No es la propiedad, es el ¡®propietarismo¡¯
La tesis central de Piketty es que la riqueza llegue a todos, aunque no lo haga de la misma manera
Adem¨¢s de un tratado monumental sobre la historia de las desigualdades econ¨®micas, Capital e ideolog¨ªa es una obra multidisciplinar que, desde la ortodoxia acad¨¦mica y la tradici¨®n enciclop¨¦dica francesa, sacude algunas creencias sobre las virtudes incontestables del capitalismo. Piketty pasa revista a los principales ¡°reg¨ªmenes desigualitarios¡± de los ¨²ltimos siglos, desde las sociedades estamentales anteriores al nacimiento de los Estados-naci¨®n hasta el cuestionamiento actual del paradigma neoliberal, pasando por las sociedades esclavistas y coloniales, el fracaso del comunismo, los ¡°treinta gloriosos¡± y la crisis de la socialdemocracia, con especial inter¨¦s en los dos grandes episodios de globalizaci¨®n econ¨®mica: la belle ¨¦poque, a la que puso fin el estallido de la Primera Guerra Mundial, y el hipercapitalismo de nuestros d¨ªas (ambos caracterizados por un propietarismo exacerbado, una concentraci¨®n desmesurada de la riqueza y la confianza ciega en el progreso tecnol¨®gico).
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La tesis central del libro es que el origen de la desigualdad no es econ¨®mico ni tecnol¨®gico, sino ideol¨®gico y pol¨ªtico: cada sociedad ha legitimado un determinado nivel de desigualdad, que ha fluctuado en el tiempo. Para Piketty, la evoluci¨®n de la desigualdad es fruto de tres factores: la ideolog¨ªa, la experimentaci¨®n pol¨ªtica y el curso incontrolable de los acontecimientos. Esta tesis le lleva a reformular a Marx y Engels, afirmando que la historia no es la historia de la lucha de clases, sino de las ideolog¨ªas y de la b¨²squeda de la justicia: ¡°La posici¨®n social, por muy importante que sea, no basta para forjar una teor¨ªa de la sociedad justa, una teor¨ªa de la propiedad, una teor¨ªa de las fronteras, una teor¨ªa de la fiscalidad, de la educaci¨®n, de los salarios o de la democracia¡±.
Piketty es perfectamente consciente de que ¡°una sociedad justa no implica uniformidad ni igualdad absoluta¡±, lo que no debe utilizarse para justificar cualquier nivel de desigualdad, y se muestra tremendamente cr¨ªtico con la falsa meritocracia que, en su opini¨®n, ¡°tiene por objeto ensalzar a los ganadores y estigmatizar a los perdedores del sistema econ¨®mico por su supuesta falta de m¨¦rito, talento y diligencia¡±. Al igual que no persigue la uniformidad cuando habla de igualitarismo (ideolog¨ªa que propugna la igualdad de derechos pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos), tampoco estigmatiza la propiedad privada sino el propietarismo (ideolog¨ªa que defiende la protecci¨®n absoluta del derecho universal a la propiedad privada con independencia de las desigualdades que genere). Porque las desigualdades importan. Y por eso habla de superar el capitalismo.
La desigualdad no legitimada, la concentraci¨®n desmesurada del capital y el repliegue identitario est¨¢n vinculados al malestar que recorre nuestras democracias a comienzos del siglo XXI
Piketty se adentra en el terreno de la ciencia pol¨ªtica y aborda el estudio de las preferencias sociales en torno a la desigualdad, presentando evidencias de c¨®mo el sistema electoral izquierda-derecha, caracter¨ªstico de la segunda mitad del siglo XX, ha evolucionado hacia estructuras m¨¢s complejas. La izquierda obrera habr¨ªa dado paso a una ¡°izquierda brahm¨¢nica¡± o de ¨¦lites, la derecha clasista a una ¡°derecha de mercado¡± y entre ambas estar¨ªa surgiendo una nueva brecha electoral: la ¡°nativista¡±, cuya consolidaci¨®n estar¨ªa dando lugar a la formaci¨®n de cuatro grandes bloques electorales (igualitario-internacionalista, igualitario-nativista, desigualitario-internacionalista y desigualitario-nativista), en lugar de los dos hasta ahora predominantes en muchas democracias.
Capital e ideolog¨ªa reabre el debate sobre la gobernanza mundial (federalismo social), el multilateralismo (relaciones trasnacionales), la cogesti¨®n empresarial (participaci¨®n activa de trabajadores en la toma de decisiones) y la distribuci¨®n de la riqueza, con un replanteamiento radical de la progresividad fiscal: 1. Supresi¨®n de la fiscalidad indirecta (excepto los impuestos ambientales, por su car¨¢cter incitativo). 2. Incorporaci¨®n de las rentas del capital a la escala progresiva de un impuesto ¨²nico sobre la renta (destinado a financiar el gasto corriente, la inversi¨®n p¨²blica y el Estado social, incluyendo una renta b¨¢sica), en lugar de la actual tributaci¨®n proporcional de los beneficios empresariales. 3. Un sistema de herencia universal, financiado con un impuesto progresivo sobre el patrimonio y otro sobre las sucesiones, con la finalidad de facilitar la circulaci¨®n y el rejuvenecimiento del capital. Los n¨²meros que acompa?an su propuesta suenan m¨¢s provocadores que la idea que subyace: que la riqueza llegue a todos, aunque no llegue a todos de la misma manera.
La desigualdad no legitimada, la concentraci¨®n desmesurada del capital y del poder, el repliegue identitario y el reforzamiento de las fronteras est¨¢n vinculados al malestar que recorre nuestras democracias a comienzos del siglo XXI. En este sentido, aunque no es fatalista, Piketty recuerda al Keynes premonitorio de Las consecuencias econ¨®micas de la paz, escrito tras el Tratado de Versalles, hace cien a?os: ¡°Si se cierra cualquier perspectiva de acci¨®n (o incluso de debate) sobre la redistribuci¨®n y la justicia social, con el argumento de que las leyes de la globalizaci¨®n y de la econom¨ªa impedir¨¢n siempre cualquier posibilidad real de redistribuci¨®n, es casi inevitable que el conflicto pol¨ªtico se centre en el ¨²nico campo de acci¨®n que les queda a los Estados: controlar sus fronteras¡±. En nuestras manos est¨¢ que no ocurra.
Daniel Fuentes Castro es doctor en Econom¨ªa por la Universidad de Paris-Nanterre. Ha traducido al espa?ol Capital e ideolog¨ªa, de Thomas Piketty. Es asesor en la oficina econ¨®mica del presidente del Gobierno en funciones.
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