²dicas ni?as de lengua libre, que se desnudaban con cada una de sus, no mentiras, sino ficciones, respond¨ªan rabisalseramente: ¡°?Verdadosa!¡±. Con su neologismo mostraban la importancia que los juegos morfol¨®gicos conceden al lenguaje y la conveniencia de que, incluso en las narraciones fabulosas, la verdad, como utop¨ªa laica y realizable en las ciencias f¨ªsicas y humanas ¡ªen la poes¨ªa tambi¨¦n¡ª, establezca v¨ªnculos respetuosos con quienes nos escuchan. La verdad no es cualidad de lo real, sino una manera de describirlo; un modo de decir, la veredicci¨®n, y un horizonte del conocimiento que se relaciona con el lenguaje y el hilo que lo engancha a lo real. La verdad es un proceso de b¨²squeda y un producto irrenunciable para la evoluci¨®n del ser humano. Asunto ling¨¹¨ªstico, ¨¦tico, est¨¦tico y pol¨ªtico. Esta reflexi¨®n es relevante cuando incluso los datos que sirven para formular leyes se obtienen desde presupuestos sesgados ¡ªlean Ahora contamos nosotras, de Cristina Fallar¨¢s¡ª, se encadenan los bulos y manejamos una palabra de clase alta, ¡°posverdad¡±, para camuflar construcciones adulteradas de la historia. Mentiras que calan conciencias, y configuran prejuicios con los que valoramos presente, pasado y futuro, y gestionamos pautas de actuaci¨®n.
Manuel Rivas, en su art¨ªculo de El Pa¨ªs Semanal del 24 de noviembre, explica por qu¨¦, al calificar el golpe de Estado en Bolivia no lo llaman as¨ª. Gracias a los Textos cr¨ªticos del arquitecto y catedr¨¢tico de proyectos de la Escuela de Arquitectura en la Polit¨¦cnica de Madrid, Antonio Miranda, entendemos que en el dicho popular y coplero de que ¡°nada es verdad ni es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira¡± se asienta el relativismo de una derecha pragm¨¢tica que legitima la explotaci¨®n activando la idea irracionalista ¡ªnietzscheana, heideggeriana, hitleriana¡ª de que la realidad solo es una representaci¨®n mental ¡ª?es el precariado una representaci¨®n mental?¡ª. Con esos mimbres se puede decir impunemente que las Trece Rosas violaban y mataban, y se hace demagogia con que ¡°todo el mundo puede opinar de todo¡±. Ruido, confusi¨®n, bruma en la que se pierde la diferencia entre conocimiento y opini¨®n. Sin embargo, ante algunos acontecimientos s¨ª puede opinar todo el mundo expresando su repulsa: una chica ten¨ªa miedo de que su rechazo frente a la sentencia para ciertos violadores pudiese deso¨ªrse al no ser especialista en leyes. Coherencia, respeto por la verdad, educaci¨®n p¨²blica y antiaristocratismo intelectual que no desde?e las opiniones de quienes no han tenido privilegios, pero que tampoco empodere cu?adismo, refranero o sentido com¨²n, como reflejos de la ideolog¨ªa dominante. A quienes han disfrutado de privilegios, pero han preferido ser medularmente incultos, incluso necios, que les den morcilla: camadas de esas ¨¦lites medi¨¢ticas, campechanas y golferas, se?oritas y se?oritos que no leen, van a los toros, bailan sevillanas y reguet¨®n, se ponen mantilla, organizan rastrillos ben¨¦ficos y ahora, tan democr¨¢ticamente, votan a Vox. M¨¢s verdadosa ya no puedo ser.
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