Santos inocentes
?Este a?o vas a ser v¨ªctima o ¡®cazainocentes¡¯? Puedes preparar maquiav¨¦licamente tus bromas o usar una c¨®moda ¡®app¡¯. Y si la broma no es muy pesada y se desata la risa, mucho mejor para todos.
Algunos despistados nos damos cuenta de qu¨¦ d¨ªa es hoy, 28 de diciembre, cuando picamos como pardillos. Nos merecemos ese monigote pegado a la espalda.
Y no ser¨¢ que no estamos avisados. Se supone que el origen de la tradici¨®n tiene tantos a?os como la era cristiana, cuando Herodes mand¨® acabar con los ni?os varones de Bel¨¦n para desactivar la profec¨ªa: que uno de ellos, reci¨¦n nacido, estaba destinado a convertirse en rey de reyes.
La tradici¨®n tuvo altibajos, pero hoy est¨¢ en todo lo alto gracias a (o por culpa de) los medios, sobre todo la televisi¨®n. Seguro que recuerdas bromas antol¨®gicas. Cuando Mar¨ªa del Monte acude a salvar a un fan a punto de tirarse de una torre si ella no le canta A la sombra de los pinos. Subida a una gr¨²a, para m¨¢s se?as. O a Jordi Cruz pas¨¢ndolas canutas con un indignad¨ªsimo padre de un participante en Masterchef Junior. O a Maribel Verd¨² ojipl¨¢tica cuando en una rueda de prensa destapan su affaire con Carlos de Inglaterra.
La imaginaci¨®n de los cazainocentes dar¨ªa para muchas comedias. El telediario la li¨® bien liada cuando, hace ya unos cuantos a?os, anunci¨® castigos f¨ªsicos en plena calle para los infractores de tr¨¢fico. Otra trola descomunal fue cuando se anunci¨® que Fernando Romay, con sus 2,13 metros, dejaba el baloncesto para ser jokey en carreras de caballos. ?O que llegaba el fin del mundo!... y el entonces presidente de EEUU, Bill Clinton, iba a subirse al transbordador espacial Macarena para salvarse.
Ya a primeros del siglo XX, el diario ABC public¨® montajes fotogr¨¢ficos del derrumbe del viaducto de Madrid o el extraordinario hallazgo de un tesoro en el obelisco del madrile?o paseo de la Castellana. Las bromas no sentaron muy bien e incluso hubo gente que apedre¨® la sede del peri¨®dico cuando descubrieron el pastel.
Bromas de andar por casa, mil. La bocina pegada al pomo para que suene al abrir la puerta, el huevo frito falso con un melocot¨®n en alm¨ªbar de yema y yogur natural de clara. Y cachondeos telef¨®nicos, los que quieras. Hasta hay aplicaciones donde puedes elegir la grabaci¨®n que escuchar¨¢n tus v¨ªctimas, por ejemplo, el aviso de que se cierran sus redes sociales. Tambi¨¦n hay apps bromistas para Whatsapp o Facebook con conversaciones falsas de lo m¨¢s desconcertantes. Como si cambias el nombre y la foto de tu perfil y le cuentas cualquier pel¨ªcula a tus contactos.
Pero como todo en la vida, y m¨¢s en Navidad, en la medida est¨¢ la gracia. Humor muy blanco, no tiene picante. Pero si es muy pesado, se pasa mal. La idea es que nosotros, los inocentes, nos riamos tambi¨¦n. Pero t¨² decides.