Distop¨ªa en las urnas
Al pesimismo respecto al sistema democr¨¢tico no se le combate con optimismo, sino con determinaci¨®n
Mientras cambiar la interpretaci¨®n del pasado lleva tiempo, alterar el presente es cuesti¨®n de segundos. Y a diferencia de ambos, el futuro se presenta libre de la atadura temporal hasta que esta lo atrapa y deja de ser eso: futuro. Qui¨¦n sabe si por esa incertidumbre el ser humano ha tratado siempre de cruzar ese l¨ªmite y echar un vistazo a lo que va a suceder. Aunque los m¨¦todos han variado ¨Cde escudri?ar los higadillos de un cordero hemos pasado a interpretar los gr¨¢ficos de Wall Street¡ª sigue siendo lo mismo. Individual y colectivamente tratamos de prever ¨Ces decir, de ver antes¡ª algo que las leyes de la f¨ªsica ponen fuera de nuestro alcance.
La visi¨®n colectiva del futuro es muy interesante porque aunque tal vez no lo defina, s¨ª que revela una predisposici¨®n, un estado de ¨¢nimo o tal vez una intuici¨®n sobre lo que est¨¢ por llegar. Tres ejemplos cinematogr¨¢ficos. Los menos j¨®venes del lugar es posible que recuerden una serie llamada Espacio 1999, situada precisamente en ese a?o, con el hombre colonizando la Luna y siendo capaz de lidiar con cualquier barbaridad del guion incluyendo que el sat¨¦lite se saliera de su ¨®rbita y se diera una vuelta por la V¨ªa L¨¢ctea. Por la misma ¨¦poca se estrenaba Star Wars con una humanidad presente en todos lados, para lo bueno y lo malo. Pocos a?os despu¨¦s Regreso al futuro 2 llevaba al espectador a un 2015 lleno de coches volares. La humanidad volaba en el futuro. Un futuro complicado ¨Ccierto, Star Wars habla de ¡°hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana¡±, un detalle sin importancia¡ª y lo hac¨ªa entonces ante un espectador con un futuro muy incierto; con unas democracias en minor¨ªa en todo el mundo y con un formidable enemigo contra ellas representado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica y reg¨ªmenes dictatoriales de diverso signo esparcidos a lo largo del planeta. Pero el futuro era esperanzado.
Estamos casi en 2020. La Luna sigue en su sitio, el sable l¨¢ser anda perdido en alg¨²n desv¨¢n y lo que mejor vuelan son los bulos en Internet. ¡°Me prometisteis colonias en Marte y en lugar de eso tengo Facebook¡±, dec¨ªa el astronauta Buzz Aldrin. Por el momento, parece que lo que ¨²nico van a pasar sobre nuestras cabezas son los paquetes de Amazon y las pizzas. Y ese mundo democr¨¢tico ha dejado de ser optimista, curiosamente despu¨¦s de la desaparici¨®n de la gran amenaza y de que la democracia se extendiera por la mayor parte del mundo. Pero resulta que la utop¨ªa ha dejado paso a la distop¨ªa. En el cine y en las urnas. Cada vez aumenta m¨¢s el apoyo a las voces que proponen no mejorar el sistema, sino transformarlo en otra cosa. Los a?os 20 del siglo XX fueron ¡°felices¡±, vistos en perspectiva, por la inconsciencia ante lo que ven¨ªa despu¨¦s. Los a?os 20 del siglo XXI ni siquiera se espera que sean felices. Pero lo bueno es que el futuro no ha sucedido y, mientras no llegue, se puede cambiar. La respuesta frente al pesimismo sobre el modelo democr¨¢tico no es el optimismo, sino la esperanza y la determinaci¨®n.
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