Sanders y el ¡®efecto Corbyn¡¯
Los dem¨®cratas necesitar¨¢n buenos candidatos, un lema imbatible y cuatro ideas claras, f¨¢ciles de entender por todos. No basta el antitrumpismo
El descalabro laborista est¨¢ repleto de ense?anzas y se?ales de alarma para los aspirantes dem¨®cratas a la presidencia de EE?UU, pero ninguno quiere verlas. Necesitan un candidato o candidata que ilusione y movilice, y no asuste a la clase media; alguien capaz de vadear un terreno pol¨ªtico embarrado que ha cambiado en cuatro a?os.
EE?UU, como el Reino Unido, es una sociedad agitada por el lenguaje del odio. Necesitar¨¢n un buen ticket (candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia), un lema imbatible y cuatro ideas claras. No basta el antitrumpismo. Como sucede en Espa?a, existe una movilizaci¨®n del establishment, que incluye a jerarcas dem¨®cratas y viejas glorias del partido, para impedir que el candidato sea Bernie Sanders, que no deja de crecer en las encuestas. No es el m¨¢s popular entre los afroamericanos, pero tiene a los j¨®venes de su parte. Tiene el apoyo de la estrella de la nueva pol¨ªtica de EE?UU, Alexandra Ocasio-Cortez, a¨²n demasiado joven para aspirar al Senado. Tiene 28 a?os, y la ley exige un m¨ªnimo de 30. Tambi¨¦n le ha favorecido que la otra opci¨®n progresista, Elisabeth Warren, est¨¦ estancada desde octubre.
El 3 de febrero comenzar¨¢ en Iowa la larga cadena de caucus y primarias para seleccionar el candidato oficial. Despu¨¦s de las convenciones de los partidos, en verano, arrancar¨¢ la gran final contra Donald Trump, quien saldr¨¢ vivo, salvo sorpresa may¨²scula, del impeachment. Sanders ser¨ªa un opuesto ¨¦tico, pero tal vez no sea suficiente.
M¨¢s all¨¢ de si conviene un candidato moderado u otro m¨¢s a la izquierda, el problema de fondo ¡ªy esta es la principal ense?anza de lo ocurrido con Jeremy Corbyn¡ª, es que muchos seguidores de Sanders, y he hablado estos d¨ªas con algunos, prefieren abstenerse, como en 2016 con Hillary Clinton, antes que apoyar a Joe Biden o al multimillonario Michael Bloomberg. Es probable que el sector centrista tampoco est¨¦ entusiasmado con la idea de votar a Sanders. Las aseguradoras, los hospitales privados y los m¨¦dicos que solo ven clientes, no personas, le sienten como una amenaza para sus ingresos. Los republicanos quieren a Biden enfrente, un patricio de Washington. Representa todo lo que Trump detesta. Creen que ser¨ªa un blanco f¨¢cil. Temen la opci¨®n de Pete Buttigieg, un centrista con lenguaje social, pese a que no cala entre los afroamericanos. Tampoco le apoya en bloque la comunidad LGTBI, pese a ser gay y estar casado. Ser¨¢n seis meses de primarias y desgaste entre los candidatos, mientras que el verdadero enemigo, Trump, seguir¨¢ inmune a todo. Es el presidente tefl¨®n. No importa lo que haga o diga, sus votantes se lo perdonan todo porque ya no distinguen la pol¨ªtica de un reality show. Le sucede a los seguidores de Boris Johnson que le jalean sin saber que gobernar exige algo m¨¢s que estar en permanente campa?a electoral, haya o no elecciones.
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