¡°Tiendo a enroscarme en los detalles¡±
La ilustradora ha sido elegida una de las 50 mejores del planeta por la editorial Taschen

La luz se filtra por la diagonal de la ventana del sal¨®n igual que un alfil. El l¨¢piz rojo Caran d'Ache, infinitamente afilado, suena como ramas de sauce al contacto con el papel Arches bru?ido. Carmen Garc¨ªa Huerta (Madrid, 1975), elegida por la editorial Taschen como una de las 100 mejores ilustradoras del mundo, traza con su mano izquierda y la mina inclinada los detalles de las plumas rojizas de un ave. Detr¨¢s de ella, su hija, Rebeca, juega. Al fondo, sobre una mesa blanca, un Mac, un tablero digital y una silla de cester¨ªa blanca. Su mapa y su territorio. La novela de Michel Houellebecq oscila en la estanter¨ªa. Carmen, que tiene esa belleza de las pinturas antiguas, ha ilustrado para el lujo (Louis Vuitton, Joyer¨ªas Su¨¢rez, Yves Saint-Laurent), el comercio (El Corte Ingl¨¦s) y la palabra impresa (Vogue, EL PA?S, Cosmopolitan Francia, Glamour Alemania). Pero tambi¨¦n para el arte (La F¨¢brica). Conoce el tiempo. Puede dedicarle d¨ªas a los detalles de una cara o un cuerpo que revisita a Egon Schiele. O puede que sea tarde. Rebeca, cansada, cierra los ojos. Duerme. Y su madre dibuja ese lugar donde viajan sus sue?os.
Sus dibujos incluyen una mir¨ªada de detalles. ?Cu¨¢nto tiempo le dedica? Es el gran conflicto con mi agenda porque soy bastante lenta. Al final he desarrollado unos trucos para ir m¨¢s r¨¢pido porque los clientes para los que trabajo muchas veces no tienen tiempo. Pero he elegido una t¨¦cnica muy artesanal y muy lenta, y cada vez tiendo m¨¢s a enroscarme en los detalles.
?Qu¨¦ aporta una ilustraci¨®n al relato de una marca??Es una relaci¨®n compleja. En el pasado he estado m¨¢s disconforme con los encargos. Entre lo que te ped¨ªan y tus realizaciones personales. Pero ahora estoy en un momento muy bueno. He entrado en sincron¨ªa con ciertas firmas que buscan lo que yo quiero hacer. Como una historia de amor: as¨ª de bonito.
?Diferencia entre su propuesta comercial y en galer¨ªas? Me hace mucha ilusi¨®n ver un cuadro m¨ªo en una exposici¨®n, pero tambi¨¦n una lona en unos grandes almacenes. Es igual de estimulante. Lo ideal para m¨ª ser¨ªa una carrera larga en la que puedes ir transitando de un lugar a otro sin que te acusen de incoherente. Pero el Arte con may¨²sculas me intimida demasiado y en la ilustraci¨®n me siento m¨¢s c¨®moda y humilde.
Pero trabaja para ense?as de lujo. La minor¨ªa. El 1% del planeta. Es ah¨ª donde hay mucho mercado. Para compensar tengo el dibujo editorial. Y tambi¨¦n es una reivindicaci¨®n: es un mito que si dibujas, te mueras de hambre.
?La historia de las ilustradoras en Espa?a ha sido un relato del olvido? Han sufrido lo mismo que en otros sectores. Ahora existe un boom de ilustradoras con "A". Solo hay que pasearse por Instagram para ver que hay verdaderas estrellas femeninas.
Tambi¨¦n es una historia de soledad. Esta profesi¨®n tiene algo de clausura. Eres un monje que est¨¢ en el estudio o en su casa produciendo, y ah¨ª da igual ser hombre o mujer.
Uno contempla algunos de sus dibujos e imagina a Egon Schiele. ?Vaya cumplido! Mi estilo es bastante personal. Huyo de las tendencias, aunque estoy atenta a ellas. Me atrae mucho esa iconograf¨ªa de las l¨¢minas del siglo XIX, bot¨¢nicas y orientalistas, e intento llevarla a la modernidad.
El regalo de la igualdad
La mejor forma de comprender el presente es contemplar la pintura antigua. El bot¨¢nico Eduardo Barba ha catalogado las plantas de las 1.050 obras del Museo del Prado que representan motivos vegetales. Estudi¨®, por ejemplo, el tr¨ªptico de El jard¨ªn de las delicias (1490-1500), de El Bosco, y hall¨® un drago, con cuatro floraciones, t¨ªpico de las islas Canarias. El genio de Bolduque (B¨¦lgica) seguramente vio su imagen en alg¨²n grabado fruto del comercio con las islas. En otra obra maestra, El calvario (1457-1464), firmado por Rogier van der Weyden, Cristo es a la vez un cad¨¢ver y un hombre vivo. Llora. Tres l¨¢grimas caen de sus ojos. L¨¢grimas de dolor cuando rezaba en el jard¨ªn de Getseman¨ª, l¨¢grimas de compasi¨®n cuando imagin¨® el doloroso destino de Jerusal¨¦n y l¨¢grimas de amor cuando conoci¨® la muerte de L¨¢zaro. Lo narran los evangelistas Mateo, Lucas y Juan. Todo habita en los detalles. La vida se abre paso a trav¨¦s de ellos. Este a?o, la temporada de ventas de Navidad solo en Estados Unidos ha dejado 144.000 millones de d¨®lares (131.000 millones de euros). Muchos regalos abiertos. Esperanzas (materiales) desempaquetadas. Mensajes en una botella que no alcanzar¨¢n todas las orillas. Veintis¨¦is individuos tienen la misma riqueza que los 3.800 millones de personas m¨¢s pobres de la Tierra. El gran presente de nuestro tiempo es regalar igualdad.
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